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9 de abril 2016.- A fines de enero la disparada de precios lograba alarmar a consumidores ya habituados la inflación cuando los cortes de carne de consumo popular superaron en un abrir y cerrar de ojos los $100. En ese entonces, Ricardo Buryaile, Ministro de Agricultura, llamó a no comprar carne si no bajaban los precios. “Si el consumidor se tiene que abstener de consumir, que lo haga.”

Y dejamos de comer carne y los precios no bajaron. El último informe de coyuntura de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra) muestra que hace dos meses que el consumo está en retirada. El consumo de carne por habitante cayó en el primer trimestre del año al equivalente los 55,9 kilogramos anuales y resultó la segunda cifra más baja en los últimos diez años.

 

 

 

No es solo la carne. El representante de los supermercadistas señaló que «Nosotros registramos una muy importante caída del consumo. Interanualmente, el mes de marzo, comparado con el del año pasado, fue una retracción promedio del consumo en unidades que ronda el 8 por ciento. 

El análisis de Ciccra subrayó que el precio promedio de la carne exhibió en marzo un aumento de 44% en forma interanual, mientras que el consumo resultó en el trimestre un 6% menor que en 2015. El único corte que se vende más es la carne picada.

Pero no es solo la carne. El director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos, Juan Vasco Martínez, advirtió hoy que se vive «una gran retracción del consumo», y que el sector registró en marzo una caída del 8 por ciento en sus ventas comparado con el mismo mes de 2015.

 

No son los únicos, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que su relevamiento de ventas minoristas mostró una caída en marzo del 5,8% respecto de igual mes del año anterior, y acumularon en el primer trimestre una retracción de 4,2% interanual.

 

El secretario de prensa de la entidad, Vicente Lourenzo, explicó que se realizó un relevamiento de consumo en 22 rubros «y la tendencia continúa a la baja; por lo tanto, si no hay un incentivo adicional o un giro en las medidas económicas, vamos a cerrar un semestre con una baja importante”.

Lourenzo de la CAME advirtió que la retracción en el consumo impactará en el nivel de actividad. «Para que una empresa hoy continúe dando trabajo tiene que tener actividad y para ello hay que reducir el costo financiero, reducir la presión fiscal y para fomentar una política de fomento del consumo hay que buscar una política de Estado». 

Coincidentemente, Martínez aseguró a radio Del Plata: «Nosotros registramos una muy importante caída del consumo. Interanualmente, el mes de marzo, comparado con el del año pasado, fue una retracción promedio del consumo en unidades que ronda el 8 por ciento. Y esto ha erosionado mucho la rentabilidad del sector. Se ve una gran retracción del consumo».

 

Además, el supermercadista dijo además que no tienen buenas expectativas para abril, y que esperan que la situación mejore en la segunda mitad del año: «Consideramos que (la caída) va a seguir, no hay elementos para pensar otras cosas. Veremos cuando se produzcan la bajada a tierra de las correcciones macroeconómicas que está llevando adelante el Gobierno, para el segundo semestre, o el último cuatrimestre, esta situación cambie», aseguró.

 

Menos optimista, el representante de CAME detalló a radio Provincia: “El ajuste impacta directamente la rentabilidad porque tengo ingresos a la baja y tengo costos en alza, y todo eso atenta contra la rentabilidad que es la razón de ser para una empresa».

Además, advirtió que la retracción en el consumo impactará en el nivel de actividad. «Para que una empresa hoy continúe dando trabajo tiene que tener actividad y para ello hay que reducir el costo financiero, reducir la presión fiscal y para fomentar una política de fomento del consumo hay que buscar una política de Estado», dijo Lourenzo.

 

En este sentido, la Fundación Mediterránea anunció que la caída que muestran los diferentes indicadores económicos «reflejan el impacto» de las medidas del gobierno, de acuerdo con los valores que arrojó el informe de la IERAL, la escuela de negocios de la Fundación.

 

 

«En el primer trimestre del 2016 se profundizó la desaceleración del nivel de actividad, con guarismos negativos en sectores relevantes», dice el reporte. El estudio señala que «el primer trimestre muestra indicadores en general negativos del nivel de actividad que en parte, son una continuidad de las tendencias declinantes del cuarto trimestre de 2015». 

El informe menciona también que «los patentamientos de autos mejoran marginalmente un 0,2 % por ciento interanual, pero la brecha con los indicadores de producción de vehículos se ubica en 20 puntos porcentuales, ya que la fabricación local cae 20,5 por ciento interanual, en parte influenciada por la recesión de Brasil».

 

«Tras un cuarto trimestre en terreno positivo, el despacho de cemento marcó una caída de 9,1 por ciento interanual en el primer trimestre de 2016 y las ventas de gasoil del primer bimestre bajan 2,3 interanual luego de haber aumentado 2,8 por ciento en el cuarto trimestre de 2015», indica el informe.

 

Aun así el reporte destaca que pese a que «El Índice de Confianza del Consumidor cae 8,1 puntos porcentuales respecto del cuarto trimestre de 2015, (…) el Índice de Confianza en el Gobierno sube de 1,8 a 3, sobre una nota máxima de 5». Y responsabiliza a la devaluación y al incremento de las tarifas de servicios públicos como los responsables del derrumbe de la confianza de los consumidores.