Jairo Vargas-Público

 

 

29-12-15.-No ceja en su empeño. Alberto Garzón, uno de los dos diputados electos por Unidad Popular-Izquierda Unida, ha dejado claro que el futuro, no el de Izquierda Unida sino el de la mayoría social, pasa por una candidatura unitaria de fuerzas políticas a la izquierda del PSOE que pueda culminar el sorpasso a los socialistas que Podemos no ha logrado estas elecciones. Las candidaturas de unidad en Galicia (Na Marea) y en Catalunya (En Comú Podem) son el camino que tiene que seguir la izquierda, asegura.

En la organización se conversa con Bildu y con ERC para intentar formar un grupo técnico en el Congreso y que su voz no se pierda en el eco del Grupo Mixto. Al mismo tiempo, se abre el periodo en el que Garzón considera que hay que “repensar la izquierda”. Pero nadie descarta la convocatoria de nuevas elecciones tras la fragmentación resultante de los pasados comicios, algo que impediría ese “análisis profundo y sereno”, que el dirigente de IU reclama. La derecha (Ciudadanos y PP) no llega a la mayoría absoluta, el PSOE se niega a facilitar la investidura de Rajoy y el referéndum sobre la independencia en Catalunya sirve de coartada a los socialistas para no plantearse la opción de gobernar con el beneplácito de Podemos, IU y algún partido nacionalista.

 

Todo es incertidumbre salvo una cosa: que los más de 900.000 votos de Unidad Popular-IU, sumados a los de Podemos y las candidaturas de la periferia, hubieran servido para ser la segunda fuerza política.

 

29-12-15.- La reunión de la última Presidencia Federal de IU ya marcó la línea que seguirá la organización si así se aprueba en el Consejo Político Federal previsto para el segundo fin de semana de enero. Están tocados, pero siempre recuerdan que han vivido tiempos peores. Tras casi cinco horas de debate, la pasada semana se constató la “firme apuesta” por seguir avanzando en la unidad popular en los próximos meses, algo que ya había adelantado Alberto Garzón durante su rueda de prensa para valorar los resultados electorales. Entonces afirmó que los resultados en Catalunya y Galicia, donde sí participaba IU junto a Podemos y otras fuerzas políticas, “iluminan el sendero que tiene que seguir la izquierda en el futuro”, que sólo “así se rompe el bipartidismo”, básicamente por el lastre que supone para partidos como el suyo el sistema electoral español. IU necesitó más de 400.000 votos para cada escaño.

Dentro de la organización siempre hay voces discordantes con el acercamiento a Podemos, la organización emergente que ha vaciado IU de casi el 50% de los votos. De hecho, hay división a este respecto incluso en el PCE, el partido mayoritario en la coalición. Fuentes de los comunistas aseguran que se ha vuelto a poner el debate encima de la mesa, pero no entorno a ir o no junto a Podemos si hay nuevos comicios, sino si “realmente existe una mayoría social y política que esté dispuesta a cambiar el sistema político” mediante un proceso constituyente en lugar de una reforma constitucional.

Para el PCE, la negativa a la OTAN y la derogación de las reformas laborales del PSOE y del PP son líneas fundamentales, a lo que hay que añadir “los palos en las ruedas y las piedras en el camino que se le han puesto a Garzón” durante todo este proceso. “Todo lo que ha pasado hasta ahora pesa”, aseguran. Muchos se sienten atacados primero y despreciados después por el partido de Pablo Iglesias.

Pero eso no es obstáculo, al menos de momento, para seguir adelante con el proyecto que Garzón se vio obligado a aparcar apenas dos meses antes de las elecciones. Desde IU se hace responsable a Podemos del fracaso de las conversaciones, pero creen que los resultados de Garzón, por malos que sean, son suculentos para otra intentona y que, tenga el resultado que tenga, se va a producir. “En nuestro peor momento hemos llegado a casi un millón de votos. Es una suma decisiva para formar una nueva mayoría y eso se sabe en Podemos”, apuntan fuentes de la dirección federal de IU.

Según los cálculos de este diario, la unidad de IU y Podemos junto a Compromís, Barcelona en Comú, Anova, CHA e ICV habría conseguido superar el obstáculo de la ley electoral, sumando 13 diputados más de los que se han obtenido ahora. De hecho, habría logrado una clara mayoría progresista en el Congreso, contando al PSOE. Sin embargo, también son conscientes de que una nueva negociación partiría desde una posición aún más débil. IU es de facto una fuerza residual en el Parlamento, pero no renuncia a su identidad y su ‘mochila’. “Tenemos un millón de personas que nos ha votado y hay que seguir representándolas”, apuntan.