Marcos Piña
Los cambios producidos luego de asumir el nuevo gobierno no han llegado a todos los organismos del Estado Argentino o en algunos casos se mantuvo a los funcionarios heredados del kirchnerismo, como sucede con la ciencia y la tecnología, en cuyo ministerio continúa Lino Barañao, ex ministro de Cristina Fernández, o como sucede con la oficina de marcas y patentes INPI, donde su presidente sobrevivió a las modificaciones del gabinete realizado por el ministro de producción, Francisco Cabrera, quien resolvió mantener (al menos temporalmente) a Mario Aramburu en el organismo de propiedad industrial.
Según fuentes cercanas a la ex ministra de industria Débora Giorgi, quien mantiene fluídos lazos con sectores pertenecientes a la coalición de gobierno de «Cambiemos», empresas farmacéuticas de intereses nacionales pertenecientes a CILFA habrían ganado la pulseada interna dentro de las cámaras farmacéuticas para mantener el status quo en la oficina de patentes y así continuar controlando los procedimientos de concesión y denegación de las peligrosas solicitudes de patentes y marcas presentadas por las empresas de capitales extranjeros que representan más del 85% del total de las presentaciones de patentes y más del 50% de las marcas.
Las mismas fuentes filtraron que hay una disputa dentro del gobierno de Macri por el control del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial que aún no ha sido resuelta entre los sectores a favor y en contra de la alineación total con grupos industriales de los EEUU que es alimentada por el embajador de ese país en Argentina. Este sector es quien maneja las negociaciones para el ingreso del país al Tratado de la Alianza del Pacífico (TPP) que obligará a la Argentina adherir automáticamente a tratados internacionales en materia de patentes y marcas tales como el PCT y el Sistema de Madrid.
La canciller Malcorra, ex integrante de las Naciones Unidas es quien comanda este grupo de negocios para terminar de quebrar las alianzas de los sectores del radicalismo con empresas farmacéuticas nacionales y dirigir definitivamente a la industria de los fármacos apor el camino de la importación, producción y distribución de medicamentos directamente desde los Estados Unidos.
El presidente Mauricio Macri quien acudirá como invitado el próximo 22 de junio a la reunión de presidentes de gobiernos en Canadá para la firma del TPP, prometió a Barack Obama en su viaje a la Argentina realizar todos los esfuerzos necesarios para lograr la adhesión del país al tratado que permitirá en el futuro a los laboratorios de Estados Unidos controlar los mercados de medicamentos biológicos y postergar la aparición de genéricos o biosimilares en los países miembro del tratado.
Ante esta sombría perspectiva para las cámaras de laboratorios nacionales y luego de la visita de Obama al país que incluyó un fuerte lobby de la cámara de comercio de los EEUU (AmCham) se decidió el comienzo de una operación de blindaje del INPI con el nombramiento en el organismo de la propiedad industrial de un nuevo administrador de operaciones y finanzas para comenzar a ordenar las cuentas, los recursos humanos y los procedimientos de la institución que se encuentra desde hace más de 14 años a cargo de Aramburu, quien fuera nombrado por Néstor y Cristina Kirchner para cuidar los intereses de los laboratorios aportantes de la campañas electorales de todos los gobiernos y que ahora pretenden mantener su control bajo el gobierno de Mauricio Macri.
Un nuevo director de administración y finanzas no sería más que una forma de prolongar por algún tiempo más las políticas de la oficina de patentes hasta el desplazamiento definitivo de este sector del capital nacional o hasta la firma del TPP, momento en el que la Argentina pasará a integrar el tratado de libre comercio más importante del mundo y adherir a todos los tratados internacionales en materia de propiedad intelectual que sería el inicio de la política de anexión del país al mercado de los Estados Unidos, como son actualmente Chile, Perú, Colombia o México, situación que se profundizará con el inicio del Tratado de la Alianza del Pacífico.
Una nueva batalla por las patentes farmacéuticas ha comenzado en la Argentina.