Por Alfredo Zaiat

 

Alpargatas, Swift, SanCor, Germaíz, Gafa, Bambi, Acindar, Argul, Televisión Pública, Renatea, TecPlata, Kromberg & Schubert, Rejo, Tessicot, Menoyo, EMAPI, Frigorífico Ciaber, Canale, Ricedal Alimentos. Estas empresas decidieron despidos, suspensiones o reducción de salarios desde el día que Mauricio Macri vetó la Ley de Emergencia Laboral. Gran parte de ese listado fue confeccionado por el aporte de Jorge Duarte, periodista especializado en temas gremiales, que va detallando en su cuenta de Twitter los conflictos laborales que se suceden diariamente. La recopilación de esa información y de otras fuentes en apenas una semana ofrece un cuadro inquietante. Es sólo una muestra de una tendencia laboral que involucra a muchas más firmas y que se ha instalado a partir de una política económica que ha deteriorado el consumo y el mercado interno, ha provocado un descalabro en la estructura de costos empresarios con el tarifazo y ha dispuesto la apertura de la economía a la importación. El muy fuerte retroceso de las condiciones laborales de miles de trabajadores continúa pese a la obstinada negación de esa situación por parte del Presidente y de sus más estrechos colaboradores. Despidos y suspensiones se extienden en sectores económicos afectados por la política económica de megadevaluación, tarifazo y apertura económica. De las catorce ramas de actividades de la economía evaluadas por el Ministerio de Trabajo en base a la información proporcionada por el SIPA, en marzo sólo cinco registran muy leves aumentos, sobresaliendo Enseñanza con un alza del 3,1 por ciento (13.143) por el comienzo del ciclo lectivo. La cartera a cargo de Jorge Triaca (h) hace esfuerzos para embellecer un paisaje oscuro pero los cuadros estadísticos van en línea opuesta a la crónica oficial del informe “Situación y Evolución del Trabajo Registrado” difundido el jueves pasado. El saldo es negativo sin incluir los despidos en el sector público, a los precarizados en el sector privado ni a los del empleo informal. Mientras el ministro holograma de la cartera de Hacienda y Finanzas elige el IPC más bajo entre el de la Ciudad y San Luis, en un escenario de inédito apagón estadístico del Indec, para pagar menos de bonos indexados por el CER, el ministro de Trabajo también busca estadísticas para minimizar el ajuste en el mercado laboral. Hace la comparación interanual, incorporando el último año del anterior gobierno cuando la economía no estaba en recesión, cuando debiera detallar el recorrido desde diciembre pasado, comienzo de su gestión con la administración Macri. El saldo sería así bastante negativo. Además concentra en el sector de la construcción el problema de los despidos, que evidentemente es el más afectado (en diciembre 2015 y enero 2016 hubo 40 mil, según datos oficiales), pero la pérdida de puestos se está registrando en casi todas las áreas de la economía. La cámara que reúne a empresas metalúrgicas (Adimra) informó que el 40 por ciento de las firmas del sector ha disminuido la cantidad de ocupados en el primer trimestre del año. En la comparación de marzo respecto al mes anterior, de acuerdo al propio informe de Triaca (h), se registraron pérdidas de trabajadores en relación de dependencia formalizados en las ramas Hoteles y Restaurantes (10.879), Inmobiliarias (4423), Construcción (2721), Comercio (1914), Servicios (1575), Explotación de minas (659), Transporte (477) y Suministro de electricidad, gas y agua (103). Como se observa, la caída más pronunciada en marzo fue en el gremio liderado por Luis Barrionuevo, dirigente sindical y también empresario gastronómico con muy buen diálogo con el macrismo. UNA POR UNA Los casos de despidos, suspensiones y reducción de salarios bajo la amenaza empresaria de quiebra está constituyendo un escenario de crisis laboral no previsto, puesto que la economía enfrentaba diversas tensiones pero ninguna requería semejante castigo a los trabajadores. El mundo de la ortodoxia que ha desembarcado en el gobierno está sincerando que el objetivo es desarticular la estructura social y económica del kirchnerismo, cargando sobre sectores vulnerables (de clases medias a trabajadores) que no merecen el nivel de vida que tenían. Quien fuera dos veces presidente del Banco Central de Carlos Menem, promotor del libre comercio o proteccionista dependiendo de si era empresario (fabricante de dulce de leche) o no, Javier González Fraga, fue el más explícito en un diálogo radial: “Venimos de 12 años en donde las cosas se hicieron mal. Se alentó el sobreconsumo, se atrasaron las tarifas y el tipo de cambio… Donde le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior”. La reducción de los salarios reales (12,1 por ciento desde noviembre, según el último informe Cifra-CTA) y del nivel de empleo son funcionales para bajar el consumo, como postula el radical PRO González Fraga y así convencer a sectores sociales de que no deben tener aspiraciones de mejorar sus condiciones materiales. Los conflictos laborales han adquirido mucha intensidad más aún cuando se compara con que hasta hace muy poco eran escasos los casos de despidos o suspensiones. Canale informó que cierra en forma temporal su planta en Mendoza y suspende a 120 empleados, y Germaíz, fabricante y comercializadora de aceite, fue denunciada que hace dos meses no paga los salarios de 70 trabajadores. Los siguientes casos de despidos, suspensiones o reducción de salarios fueron difundidos en el portal de noticias Infogremiales en la última semana, desde el mismo día que Macri vetó la Ley de Emergencia Laboral: – Alpargatas: 70 cesantías en la planta de Tucumán a partir de mediados de julio, suspensiones en la fábrica radicada en La Pampa, retiros voluntarios en la planta de San Luis, y suspensiones y retiros voluntarios en la de Catamarca. – Argul: fábrica de inyecciones plástica, en la localidad de Berazategui, despidió a 30 y los trabajadores tomaron la planta. – Swift: el frigorífico beneficiado por la eliminación de retenciones a la carne, suba de precios y aumento de exportaciones cesanteó a 9. – Kromberg & Schubert: autopartistas alemana dedicada a la fabricación de mazos de cables para la industria automotriz despidió a 56 obreras en su planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar. – Gafa: empresa de heladeras, radicada en Rosario, suspendió a 360 empleados por tres meses con el argumento del aumento de las importaciones de línea blanca y la caída del consumo doméstico. – TecPlata: la terminal de contenedores de La Plata pagará un 70 por ciento de los sueldos hasta el 31 de enero de 2017, asegurando la estabilidad laboral sin necesidad de que concurran a trabajar. – SanCor: una de las dos empresas lácteas líder abrió un programa de retiros voluntarios para sus 4700 trabajadores. SanCor y La Serenísima comunicaron al gremio del sector que no piensan dar aumentos salariales este año – Acindar: la planta en Rosario emplea a 200 trabajadores y anunció que a partir de agosto eliminará un turno que emplea a 30, además de ofertar retiros voluntarios. – Bambi: fábrica de heladeras y freezers despidió a 60 trabajadores. – Ricedal: fábrica de alimentos cerró la planta aceitera de Chabás cesanteando a 28 trabajadores. – Tessicot Sedamil: textil que produce para Nike y Adidas despidió 15 en dos tandas. PLENARIO La respuesta oficial a la crisis laboral ha sido en el ámbito institucional el veto a la Ley de Emergencia Laboral y el impulso de un proyecto de precarización del empleo joven. Frente a la caída del empleo, la reacción fue festejar la reincorporación por tres meses de 1300 de los 3500 trabajadores de Cresta Roja, mediante contratos precarios, reducción de salarios y sin respetar la antigüedad. También saludó la firma de un acuerdo con Arcos Dorados (McDonald’s) para que 5000 jóvenes de 18 a 23 años pauperizados trabajen en esa firma por un salario de 4500 pesos, por debajo del mínimo, vital y móvil. El mismo día del veto de Macri, más de 25 sindicatos que integran la Corriente Político Sindical Federal, el Núcleo del MTA, la CTA y CGT regionales se reunieron en Villa Constitución en un plenario bajo el lema “En defensa del trabajo y la producción nacional”. No hubo disidencias en el diagnóstico: “Enfrente hay un Gobierno que viene por los derechos laborales, que quiere rebajar “el costo” que significan los salarios, que busca flexibilizar a los trabajadores como ocurrió durante los años noventa”. Representantes de trabajadores advirtieron que para lograrlo y avanzar necesita quebrar la resistencia que pueden oponer las entidades gremiales, el movimiento obrero organizado. Señalaron que ese objetivo requiere del disciplinamiento y avance sobre los trabajadores, generar una fuerte recesión con un ajuste, con la devaluación, apertura de importaciones, aumento salvaje de los servicios públicos y tasas de interés que alimentan la bicicleta financiera en desmedro de la inversión productiva. Observaron que ese objetivo necesita generar miles de desempleados, precarizar, recortar el poder de los sectores populares y de negociación de las centrales sindicales. En el plenario hubo 17 discursos que coincidieron en la necesidad de unidad y compromiso de la dirigencia sindical, resumido en la exposición del dirigente Walter Correa, secretario general del Sindicato de Obreros Curtidores, cuando afirmó que “no podemos mirar al costado aquellos que vivimos los noventa”.