Acaba de consumarse la toma del poder por parte de la derecha recalcitrante y corrupta brasileña. Desde hace más de doce años que ha estado el partido de los Trabajadores del Brasil (PT), los primeros mandatos con Lula Da silva y luego con Dilma Rousseff, sin embargo, estos a diferencia de los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Venezuela, no hicieron ningún esfuerzos por transformar la legalidad burguesa en esos países y siguieron jugando al compás del sonido y música que les imponía el sistema burgués imperante.

El resultado, ya se conoce, la burguesía y sus lacayos de Brasil, decidieron sacar del gobierno a la presidenta Dilma Rousseff como diera lugar. Aprovechando de las facilidades y ventajas que les da tener mayoría en las cámaras de diputados y senado, estos bandidos, corruptos, aprovechándose de las leyes burguesas, dieron la estocada final.

Este acontecimiento, que representa una derrota para los sectores progresistas y revolucionarios, viene a ratificar lo que los revolucionarios, desde distintas ópticas y distintos escenarios venimos insistiendo; no se puede avanzar con un gobierno de corte progresistas hacia el socialismo, sino se avanza en la transformación de sus estructuras; es más ni siquiera el sistema capitalista está permitiendo que con sus propias leyes burguesas, se realicen acciones que beneficien al pueblo.

El mismo sistema capitalista le está enviando mensajes muy claro a los que pretenden hablar de socialismo dentro del intacto sistema burgués imperante. No se podrá realizar programas y proyectos que vayan a satisfacer las necesidades de la mayoría por cuanto este sistema fue creado para favorecer a las minorías burguesas. Tanto su infraestructura y la superestructura están hechas para beneficiar a los sectores pudientes de la sociedad.

No entender el carácter de clase del sistema burgués, pretender que dentro de este se puede realizar acciones tendientes a favorecer al pueblo, es una óptica muy ilusionista que tarde o temprano desaparecerá por la acción inescrupulosa de la derecha.

Brasil nos acaba de confirmar esa teoría, solo realizando transformaciones profundas en el sistema imperante, solo a través de la participación protagónica del pueblo; solo a través de una revolución, será como se podrá avanzar hacia los cambios y transformaciones que necesitan los países explotados y oprimidos para su emancipación definitiva. Lo demás, se podrá adornar con lo que sea, pero tarde o temprano, la burguesía dejara claro quién es el dueño del sistema.

Nos duele profundamente esta situación, y que conste que los movimientos sociales no nos quedaremos de brazos cruzados. Haremos todo lo que está a nuestro alcance para frenar las amenazas imperiales y al mismo tiempo seguir avanzando hacia el proceso de transformación socialista.

Hoy más que nunca el socialismo no es una consigna, es una necesidad impostergable.

Camaradas y combatientes, luchemos duro por esa necesidad. Vivan los países de América latina y el mundo que luchan por su emancipación.

COLECTIVO COMBATIENTES SOCIALISTAS, Mayo, 2016