Oglis Ramos

 

La gira realizada por Barack Obama a la Cuba revolucionaria deja ver tras bastidores que el imperialismo busca reorganizar el tablero geopolítico en América del Sur, y así mismo engañar con la falsa democracia que oferta los EEUU. A través de Cuba busca congraciarse con los países que ya tienen más de una década resistiendo los ataques de las grandes agencias de inteligencias al servicio de la Casa Blanca y por otro lado hablan de democracia mientras colocan a Venezuela como amenaza a sus intereses y claramente realizan acciones injerencista en un país soberano que a pesar de los múltiples problemas de orden económico que lo aquejan; solo el pueblo y el gobierno venezolano tienen la responsabilidad de buscar las soluciones incluso a los infundados por las mafias de la oligarquía regional, las cuales han desatado una guerra económica internacional contra millones de venezolanos; con el único objetivo de derrotar la propuesta bolivariana y la integración suramericana.

La doble moral de Obama es la misma que fue usada por quienes los antecedieron en el poder, pide libertad y democracia para el pueblo cubano; cuando la dictadura que establecen las leyes estadounidenses y sus servicios de seguridad violan por completo cualquier norma de derechos humanos; exige libertad pero no eliminan el bloqueo genocida, exigen libertad mientras promueven la tortura de la CIA, exigen libertad mientras no se garantiza el derecho a la vivienda y comida a millones de estadounidenses, exigen democracia cuando son sus ejércitos quienes han enlutados a millones de familias a nivel mundial, exigen democracia mientras tienen en su haber un historial con decenas de dictaduras represoras y que por las cuales; aun la América de nuestros libertadores  clama justicia y resiste ante el regreso de los modelos autoritaristas que dejaron una estela de asesinatos y desapariciones.

Mientras el presidente Obama se refería a que solo el pueblo cubano tiene que marcar su camino y resolver sus asuntos, sus esbirros neoliberales atizan el fuego de la desestabilización en América del Sur. Brasil y Argentina blancos predilectos para reimpulsar el sueño del ALCA. Para esto es necesario mostrarse ante América del Sur como amigo de un enemigo histórico como lo es Cuba y así mismo tratar de desarmar ante la opinión pública mundial al gobierno cubano.

Obama el “héroe” así lo han catalogado muchos medios de información al servicio del poder global; esto con la finalidad de rescatar la imagen perdida por Washington ante los pueblos de América del Sur; pero los mismos pueblos saben y tienen memoria histórica que las acciones del pentágono en nombre de la libertad y la democracia, han inundado de miseria y desgracia las vidas de millones y millones. El interés de la Casa Blanca en tratar de cambiar el tablero es claro y para esto no solo reabre las relaciones con Cuba; sino que le da un aire de respiro ofreciendo el apoyo y respaldo  al neoliberalismo impulsado por el gobierno de Macri que ya cuenta con un rechazo popular por la aplicación de medidas  orientadas por el Fondo Monetario Internacional; las cuales ya comienzan a dejar en tan poco tiempo el rastro de la miseria que recibirá el pueblo argentino.

Los Estados Unidos saben y tienen en claro que para buscar del “dorado” en América Latina, es necesario fortalecer al gobierno de Macri el cual les va a permitir lentamente jugar a sus intereses geopolíticos en la región; no sin antes tener al régimen de Juan Manuel Santos dominado por completo a través del llamado Plan Paz Colombia, como elemento clave para continuar con la presencia estadounidense y lo cual le sirva de escalera para justificar su presencia y legitimar las bases militares en territorio neogranadino. Así mismo para esto era más que necesario que ellos tomaran la iniciativa en cuanto al proceso de paz que se lleva a cabo en la Habana y que la figura de Jhon Kerry surgiera como el principal garante de la paz entre el régimen colombiano y las FARC.

Los Estados Unidos necesita sembrar una falsa paz en América del Sur y para esto tiene que contar con gobiernos entreguistas, que le permitan dominar el nuevo juego de ajedrez geopolítico que están tratando de imponer; la llamada crisis en Brasil no es ajena a que sea una orden emanada por las agencias de inteligencias y la cual se han sumado los mismos enemigos con guiones de desestabilización y golpismo alentados por el gobierno injerencista del premio nobel de la guerra. El ataque contra el gobierno de evo morales y el proceso de desestabilización contra Venezuela son estrategias que van enmarcadas dentro del plano de la nueva estrategia de colonización regional que se ha propuesto Washington. Este cambio de estrategia pasa por cambiar el gorilismo al que están acostumbrado; por falsas democracias en nombre de la paz y la libertad y para esto, cuentan con una herramienta muy importante que son las grandes cadenas de medios de disociación masivos; los cuales han sido perfeccionado a fin de que cumplan los intereses de los emporios del poder global.     

América del Sur se encuentra acechada por los ladridos de Washington y la unidad suramericana intenta ser resquebrajada por quienes históricamente la han denominado su patio trasero.

 

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