Emir Sader, La Jornada
La consolidación y ampliación del Mercosur, y la construcción de la Unasur y de la Celac tuvieron un gran pilar: las estrechas relaciones entre Argentina y Brasil, fundadas por Néstor Kirchner y Lula, seguidas por Cristina Fernández y Dilma Rousseff.
¿Qué efectos puede tener el cambio radical de gobierno en Argentina sobre el conjunto de ese proceso?
Por las declaraciones iniciales del futuro presidente argentino, en el plano económico seguiría habiendo relaciones estrechas con Brasil, hasta más estrechas, porque el acuerdo de libre comercio del Mercosur con la UE va avanzar con más agilidad. Los empresarios brasileños, a su vez, esperan que las posturas proteccionistas de Argentina disminuyan, según sus declaraciones.
Pero al reafirmar el compromiso con el Mercosur, Mauricio Macri, a la vez, menciona la Alianza para el Pacífico y un acuerdo bilateral con Estados Unidos. Ambos son contradictorios con el Mercosur. En el primer gobierno de Tabaré Vazquez, en Uruguay, se consultó sobre la posibilidad de un acuerdo bilateral de libre comercio con Estados Unidos y se obtuvo una respuesta negativa.
Así que la primera gran definición que va a tener Macri es si reafirma la pertinencia de Argentina al Mercosur o si busca un tratado de libre comercio con Estados Unidos y el ingreso a la Alianza para el Pacífico. Por la importancia que tienen el Mercosur y, en particular, la economía brasileña para Argentina, difícilmente Macri va a poder cambiar mucho la inserción económica internacional de su país.
En lo inmediato el cambio de gobierno en Argentina va a agilizar la aprobación del tratado de libre comercio del Mercosur con la Unión Europea. El gobierno argentino es el que tiene más objeciones –de forma correcta, a mi juicio– a los riesgos que ese acuerdo plantea para el mismo Mercosur. Con un gobierno liberal, la presidencia de Paraguay en el Mercosur y el apoyo de Brasil y de Uruguay el convenio debe salir este año.
En el plano político, la promesa de campaña de proponer la exclusión de Venezuela del Mercosur, en caso de que Macri la lleve adelante, tendrá lugar el 20 de diciembre, durante la próxima reunión del Mercosur, en Montevideo, su primer escenario. En la primera reunión, Argentina y Brasil aparecerían enfrentados, proyectando una nueva relación entre los dos países esenciales para todos los proyectos de integración en América Latina.
Dilma Rousseff tiene esperanzas de convencer a Mauricio Macri de no asumir esa posición desde la primera reunión del Mercosur, que sería necesariamente contaminada por ese tema, con respuestas duras de Nicolás Maduro y Rafael Correa, además de la imposibilidad de obtener el consenso necesario a la adopción de esa posición.
En lo esencial, la política externa de Argentina con el nuevo gobierno va a representar un reacercamiento con Estados Unidos en distintos planos. La posición respecto de Venezuela y la Alianza para el Pacífico es sólo una primera postura de realineación de Argentina en el plano internacional. Se pueden esperar nuevas redefiniciones en esa dirección.