Gonzalo Acosta
En la antinomia que construyó en nuestro país el poder político, el poder real de Monsanto logró unir el kirchnerismo y el macrismo en la figura de Lino Barañao. El hombre de la cartera de Ciencia y Tecnología es el único ministro que continua en funciones. Barañao fue quien afirmó que el glifosato puede causar el mismo daño que beber ‘agua con sal’, y fue el adversario y principal difamador del trabajo del científico Andrés Carrasco, quien verificó que el glifosato producía malformaciones en embriones anfibios. ¿Quién es Barañao y a qué obedece su continuidad de la era kirchnerista a la macrista? Para responder estos interrogantes DIARIOJUNIO entrevistó a Patricio Eleisegui, autor del libro Envenenados, quien adelantó que “Los científicos están investigando con financiamiento público para patentes que terminan a medias bajo control de las empresas privadas”.
EL PUNTO EN COMÚN ENTRE EL KIRCHNERISMO Y EL MACRISMO
“La continuidad de Barañao marca en lo concreto que hay una decisión del macrismo de profundizar lo que se venía haciendo con Cristina desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología: no tanto por el programa espacial ni mucho menos, sino por el trabajo que se venía haciendo con el trabajo y los transgénicos, con la evolución en biotecnología como dicen ellos que es”, explicó a DIARIOJUNIO Patricio Eleisegui.
Y agregó: “La continuidad busca mantener el mismo equipo que desarrolló la papa transgénica, que tiene todo el manejo dentro del Conabia (Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria), y aparte la sintonía que tiene el Ministerio de Ciencia y Tecnología con las empresas: un vínculo muy estrecho en programas de colaboración, por eemplo hay que pensar que Tecnoplan es la empresa que hizo el desarrollo de la papa transgénica y se quedó con la patente de la papa compartida con el Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas)”.
BARAÑAO DETRÁS DEL PROYECTO DE LAS VACAS TRANSGÉNICAS
El periodista Eleisegui detalló que “Uno de los investigadores líderes de Tecnoplan es Alejandro Mentaberri que es el segundo de Barañao en el Ministerio de Ciencia.
Y el mismo Barañao viene del grupo BioSidus que es un grupo muy grande, que hace unos años trabajaba con el tema de las vacas transgénicas. Las primeras vacas transgénicas las estuvieron desarrollando y luego no se patentó, quien estaba detrás del proyecto en ese momento, cuando no era Ministro, era Lino Barañao”.
A lo que manifestó que “Se trata en definitiva de mantener un equipo científico auspiciado por el estado que viene de un origen corporativo y que al mismo tiempo trabaja para generar patentes que después terminan en poder de las empresas: como pasa con Bioceres.
Bioceres estaba operando en Rosario con el centro de investigación Indear (Instituto de Biotecnología de Rosario) y está funcionando en hectáreas que fueron cedidas por el Conicet a Indear sin ningún tipo de costo. Para mi es marcar que hay una continuidad por el lado de estos negocios que en el kirchnerismo se había consolidado”, remarcó el autor de Envenenados.
CIENCIA PARA LAS MULTINACIONALES
Lino Barañao, con el kirchnerismo, fue de 2003 a 2007 Presidente del Directorio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica hasta que en 2007 fue designado como ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.
“Lo paradójico de esto es que días antes de la victoria de Macri, Lino Barañao había hecho una convocatoria de científicos a los que había puesto a lavar los platos, diciendo que con Macri los científicos iban a volver a manejar taxis, un poco el eslogan que tenía el kirchnerismo.
“Los científicos están investigando con financiamiento público para patentes que terminan a medias bajo control de las empresas privadas, pero que eso era mejor que en los noventa, cuando el científico era taxista, plantean esa suerte de disyuntiva. A mismo tiempo esto lo que marca es que hay un direccionamiento a profundizar eso”, afirmó a DIARIOJUNIO Patricio Eleisegui.
MÁS AGROQUÍMICOS PARA EL 2016
Y reflexionó: “El vínculo es clarísimo, no solo por el lado de Barañao, sino también por Sarquis (el funcionario que nombró María Eugenia Vidal); y al mismo tiempo la celebración en determinadas empresas como Monsanto con la victoria de Macri.
A la vista está la quita de retenciones, es una medida que estaba pidiendo, les devuelve un poder, primero no solo la quita de retenciones, sino la devaluación que hace en poco tiempo el valor de la soja almacenada de los productores se duplique. En un momento había una discusión de por qué no había reservas en el Banco Central y se hablaba de que los mismos productores estaban sentados arriba de la soja, tenían todo guardado en los silos esperando que se produzca una devaluación, una variación en el tipo de cambio, y salir a vender una soja que está un 40% sobrevaluada respecto a un mes atrás”, estimó Eleisegui.
“Imagínate que con esto se va a ampliar la superficie de maíz y la de soja también; se van a incentivar el resto de los cultivos que en definitiva todos funcionan con el mismo paquete tecnológico.
Las empresas como había confirmado la Casafe (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes) este año, habían bajado en un 15 % la facturación en venta de agroquímicos, eso lo van a recuperar en base a la misma ampliación de la frontera agropecuaria de la superficie cubierta con cultivo.
En tanto se da la expansión del agro hablamos de una expansión del uso de agroquímicos y fertilizantes, y la expansión de la siembra directa”, puntualizó el periodista Patricio Eleisegui.
EL DATO: BARAÑAO VERSUS CARRASCO
El científico Andrés Carrasco (fallecido en mayo del 2014), fue jefe del Laboratorio de Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de la UBA y presidente del Conicet (2000/01), denunció tempranamente los efectos nocivos del glifosato; verificó en 2009 que el glifosato producía malformaciones en embriones anfibios; incluso en dosis hasta muy inferiores: entre 1.500 y 300.000 veces menores a las utilizadas en las fumigaciones.
Esto le valió una campaña de desprestigio por parte de las empresas del sector, medios de comunicación y funcionarios. Por ejemplo, Lino Barañao, Ministro de Ciencia y Técnica de la Nación, salió a desautorizar a Carrasco a través del editor del Clarín Rural, Héctor Huergo, en su programa de televisión en América.