Quito, abril 9 – Fue como una avalancha. Desde el pasado domingo cuando se reveló simultáneamente –aunque parcialmente- la información contenida en los denominados papeles de Panamá (Panama Papers), se conocieron muchísimos secretos, que generaron sendas reacciones, desde anuncios de investigaciones, inicio formal de indagaciones judiciales, dimisiones, explicaciones, excusas, silencios, sospechas y dudas.

Pero también abrió la discusión sobre la nobleza del oficio periodístico, el sesgo interesado o la búsqueda del impacto por el impacto de algunos medios.

El Süddeutsche Zeitung, segundo diario de Alemania en ventas, recibió más de 11 millones de documentos que procedían del gabinete de abogados panameño Mossack Fonseca, y que le fueron entregados por un informador anónimo.

El diario liberal de izquierda compartió estas informaciones con otros medios. Desde el domingo, las revelaciones de los «Panama Papers» -sobre evasión fiscal o uso de paraísos fiscales- ya ha provocado la caída del primer ministro islandés, la dimisión de un responsable de la UEFA, y ha dejado en delicada posición al primer ministro británico David Cameron y al presidente argentino Mauricio Macri.

«Nunca imaginé que hubiera tantas reacciones, que las televisiones hablarían tanto de ello y que tendríamos solicitudes de todos los medios del mundo», explica uno de los dos redactores, Bastian Obermayer, de 38 años, en entrevista con la AFP en la sede del diario en Múnich. 

«Aún estamos en la mitad de las revelaciones», prosigue su colega Frederik Obermaier, de 32 años. «En los próximos días habrá más temas, que afectan a muchos países, y que van a estar en primera página», asegura.

Consultado por ANDES, Javier Darío Restrepo, experto en ética periodística y catedrático de la Universidad de los Andes en Colombia, destacó el trabajo “admirable” de los más de 380 periodistas en todo el mundo que revelaron parte de los papeles luego de trabajar un año en el tratamiento de los datos.

“Los papeles de Panamá están revelando la existencia de unos lugares en donde se oculta dinero, bien sea para evadir la tributación o para lavar dinero de origen ilegal; si se hace para evadir la tributación se está atentando contra el interés público”, dijo.

Que se revele todo

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció el martes que su gobierno realizará un análisis sistemático y objetivo de los 10,5 millones de datos de la filtración convencido de que de este rastreo saldrían “maravillas”.

Este entusiasmo inicial pareció perderse cuando Gerard Ryle, director del Consorcio de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), dijo que la organización, financiada por la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo), no tenía planes de revelar y publicar toda la base de datos en su poder supuestamente para no afectar a privados inocentes.

Esto huele muy mal, advirtió el mandatario en Twitter y añadió que “los ciudadanos del mundo debemos exigir se muestre toda la información, y saber quién es quién”.

‘Cómplices de un crimen’

En medio del torbellino de revelaciones selectivas y de las reacciones en todo el mundo, Ramón Fonseca, cofundador del estudio legal panameño, justificó, entre compungido e indignado, que no es un pecado ser dueño de una sociedad anónima y reveló que la extracción de los documentos, que no demuestran ninguna ilegalidad de su empresa, se había realizado desde otro continente. A la vez que advirtió que el que haya utilizado esa información es “cómplice de un crimen”.

Sobre la identidad de la fuente que está en el origen del scoop (exclusiva), el periodista asegura no conocer el «nombre» de la persona que comunicó los datos «hace más de un año». «No sé si es un hombre o una mujer, o un grupo. No conozco la identidad de esta persona» afirma.

Para proteger a esta fuente, el redactor no quiere revelar si sigue en contacto con ella, ni cómo reaccionó tras las primeras revelaciones.

Pero sus motivaciones son claras y «morales», según él. La fuente «quiere que estos delitos sean hechos públicos. Nuestra fuente ya ha visto muchos de estos datos y pensó que había que publicarlos», indica.

La fuente «quiere que (el gabinete panameño) Mossack Fonseca cese sus actividades» explica Bastian Obermayer.

‘La exclusiva conduce a los periodistas a errores’

Javier Darío Restrepo sostuvo que el secreto solo se justifica en razón del derecho a la intimidad a la vez que destacó que el trabajo de los periodistas al revelar la información le hace bien a la sociedad.

Sin embargo, consideró que cuando el periodista es utilizado al proporcionársele –y revelar- información obtenida de forma irregular “no está cumpliendo con su función”.

“Hay un peligro muy grande en nuestras redacciones y es que cuando llegan unas filtraciones, inmediatamente se piensa que es una exclusiva y la pasión por la exclusiva conduce a los periodistas a una cantidad de errores. El error principal es darle importancia a la exclusiva porque se entra en la lógica comercial, no es una lógica periodística”, expuso.

La lógica periodística indica, explicó el maestro, que la información se debe comprobar y si en ese proceso se gasta tiempo y hay que publicar más tarde es preferible hacerlo así, pero difundirla de una forma confiable.

Restrepo no duda en calificar de “argumentos bastardos” el criterio de ciertos medios de publicar antes que la competencia, o por asegurar una mayor circulación. “Por tanto, frente a las filtraciones lo que tiene que activarse en cualquier redacción son todas las medidas de confirmación de que esa noticia es verdadera y ha sido comprobada””, recomendó.

‘Abrir los ojos’

José Gabilondo, profesor de Derecho Económico de la Universidad de Florida, Estados Unidos, dijo en CNN que los medios han abandonado su responsabilidad hacia la crítica y la verdad y han privilegiado el enfoque comercial, del rating.

Dijo que no puede causar sorpresa la revelación porque lo que pasó esta semana es la culminación de un proceso que empezó en los años ochenta con la globalización, pues desde entonces se ha estado facilitando el movimiento de capitales, bienes e información lo que ha ayudado a una clase financiera de la súper-élite.

En este sentido cree que la divulgación de los papeles de Panamá permitió “abrir la puerta un poquitico, ver quiénes son y cómo actúan”.

Consideró que en este caso lo mejor que pueden hacer los medios es educar a las personas y servir como una voz independiente que permita hacer entender que vivimos en un mundo donde cuentas y estructuras offshore no son la excepción, sino la regla del juego.

“Lo que pasó esta semana es que en lugar de ser ciegos, vimos. Pero tenemos que entender eso no como una excepción sino como lo normal, porque vivimos en un mundo donde el capitalismo permite este tipo de estructuración, permite que personas conserven su patrimonio de esa manera. Lo malo de eso es que te hace dudar, no de esas personas sino de la legitimidad del sistema legal y político como tal”, mencionó.

Andrés Reliche- ANDES