Mario Bono

Luego de pagar a Repsol, el CIADI, el Club de París, Cristina  creyó que el gobierno de EEUU cumpliría la promesa de ayudar al país del sur a acceder a nuevos créditos internacionales, pero esto no ocurrió y comenzó el giro tardío hacia acuerdos con China y Rusia, ante la arremetida de los Fondos Buitre que comenzaron a acosar a su gobierno.

La mala elección en la provincia de Buenos Aires y la capital federal junto a Santa Fe, Córdoba, Mendoza, La Pampa, Jujuy y Entre Ríos sellaron la derrota del kirchnerismo y su candidato Daniel Scioli.

Sucede que cuando no se profundizan lo necesario y suficiente las políticas de distribución de la renta y la concientización ideológica del pueblo, se pacta con el poder económico y se desconecta del pueblo gobernando por televisión, perdiendo así el control de la calle, se favorece el desplazamiento de la voluntad electoral hacia la derecha, en este caso hacia su candidato Mauricio Macri.

La conductora del kirchnerismo, Cristina Fernández, es la máxima responsable de esta catastrófica derrota de las fuerzas populares de la Argentina, quien con sus alianzas de poder, caprichos personales y escasa visión política, entregó 12 años de gobierno al neoliberalismo puro y duro representado en el macrismo y las fuerzas conservadoras del país.

Así, se abre una puerta a la corriente de la alianza del pacífico dentro del propio MERCOSUR, la firma de un TLC con la Unión Europea y un posible TLC con los Estados Unidos auspiciante de la candidatura de Mauricio Macri desde hace varios años.

La derrota del kirchnerismo obliga a poner las barbas en remojo del progresismo latinoamericano para evitar el «efecto dominó» augurado por la derecha regional y sus medios de comunicación.