Gabriel Cocimano
Rebelión

Sin ningún tipo de pudor, la prensa hegemónica argentina –hoy más hegemónica que nunca antes en la historia- participa de una aventura de la que probablemente jamás se sonroje: el provocador blindaje mediático al gobierno neoliberal de Mauricio Macri. Así como colaboró en la construcción del candidato convertido hoy en presidente por el voto popular –y, más que colaborar, fue decisivo a la hora de construirlo- exhibe sin ninguna sutileza una protección periodística que debe conmover hasta a los partidarios menos candorosos de la derecha argentina.

Desde las bucólicas fotografías de ministros, gobernadores y gremialistas sonrientes con las autoridades del nuevo gobierno hasta la absurda minimización de los efectos de las nuevas políticas en el corto y largo plazo –titulares de tapas de diarios del tipo “Ahorrar luz será clave para aliviar la suba de las tarifas” o “Apuran medidas para aliviar el impacto de la inflación en el bolsillo”- los medios hegemónicos de la Argentina (léase Clarín y La Nación) hacen acrobacia para amortiguar el efecto negativo de las medidas del gobierno en la población. Y no sólo recurren a subterfugios, sino que también apelan al cinismo: es el caso de la tapa del diario Clarín del 7 de enero de 2016: “Siguen hasta mayo los Precios Cuidados con subas promedio del 5%. El gobierno busca que la inflación no impacte en el bolsillo”. La invocación a los Precios Cuidados –denigrados en tiempos de kirchnerismo- es utilizada aquí con una connotación positiva. En eso radica el cinismo.

A pocos días del inicio de su gestión de gobierno cuando, evadiendo el acuerdo del Senado, el presidente Macri nombró polémicamente por decreto a los dos jueces de la Corte Suprema, Clarín tituló escueta y caprichosamente en su tapa: “Macri cubrió las dos vacantes en la Corte” (15/12). Ese día hasta el diario La Nación -el órgano histórico de la derecha conservadora en la Argentina- acaso por vergüenza de estirpe, tituló con más decoro: “Con un decreto, Macri nombró en comisión a dos jueces de la Corte”. Dos días más tarde, ante el anuncio de la devaluación del peso y el fin de las restricciones cambiarias, Clarín vuelve a titular sin ruborizarse: “Fin del cepo: liberaron la compra y venta de dólares” (17/12). Otra vez aquí La Nación lo hizo más dignamente: “El gobierno elimina el cepo, devalúa el peso y abre más la economía”. O devaluar no era para “el gran diario argentino” una medida política que concitara el interés periodístico, o bien dicha devaluación no había sucedido nunca a los ojos del todopoderoso multimedio.

Esta prensa hegemónica ha titulado no sin impunidad que el aumento del 15% a los jubilados fue concedido por el gobierno de Macri y no por la aplicación automática de la ley de movilidad previsional sancionada por el gobierno anterior. La misma prensa justifica el acuerdo del gobierno con los fondos buitre porque el objetivo es “reingresar al mundo”. Con la intención de amortiguar mediáticamente el efecto del brutal tarifazo de luz, uno de esos medios sentenció con picardía que “dos millones de hogares no tendrán subas”. Los despidos en el Estado se justifican en la “herencia desmedida y sin control” de la gestión anterior. “Responsabilidad gremial” significa, para ellos, acotar reclamos en paritarias a cambio de no despedir trabajadores. En medio de las frenéticas negociaciones paritarias con los gremios docentes, el diario Clarín del 19 de febrero tituló un artículo: “El Presidente insistió con el techo para la paritaria docente en un 25%”; pero agregó, en su afán por marcar desavenencias con el gobierno anterior, una hilarante contradicción: “La idea del gobierno es no interferir como pasó durante los últimos diez años”.

La víspera de Nochebuena, cuando por decreto el gobierno modificó la Ley de Medios (¡sí, un decreto modificando una ley sin el aval del Congreso!), medida que benefició claramente al multimedio Clarín, el mismo diario tituló, el 24 de diciembre (¡sí, en vísperas de la Navidad!): “Intervienen la AFSCA y denuncian a Sabbatella por resistir la medida”. Dos en una: desconocen la ilegitimidad de la maniobra que los beneficia y, de paso, acusan al ex presidente de la AFSCA por resistencia a la autoridad.

El anuncio sobre modificación en Ganancias también fue recibido por la prensa adicta al gobierno con júbilo: “Mejoras de hasta el 22% en salarios por la rebaja en Ganancias”, tituló Clarín (19/02) con el desenfado de siempre, como si el aumento fuera masivo y alcanzase a un alto porcentaje de trabajadores. Después, justo también es decirlo, llegaron una a una las dudas e incertidumbres en la misma prensa. En tanto, para justificar los cortes programados de luz, La Nación (18/02) recurrió al clásico argumento meteorológico: “Registran el enero más caluroso en más de un siglo”; y dentro del mismo artículo un recuadro da cuenta, ahora sí, de la noticia: “Habrá cortes de luz de 13 a 16 hrs”. En la misma línea argumental, Clarín tituló: “Por el calor, sube el consumo de luz y crecen los cortes”.

Mientras tanto, esos medios hegemónicos siguen exhibiendo a funcionarios oficiales haciendo compras en el supermercado o viajando en avión en clase turista. O sonrientes en anuncios con ministros, políticos de la oposición, gremialistas y mandatarios extranjeros. Mientras tanto también el tema inseguridad -eterno caballito de batalla contra el gobierno anterior- se evaporó de la agenda. Ni hablar del valor del dólar, o de la represión a manifestantes por el protocolo anti piquetes. Sí continúan a diario denunciando a los feos, sucios y malos de la gestión anterior: “Investigan la ruta del dinero de la Túpac Amaru” (La Nación, 20/02), “En dos meses, los jueces ya procesaron a siete ex funcionarios K” (Clarín, 17/02), “Echan a 500 empleados nombrados a última hora en Justicia” (Clarín 26/01), entre tantas otras. Aunque ninguna como el siguiente título de Clarín del 21/02, que si bien exhibe el malestar actual por el ajuste lo hace con un tiro por elevación al gobierno saliente: “A la gente le preocupa el costo de vida pero culpa a la gestión K”.

Estos son solo algunos pocos y desordenados ejemplos de la evidencia con que los medios corporativos blindan al gobierno. A través del cinismo, la hipocresía y, sobre todo, el descaro y la impunidad con que utilizan la mentira y el ocultamient0 para manipular la realidad en función de sus propios intereses. Ya a partir de los próximos días, con las negociaciones paritarias en trámite, las nuevas tarifas de luz en la calle y el descontento generalizado por la baja del consumo, estos mismos medios desempolvarán todas las denuncias judiciales contra ex funcionarios, incluyendo a Cristina. La ofensiva –entre otras, la insólita reapertura de la causa de la denuncia del fiscal Nisman y el intento de asociar su muerte a un asesinato ejecutado por el kirchnerismo- tendrá toda la logística, información y poder de fuego de los medios corporativos para apuntar a la ex presidenta y llevar a cabo la venganza .

Por último: cuando el presidente comience a ser un estorbo para esos mismos intereses, cuando le hayan sacado dividendos a su gestión y necesiten una nueva víctima para esquilmar, ¿volverán a lanzar contra el propio Macri la eficaz maquinaria conspirativa que tantos resultados les ha dado en los últimos cuarenta años?

Gabriel Cocimano (Buenos Aires, 1961) Periodista y escritor, su último libro es «Café de los Milagros» (Editorial Autores de Argentina-2015). Todos sus trabajos en el sitio web www.gabrielcocimano.wordpress.com