Pasados diecisiete años ya de Revolución, quién a estas alturas del partido podría pensar que su continuidad dependería del desempeño económico? El Presidente Maduro, estimamos, está consciente de tal situación al señalar que la Revolución ha entrado en una nueva etapa, «se han acelerado los tiempos históricos». Conversando con el Padre Libertador, Simón Bolívar, el Presidente Maduro le expresaba sin tapujos: «Cien años de dependencia petrolera nos crearon una rémora, un sistema de dependencia, un metabolismo rentista que hasta para el último tornillo de una máquina amerita el dólar central del petróleo venezolano. Tenemos que romper con ese sistema rentista y eso sólo se rompe generando una gran fuerza creadora, productiva, renovadora de las fuerzas productivas venezolanas de una nueva economía». Compartimos, sin duda, el diagnóstico, pero cuáles serían las soluciones para salir del embrollo del cuál, no quieren salir buena parte de la burocracia gubernamental que ha acompañado al Presidente Maduro?

En una de esas colas que nos toca hacer a las y los venezolanos de estos tiempos post Chávez, nos decía una señora de origen humilde y de avanzada edad: «¿A dónde hemos llegado, el kilo de pimentón a Bs 1000,00?», por supuesto, no teníamos respuesta a su pregunta que cargada de ingenuidad, encierra el núcleo central de la problemática de la economía nacional: la producción agrícola. Seguramente, el campesino que sembró y dio vida conjuntamente con la naturaleza a ese pimentón ni se imaginará el precio final de su producto, pues, bien barato lo debe haber vendido a ese comprador rapaz que, al contar con un camión, lo trae a la ciudad y aquí, le pone su precio a dólar today o precio bachaquero, como quiera llamarlo. En preguntas tan sencillas como la de esa compatriota, pero que encierran grandes verdades, están las causas de la derrota aplastante del pasado 6D.

Muchas de las respuestas a la derrota del 6D, debemos buscarla en el incumplimiento del Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019, en el abandono de los Principios Programático del Plan Guía de la Nación y, en ello, debemos exigirles cuentas a sus colaboradores y colaboradoras más cercanas, sus ministros y ministras. En la Ley Plan de la Patria, entre sus objetivos Estratégicos y Generales, podemos entresacar de sus líneas uno que puede servirnos de respuesta a la compatriota que se queja por los precios especulativos de las hortalizas, leamos el 1.4.3: «Afianzar un conjunto de políticas públicas de apoyo a la producción, distribución, comercialización y organización del sector rural y participación del poder popular campesino en la implementación de un Plan Nacional de Producción de Alimentos que garantice la soberanía alimentaria». ¿Existe dicho Plan? Se cumplieron las metas establecidas en el Plan de la Patria, que el mismo define en los siguientes términos: «Incrementar la producción de leguminosas en 95%, para alcanzar 200 mil tn/año: de oleaginosas en 30%, para alcanzar 1,5% MM tn/año; de cultivos tropicales en 165%, para alcanzar 17 MM tn/año; de hortalizas en 40%, para alcanzar 2,5 MM tn/año; de frutales en 20%, para alcanzar 4MM tn/año; de raíces y tubérculos en 25%, para alcanzar 2,5 MM tn/año; a través de planes especiales de producción». Pero, el Plan de la Patria no se queda solo en metas de producción, sino que abarca incluso la comercialización y distribución de esa producción: 1.4.6: «Crear, consolidar y apoyar centros de venta y distribución directa de productos agropecuarios y otros de consumo masivo, locales y en las grandes ciudades, garantizando su acceso a precio justo por parte de la población y una remuneración justa al trabajo campesino e incentivando el desarrollo del comercio local, nacional y de exportación». ¿Cómo se come eso? El propio Plan da algunas pistas de cómo hacerlo: 1.4.6.1: «Expandir las redes de distribución socialista de alimentos, tales como Mercal, Cval, Pdval, Bicentenario y programas de distribución gratuita y red de distribución de alimentos preparados, tales como las areperas y restaurantes Venezuela», importante acotar que las areperas desaparecieron, incluso el propio Presidente Maduro dio la orden al Vice Presidente de Soberanía Alimentaria, Carlos Osorio, de crear los carritos de ventas ambulantes de arepa y eso, no se cumplió. Al parecer, era mejor opción, la importación generalizada de alimentos del exterior, la vuelta a la economía de puertos. Sigue dándonos luces, el Plan de a Patria sobre el Qué hacer: 1.4.6.2: «Crear centros de acopio y redes de distribución comunal, y fortalecer los mercados comunales para garantizar la venta a precio justo de alimentos sin intermediarios», 1.4.6.4: «Establecer una red nacional de centros de distribución de hortalizas y frutales con sus respectivas redes de transporte». Como es evidente, si se hubiese actuado en fidelidad al Plan de la Patria, esa queja de la compatriota no existiría y otro hubiera sido el escenario el 6D. En consecuencia, estimamos que todo el tren directivo de la Vicepresidencia de Seguridad Alimentaria y ministerios adjuntos, deben salir de sus cargos y no ser enroscados. Como parte de este pueblo, así lo exigimos camarada Presidente Maduro. Se requiere, no solo de hombres y mujeres probas y honestas, sino de hombres y mujeres, comprometidos ambos, con un Programa y un Plan de la Patria.

En los 14 años de Revolución Bolivariana, nadie como Eduardo Samán, estuvo tan claro hacia dónde apuntar la proa del barco revolucionario. COMERSO, fue una experiencia alentadora para nuestro pueblo que, a la vez de generar buenas expectativas, muy rápidamente el «látigo de la contrarrevolución» comprendió su necesidad, de que no se echara a la mar el barco de la Revolución. Areperas Socialistas, entre otras medidas que impulsó con sello «Hecho en Socialismo», y que le permitieron dar un salto radical a una Revolución que propugna los valores del Socialismo Bolivariano. En alguna oportunidad, le preguntaron a Samán si quería quebrar a la Polar y sin tapujos de ningún tipo respondió: «¡Claro que sí! No es justo que una compañía tenga el monopolio del comercio, y no es justo que pueda utilizar sus bienes para decidir cuándo hay abastecimiento y cuándo no». Nadie como Samán, descubrió la importancia de la utilización del control de precios como un arma de la Revolución para paralizar las pretensiones de la burguesía de utilizar los precios como arma de guerra contra el pueblo, someterlo a sus dictámenes: «El control de precio era nuestro arma en la lucha de clases. Así, lo utilizamos en Marzo de 2009 cuando, bajo mi gestión y con la aprobación del presidente Chávez, decidimos inspeccionar las plantas arroceras de la Polar y descubrimos que solo producían arroz de lujo para poder evitar los controles de precio». Le entró duro al monopolio del café, interviniendo Café Fama de América y nacionalizó la Cafea, rompiendo el monopolio que tenían sobre el ochenta por ciento del mercado nacional: Café Madrid y Café Fama de América. Siempre recordamos un diciembre que se fue a la China, y de allá trajo contenedores repletos de juguetes, los cuales distribuyó a precio justo a nuestro pueblo, garantizándoles la alegría a nuestros niños y niñas de los sectores populares. Los distribuyó en los espacios propios, creados en ese entonces por nuestra Revolución, jamás se le ocurrió transferirlo a un privado para que hiciera su negocio con esas mercaderías, algo muy común en estos últimos tres años casi de gestión del camarada Presidente Nicolás Maduro.

Al final, Samán se convirtió en un obstáculo real para los planes de la derecha fascista, quienes terminaron pidiendo su cabeza, como lo explica él mismo: «Creo que ellos pedían mi cabeza como garantía para, en cambio, no generar desabastecimiento de alimentos en un años electoral. Ellos hicieron la amenaza y yo era el obstáculo que querían mover. Lo primero que hizo el nuevo Ministro de Comercio, Ricardo Canán, era dar luz verde para un aumento de precios de productos tan importantes como el tomate, la margarina y la mayonesa. Yo jamás hubiera permitido eso». Margarina y mayonesa, suena tanto a Polar que nos indica el poder que entonces tenía el Lorenzo Mendoza; pero, esa narración del camarada Samán, nos dice mucho del arma política que representaba entonces el abastecimiento de productos alimenticios, si con solo asomar: desabastecimiento, lograron sacar a un ministro de la Revolución; que no conseguirían años después, utilizar esa misma arma, pero esta vez, no para sacar un simple ministro o ministra, sino al mismísimo Presidente de la República.

Rescatamos de Samán que trazó un camino, el único posible para encender ese bombillito al final del túnel que nos conducirá por los senderos del Socialismo verdadero. En la conciliación con la burguesía, solo obtendremos derrotas y el repudio generalizado de nuestro pueblo. Entre un gobierno de la burguesía y otro de conciliación con la burguesía, los pueblos siempre optarán por preferir al original en vez del clon. Por ello, desconociendo los resultados del Congreso Económico del PSUV, sus resultados y recomendaciones, desde nuestra pequeña trinchera de opinión, nos permitimos recomendarle camarada Maduro que, en su condición de Presidente, retome la Ley Plan de la Patria, de manera rigurosa y exíjale cuentas a sus ministro y ministras de su cumplimiento. Tenga presente también, que una Revolución cuando es verdadera, solo se hace con revolucionarios y revolucionarias comprometidas con la causa y no con arribistas pequeñoburgueses que tan solo se conforman con llegar a un cargo, para vivir de las mieles del poder y no hacer, lo que deben hacer: Revolución y Transformación de todo lo que consiguió a su llegada al cargo…

Caracas, 24-12-2015