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Brasilia, 24 de mayo 2016. – Con sólo diez días en el poder, el presidente interino de Brasil, Michel Temer, perdió este lunes al ministro de Planificación, Romero Jucá, en medio de un escándalo desatado por un audio en el que sugiere que maniobraría para obstruir las investigaciones en la estatal Petrobras.

«Voy a pedir una licencia de mi cargo hasta que la Fiscalía se manifieste sobre mi caso», dijo Jucá tras integrar una comisión de ministros que acompañó hasta el Senado a Temer, quien hace diez días sustituyó a la mandataria suspendida, Dilma Rousseff.
 

La declaración de Jucá fue el corolario de otra jornada de vértigo en la crisis brasileña, que comenzó con la publicación en el diario Folha de Sao Paulo de un audio en el que sugería que si Temer asumía el poder en lugar de Rousseff se podría «frenar» la investigación en Petrobras.

La grabación fue hecha en marzo pasado, antes de que la Cámara de Diputados aprobase el juicio político que finalmente instauró el Senado contra Rousseff, y en ella se escucha a Jucá conversando con el expresidente de la estatal Transpetro, Sergio Machado, también implicado en la corrupción petrolera.

«Tiene que cambiar el Gobierno para estancar esa sangría», dice Juca sobre la extensión de esas investigaciones, que salpican a medio centenar de políticos de diversos partidos, y sugiere que si Temer asumiera el poder, sería posible un «pacto» para «delimitar» la acción de la justicia en torno a ese caso.

La grabación divulgada por Folha de Sao Paulo ya había hecho mella en la confianza que algunos de los partidos que respaldan a Temer tenían en Jucá. El diputado Pauderney Avelino, jefe del partido Demócratas (DEM) en la Cámara Baja, se pronunció sobre el asunto y consideró que Jucá debería renunciar. «Podría dar un ejemplo y salir del Gobierno para poder explicarse», declaró.

De hecho, Temer pudo comprobar ese desgaste apresurado cuando se dirigió al Senado para reunirse con el jefe de esa cámara, Renán Calheiros, a quien solicitó apoyo para unas medidas de corte económico que presentará al Congreso esta semana.

Pequeños grupos de manifestantes lo recibieron al grito de «¡golpista!», que entonan siempre los partidarios de Rousseff, pero otros gritaron también «Fuera Jucá», quien participó en esa reunión junto a los otros ministros del área económica.

El polémico audio también dotó de municiones al entorno de Rousseff, que ha calificado de «golpe» el proceso que ha llevado a separarla de sus funciones mientras se prolongue el juicio político que puede acabar con su definitiva destitución.

Ricardo Berzoini, quien hasta hace diez días era ministro de la Secretaría en el Gobierno de la mandataria suspendida, declaró que esa grabación «demuestra que la verdadera razón del golpe practicado contra la democracia y contra el mandato legítimo de Rousseff». Según Berzoini, ese diálogo «muestra a un pretendiente a ser ministro del golpe conversando con una persona que es investigada, y ellos traman para usar el ‘impeachment’ (juicio político) como forma de frenar las investigaciones de los crímenes practicados»