Estados Unidos, nación con una primacía global afectada por grave hipertrofia financiera y militar sin control, es hoy epicentro de la crisis gestada tanto por los límites planetarios a la acumulación del capitalismo monopólico, como por las consecuencias catastróficas de una movilización bélico-industrial orientada a una guerra nuclear contra Rusia. Mientras su clase gobernante profundiza la guerra global de clase bajo el neoliberalismo, alaba la mano invisible, pero usa el puño visible del Pentágono y la CIA, propio de un estado de excepción global.
Su primacía se acota por su incapacidad para liderar una urgente campaña internacional para frenar el calentamiento global; por una irresponsable y suicida toma de riesgos de guerra general nuclear (brinkmanship) en Eurasia y a nivel hemisférico, por una diplomacia de fuerza (golpes blandos) que se acompaña de extrema regresión social, aguda explotación del trabajo y los recursos naturales, contra poblaciones y gobiernos latinoamericanos, progresistas.
Del Bravo a la Patagonia, el parasítico uno por ciento lumpenburgués depreda, traiciona y se pliega al golpismo de Estados Unidos para remover obstáculos a las transas en curso o para encubrir, como en Brasil, las escandalosas corruptelas multimillonarias en la base del golpe de Estado contra Dilma Rousseff. Los afectados no se someten: el 99 por ciento que padece a los chicos de Wall Street, Macri en Argentina y Temer en Brasil, resiste el ataque al empleo y a sus derechos laborales, ambientales y del consumidor, en juego por el estatus constitucional de privilegios a las corporaciones formalizados en el Acuerdo TransPacífico y de Inversión Trans-Atlántico. En Argentina el sindicalismo se unifica ante los despidos y rechaza las corruptelas del capitalismo de amiguetes que viene con la cadena de golpes blandos mientras el imperio enfila su mira a Venezuela, con la principal reserva petrolera del mundo. ¿Cómo es el modus operandi de esta cruzada golpista?
Los intereses trasnacionales no se imponen por fines de ciclos progre sino por la guerra política y económica de comandos militares y bancos. En México, EU y Canadá, población y territorio son vigilados por el Comando Norte creado por Bush II al margen de leyes que prohiben, como también en México, el uso de militares en tareas de Ministerio Público. De Guatemala y el Caribe a la Patagonia es área del Comando Sur (CS) cuya Operación Venezuela Freedom-2 (OVF-2) revelada por Misión Verdad y difundida por Telesur y Red Voltaire merece atención. En síntesis, se trata de arreciar las acciones en contra del gobierno legítimo de Venezuela hasta lograr interrumpir el mandato del presidente Nicolás Maduro. La OVF-2 va de la mano de la derecha venezolana agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática(MUD), planteándose un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada. El documento, firmado por el jefe del CS aclara 1) que si bien la elaboración, planeación y ejecución parcial de la OVF-2 descansa en nuestro comando, el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda realizar las políticas para sacar a Maduro.
Luego el CS propone: 2) usar la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir acciones del gobierno bajo un enfoque de cerco y asfixia convocando a “eventos y movilizaciones, interpelar funcionarios, negar créditos (FMI-BM-BID) y derogar leyes; 3) montar un gobierno de transición; 4) aplicar las tenazas para asfixiar e impedir recomposición del chavismo; 5) fomentar clima de desconfianza, incitando temores, haciendo ingobernable la situación”; 6) explotar temas como la escasez de agua, de alimentos y de electricidad… «reforzando la idea de que el jefe de Estado es responsable exclusivo»; 7) “acentuar que Venezuela entra en crisis humanitaria por falta de alimentos, agua y medicamentos; demandar a la comunidad internacional una intervención humanitaria para mantener la paz y salvar vidas”; 8) se indica que, «como se convino con Luis Almagro Lemes», se aplique a Venezuela la Carta Democrática de la OEA, usando a ex presidentes y gobiernos afines. Luego (9-11) propone afianzar la vinculación del gobierno de Venezuela con corrupción y lavado de dinero; se menciona al sector militar y señala que aunque han logrado adeptos, preocupa que «los mandos identificados con el chavismo duro ofrezcan resistencia» por lo que EU trata de debilitar ese liderazgo y anular su capacidad de mando. Finalmente el CS planea colocar en alerta los recursos y fuerzas en el sistema de bases «con proyecciones sobre la región central de Venezuela, donde se concentra el poderío político militar».