Entrevista al analista internacional Carlos Martínez
Rebelión / Enric Llopis
22 de noviembre 2015.- Países como Estados Unidos y Francia han ayudado política, militar y mediáticamente al Estado Islámico, explica el analista internacional Carlos Martínez, de manera que han contribuido a “alimentar el monstruo”. “Durante cinco años de guerra en Siria han defendido que el único enemigo de occidente era Bashar al-Assad”, sostiene el analista. “El presidente sirio, y no el Estado Islámico, era el gran antagonista hasta que el EI empezó a cortar la cabeza de periodistas”, añade. Por otro lado, los integristas han recibido financiación directa de Arabia Saudí. Otro elemento decisivo para explicar la geopolítica de los últimos años es que las potencias imperiales han preferido “estados fallidos” controlados por bandas criminales que estados laicos, como se puede comprobar en Afganistán, Iraq o Libia. Carlos Martínez es analista internacional, colaborador de medios como TeleSur, la Radio del Sur, RT News, Hispan Tv y NT24.
-P-Dos días después de los atentados del 13 de noviembre en París, que se saldaron con la muerte de 129 personas, Francia bombardeó Raqqa, capital del Estado Islámico en Siria. El primer ministro galo, Manuel Valls, afirmó que el estado francés respondería “golpe a golpe” en esta “guerra”. ¿Puede generarse una espiral de violencia y muerte sin límites a partir de esta reacción?
-El último objetivo de los asesinos del Estado Islámico es crear esa espiral de violencia, en la que sin duda es donde se encuentran más cómodos. El también llamado Daesh ha creado un estado genocida en el que se elimina a cualquier persona que no comulgue con esta secta de obediencia takfir; además estos reaccionarios están trabajando para que acontezca una guerra total contra las potencias incrédulas («takfir», acusación de incredulidad), en la cual se recurrirá a las armas de destrucción masiva, lo que hará regresar la humanidad hasta el medioevo. En su locura colectiva, las guerras volverán a realizarse con espadas y lanzas y entonces ellos podrán vengarse.
Es decir, Daesh hará todo lo posible por expandir la violencia y el odio a todos aquellos lugares en lo que sea posible. Lo que ocurre es que Francia, al igual que sus socios de Estados Unidos y el resto de súbditos de la OTAN, se encuentran ante una posición difícil fruto de sus propias contradicciones. Tanto Estados Unidos como Francia han apoyado a todos los grupos llamados “rebeldes” para derrocar al gobierno de Siria. También directa e indirectamente al Estado Islámico (EI), por eso parecería extraño que el EI se revolviera contra uno de sus protectores. Pero todo lo que está ocurriendo estos días es un dejà vú, de las relaciones complicadas entre Al-Qaeda y Estados Unidos. La organización criminal dirigida por Bin Laden fué creada, financiada y armada por la CIA para derrocar al gobierno comunista de Afganistán, ello no impidió, que una vez hubo un desencuentro entre ambas organizaciones terroristas, que los muyadines atacasen objetivos usamericanos, que culminaron con el derribo de las Torres Gemelas.
La historia nos enseña que si se da de comer a perros rabiosos estos acaben mordiéndote la mano. Francia y USA probablemente querrán reeditar campañas bélicas como las que han protagonizado en Afganistán, Somalia, Irak o Libia para acabar con el EI en los territorios de Siria e Irak, pero se encuentran con un problema. El gobierno sirio ha resistido, gracias a que la población no afecta a los grupos takfiris se ha reunificado contra ellos, además del apoyo de Hezbolá, Irán y Rusia. La vuelta a la escena internacional de Rusia supone que se ha terminado la época de las decisiones unilaterales y que por tanto, la OTAN no podrá iniciar, motu proprio, una intervención militar inútil y sangrienta, que tanto desea Daesh.
No es la primera vez que Daesh atenta dentro de un país de la OTAN, antes lo hizo Turquía y su respuesta con el grupo terrorista fue muy benigna y cara a la galería, aprovechando sin embargo para atacar a la guerrilla comunista kurda y a las tropas leales a Damasco. Quizás la espiral de la violencia de la OTAN vaya dirigida, no contra el Daesh, sino contra el gobierno de Siria y Hezbolá.
-P-¿La política exterior francesa, y la del resto de potencias occidentales en Siria e Iraq, han contribuido a potenciar el “monstruo” del Estado Islámico y alimentar el crecimiento de los grupos yihadistas?
-Sin duda, es algo admitido por ellos mismos. En primer lugar, como en los casos de Afganistán, Irak o Libia, las potencias imperiales han preferido “estados fallidos” con territorios bajo el control de bandas criminales antes que estados laicos. La OTAN ha atacado todos esos países con el argumento de llevar la democracia o los derechos humanos, algo tendrían que decir, habría sido igual de válido afirmar que llevaban el fútbol o las hamburgueserías. No son errores, pues las sesudas inteligencias occidentales podrían haberse equivocado una vez pero no en tantas ocasiones seguidas. Sin duda para los intereses del capitalismo global es más beneficioso un Afganistán bajo el yugo de los talibanes que con un gobierno comunista. Las multinacionales del petróleo pueden esquilmar con más comodidad los recursos naturales de la Libia actual o de los territorios de Irak y Siria ocupados por el Daesh.
Son públicas y notorias las declaraciones de los líderes norteamericanos y franceses contra el gobierno baazista sirio y sus preferencias por los rebeldes sirios. En la primera fase de la guerra siria, el imperialismo apoyó al autodenominado Ejército Libre Sirio. Este duro muy poco en los frentes de guerra, sus miembros dejaron las armas, se unieron a los terroristas o, incluso, al ejército gubernamental o milicias aliadas de este. El Estado Islámico ha estado apoyado básicamente por la dinastía saudita, mientras que el Frente Al-Nursa y resto de grupos afiliados a Al-Qaeda tienen el mismo patrocinador que el Barça: Qatar. USA y sus súbditos europeos no tienen un referente real sobre el terreno en Siria, todos los intentos para crear un ejército de obediencia occidental han fracasado y sus armas han acabado en manos de Al-Qaeda o EI.
Es famoso el caso en el que el Departamento de Estado se preguntaba cómo era posible que dispusiese el EI de tantos vehículos Toyotas y la respuesta la tenía el Pentágono en que había comprado esos coches todos-terrenos para sus rebeldes, pero que acabaron inmediatamente en manos de Daesh. De hecho hay vídeos donde se puede observar como son helicópteros USA escoltando a estos Toyotas para que llegaran a su destinatario final, el Daesh. Además, ha sido desde un país de la OTAN, Turquía, desde donde han entrado en Siria todos los combatientes extranjeros, desde donde han entrado todo el armamento y donde hay campamentos sin ninguna clandestinidad donde ondean las banderas del Daesh o Al-Qaeda.
-P-¿Uno de los objetivos consiste en destruir los estados laicos de la zona?
-Tan cierto que somos muchos los que consideramos que las intervenciones que derrocaron al Consejo Revolucionario de Afganistán, a Sadam Hussein o a Gadafi, han supuesto en general un retroceso y en ningún caso son justificables las muertes y destrucción que han supuesto, y lo han sido porque para las potencias occidentales es preferible un estado fallido como la actual Libia que la existencia de un gobierno laico en Damasco.
De hecho, un informe secreto de la Inteligencia de EE.UU. elaborado en agosto de 2012 para el Pentágono establece que «Occidente, los países del Golfo Pérsico y Turquía están apoyando a la oposición, principalmente compuesta de musulmanes salafistas, Hermanos Musulmanes y Al Qaeda en Irak (AQI, según siglas en inglés)». La ‘filial’ iraquí de Al Qaeda se unió a los grupos afiliados del Estado Islámico.
Michel Collon ha recordado estos días que el ministro francés de exteriores, Laurent Fabius, dijo en 2012 que «el Frente Al Nusra hace un buen trabajo en Siria». E incluso, el día después de la matanza de París, el ministro de Exteriores saudí, Adel al Yubeir, ha señalado que su país continuará apoyando a los grupos takfiris que operan para derrocar al gobierno de Damasco mientras que el presidente sirio, Bashar al Assad, esté en el poder. Yubeir rechazó la calificación de grupos terroristas para el Frente al Nusra (reconocido como tal por la ONU), Ahrar al Sham y el Ejército de la Conquista, dominado por el primero.
Por último, reseñar el papel del régimen sionista que ha apoyado a estos “rebeldes moderados”, procurándoles una retaguardia segura en Cisjordanía y atacandolos mediante bombardeos aéreos a objetivos del ejército sirio, Hezbolá e Irán en Siria.
-P-Los atentados del pasado siete de enero de 2015 en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo en París (12 muertos) y los asesinatos del 13 de noviembre han desatado la indignación de la opinión pública. Pero, ¿consideras que la política exterior francesa en países como Libia ha generado otras muertes “silenciadas” entre la población civil de este país?
-Francia tiene un currículum especialmente escabroso. Las matanzas que el régimen francés cometió en Argelia durante su guerra de liberación son tan enormes como pequeño es el conocimiento por los europeos. Las técnicas de desaparición de personas y los métodos brutales de tortura que los militares franceses utilizaron para quebrar la voluntad de los luchadores argelinos fueron exportados por la CIA a las fuerzas represoras en América Latina, durante las décadas de los 60, 70 y 80.
Son múltiples sus intervenciones en los países de África que son parte de su pequeño imperio. François d’Alençon escribió que “Desde 1960, los franceses han intervenido más de 50 veces en África. Han combatido en el Chad, en la guerra no declarada con Libia, han protegido los regímenes de Yibuti y la República Centroafricana de los rebeldes y han intervenido en Costa de Marfil. Cualquier cosa por preservar los intereses económicos, proteger a los expatriados franceses o demostrar la posición de gran potencia del país, los ocupantes del Elíseo, tanto de derecha como de izquierda, han manifestado con frecuencia su inclinación por las acciones unilaterales”. Especialmente sangrante fue que bajo el mandato de Miterrand se asesinara a Thomas Shankara y a muchos de sus seguidores acabando de raíz con un proceso revolucionario tan admirable como el de Burkina Fasso.
-P-¿Y en Mali y la República Centroafricana?
-En términos populares la intervención en Mali es “de traca”. Francia fue la potencia más interesada en derrocar a Gadafi, a tal fin armó hasta los dientes a grupos terroristas afiliados a Al-Qaeda. Una vez conseguido su propósito y demolido el estado más próspero del continente africano, muchas armas y hombres armados pertenecientes a los grupos Ansar Dine pasaron a Mali para aliarse con los Tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), una organización independentista que declaró la independencia del norte de Malí. Como enviar las tropas de la OTAN por una cuestión secesionista no era lo suficientemente potente en términos propagandísticos, no tuvieron mejor idea desde el Eliseo que montar una nueva guerra contra el “terrorismo yihadista”. Es decir, primero se monta una guerra por la “democracia en Libia” armando a Al Qaeda y cuando parte de estos grupos patrocinados pasan a Mali preparan otra guerra “contra el yihadismo”. La sobre-exposición mediática y la manipulación impide que la población pueda llegar a percatarse de estos acontecimientos que serían cómicos si no costasen la vida de muchísimos inocentes.
La República Centroafricana es otro conflicto con causas diferentes. Este país es uno de los países más pobres del mundo a pesar de la gran riqueza en materias primas de su territorio, su pobreza es la riqueza de Bélgica o Francia. La actual presidenta, Catherine Samba- Panza, ha manifestado que el origen último de la violencia es la pobreza extrema de la mayoría de su población y la ausencia de una administración que puedan ofrecer algunos servicios públicos por precarios que fuesen. Esta ausencia de estado y miseria provocan el caldo de cultivo perfecto para la explosión social que se canaliza hacia luchas de carácter religiosas. Francia aprovecha esta situación, cual matón mafioso que ofrece protección, de forma que con la excusa de mantenimiento de paz se asegura su posición de dominio sobre las ingentes riquezas aún no explotadas que guardan el subsuelo de la República Centroafricana.
-P-¿Qué papel ha desempeñado un país como Turquía, miembro de la OTAN y socio preferente de la Unión Europea, en la expansión del ISIS?
-Turquía es un enemigo declarado de Siria, como buen miembro de la OTAN que es. Lo que es más complicado explicar, y por eso se oculta, es que tanto el Frente Al-Nursa como Daesh tiene campamentos dentro de sus fronteras donde ondean públicamente ambas banderas del terror. No sólo eso, sino que hay multitud de pruebas gráficas en las que se observa como el ejército turco y su policía franquea el paso de su frontera con Siria de los convoyes de armas y terroristas. Como dentro del territorio turco hay una presencia importantísima de kurdos, los terroristas no han dejado pasar la oportunidad y en un crimen cobarde y execrable asesinaron a 31 jóvenes que participaban en una concentración de apoyo para la reconstrucción de Kobani, convocados por la Federación de Asociaciones de Juventudes Socialistas. Tras este brutal atentado pareciera que la política de patrocinio turco a la barbarie podría cambiar. Lo que hizo el gobierno turco es manifestar que atacaría al Daesh pero lo que hizo a continuación es proceder a bombardear los campamentos del PKK, el partido comunista de los trabajadores del kurdistán. Tan inmoral fue esta maniobra que los mandatarios europeos le sugirieron al sátrapa electo Recep Tayyip Erdoğan que procediera con más tiento. La respuesta del régimen turco no se hizo esperar, procedió a abrir las fronteras a los refugiados, (algunos de los cuales llevaban 6 años en los campos de refugiados turcos) e invitarles a que pidieran asilo en la Europa occidental.
-P-Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos causaron la muerte de tres mil personas y el inicio de la guerra en Afganistán. El presidente de Estados Unidos, George Bush, declaró la “guerra contra el terror”. ¿Cuáles han sido las consecuencias de esta estrategia?
-La primera consecuencia es que no actúo el estado del derecho, sino que la respuesta fue de carácter militar con lo que supone ello. En las guerras modernas las primeras víctimas son los civiles inocentes. Tan inocentes son las víctimas del 11-S como las de los drones que bombardean poblados en Pakistán, Afganistán o Yemen.
La segunda consecuencia ha sido el tratamiento de los detenidos o prisioneros presuntos terroristas. Al tratarse de una declaración de guerra, no son juzgados conforme al derecho común por los presuntos delitos que se le imputan pero tampoco son tratados como prisioneros de guerra a los que se les aplicaría el III Convenio de Ginebra que regula el trato a estos. La Casa Blanca a los prisioneros de la “guerra contra el terror” les ha aplicado el tratamiento de “combatientes extranjeros”, que es como decir que no tienen ningún derecho. Así nació el campo de concentración de Guantánamo y las cárceles secretas en Polonia, Libia o Egipto.
-P-¿Ha sido víctima la población civil de la campaña de bombardeos iniciada en Yemen, contra los rebeldes hutíes, por parte de Arabia Saudí y sus aliados el pasado 26 de marzo? Si es así, ¿consideras que se trata de una violencia silenciada?
-Si analizamos las campañas pre-bélicas de los medios de desinformación masiva podría pensarse que las informaciones u opiniones son bien intencionadas, pero lo malo o manipulador no es lo que dicen sino lo que omiten. Cualquier observador imparcial convendría que precisamente occidente y sus aliados terroristas han atacado países que, comparados algunos países vecinos, podrían considerarse campeones de los derechos humanos. Arabia Saudita es un régimen totalitario, absolutista, teocrático y que no sólo oprime a su población sino que está atacando de forma indiscriminada a Yemen y es uno de los patrocinadores de los terroristas que actúan tanto en Siria como en París. En los grandes grupos de comunicación occidentales son comunes las declaraciones de “intelectuales” y políticos que se aprestan a pedir intervenciones en Libia o Siria o donde diga el Pentágono. Sin embargo, nunca piden que se empiece por Arabia Saudita, por lo que no merecen ningún respeto esas declaraciones por muy bien intencionadas que parezcan en un primer vistazo. Lo malo no es tanto lo que se pide como lo que no se pide.
Yemen es un caso de destrucción de un país cometido bajo el silencio y el consentimiento de occidente, sus gobiernos y sus medios de comunicación. La primera fase de la destrucción del Yemen fue a cargo de Al-Qaeda que con una frecuencia semanal atentaba contra mezquitas chiitas y centros públicos y oficiales causando a millares muertes de civiles inocentes. Los hutíes se rebelaron en defensa propia contra este genocidio a cámara lenta y atacaron a las bases de Al-Qaeda en el Yemén. Arabia Saudita reaccionó rauda en defensa de los terroristas y encabezando una coalición de países árabes iniciaron una intervención militar para atacar a las milicias huties y las fuerzas del ejército leales a estos últimos. Los bombardeos de Arabia Saudita y sus aliados se han significado por su carácter indiscriminado y el sufrimiento desproporcionado que se está infringiendo a la población civil. El silencio de los medios occidentales ha sido inversamente proporcional a la brutalidad aplicada contra el pueblo de Yemen.
-P-¿Qué vínculo puede establecerse entre países aliados de occidente como Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes organizaciones terroristas como Al-Qaeda o ISIS? ¿Debería occidente considerarlos países “enemigos”?
-Qatar es el principal patrocinador del Frente Al-Nursa en Siria y de otros grupos próximos. Estas organizaciones se declaran miembros de la red Al-Qaeda. Son los llamados por los medios occidentales “Rebeldes moderados”, algo que no deja de sorprender puesto que esta organización es la última responsable de los atentados del 11-M, 11-S… Por otra parte, la nobleza de Arabía Saudí apoya al Estado Islámico o Daesh.
Es conocido que el día posterior a los atentados de las torres gemelas, las únicas personas que pudieron tomar un avión para abandonar EEUU fue la familia de Bin Ladem. La Casa Blanca no tomó nunca sanciones o cualquier tipo de medidas contra sus aliados sauditas a pesar del evidente vínculo de los autores con esa monarquía.
España tampoco varió su política exterior tras los sangrientos atentados del 11-M, incluso no muchos años después, el gobierno Zapatero con apoyos de partidos como ERC, ICV o Equo, intervino en Libia para derrocar el gobierno de Gadafi, mientras que destacados jefes de los insurrectos estaban siendo investigados en España como responsables de los atentados del 11-M.
Es el petróleo la única (e importante razón) para occidente siga teniendo una relación privilegiada con estos patrocinadores del terrorismo. Todo lo demás, los argumentos para intervenir, para poner y quitar gobiernos es pura propaganda.
-P-En declaraciones recogidas por la radio francesa Europe 1, el presidente sirio Bashar al-Assad sostiene que en la reciente masacre, París conoció lo que en Siria vivimos desde hace cinco años. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
-Creo que el presidente sirio se ha quedado corto y ha estado diplomático. Las terribles imágenes de las ejecuciones consistente en lapidaciones de mujeres, lanzamiento de homosexuales desde edificios, ejecuciones masivas de niños… El EI y, en menor medida, el Frente Al-Nursa han mostrado al mundo un amplio catálogo de brutalidades inimaginables para muchos de nosotros. En una guerra se cometen todo tipo de abusos y ejecuciones indebidas, pero estas actuaciones de los rebeldes exceden con mucho lo conocido en los conflictos contemporáneos y demuestra un ensañamiento inhumano.
La situación actual en Siria es fruto de que muchos sectores poco afectos a Bashar al-Assad luchan junto a sus tropas pues se trata de una cuestión de vida o muerte. La vidas de las minorías étnicas, religiosas y cualquier persona que no comulgue con la ideología de los rebeldes corre un peligro cierto para el caso de que ganasen la guerra los grupos terroristas. El gobierno baazista de Siria es francamente mejorable, todos queremos un gobierno mejor para los sirios, pero la alternativa real que se ofrece a los sirios es infinitamente peor en todos los aspectos. En Libia ganaron esos mismos rebeldes y en nada la vida de los ciudadanos libios ha mejorado. Las ejecuciones de miembros de minorías religiosas han demostrado que el anterior régimen defendía más los derechos humanos que los actuales grupos que campan por Libia.
-P-En el mundo profesan la religión musulmana 1.500 millones de personas. En Francia abrazan el Islam 5,5 millones de personas, el 8% de la población. ¿Se extenderá una reacción islamófoba tras la reciente masacre parisina? ¿Cierta derecha -sobre todo sus opinadores- puede aprovechar los crímenes para vincularlos al Islam y tratar así de que el catolicismo recupere una posición hegemónica, amenazada por la presencia de otras religiones?
-La reacción islámofoba es el objetivo de estos grupos terroristas, como he comentado al hilo de la primera pregunta, el EI y Al-Qaeda buscan un enfrentamiento de religiones o civilizaciones, está en su ADN. Por otra parte la derecha y la ultraderecha, la declarada y la que no lo es, también aprovecharán los asesinatos para impulsar las políticas de cierre de fronteras y segregación.
No hay idea ni credo en el mundo en el nombre de cual no se han cometido barbaridades por muy loables que hayan sido las ideas originales. Las cruzadas nada tienen que ver con la doctrina original del cristianismo, así como tampoco los campos de exterminio o el lanzamiento de la bomba atómica, hechos cometidos por gobiernos de países “cristianos”. En nombre del socialismo y el comunismo también se han cometido crímenes que nada tienen que ver con las ideas de justicia e igualdad. Así podríamos poner muchos ejemplos más.
Mahoma, cuando escribió el Corán, lo que intentaba precisamente es acabar con las continuas guerras entre las diferentes tribus que poblaban la península arábiga. Mahoma reconocía como suyos los libros sagrados del judaísmo y cristianismo. La “yihad” era la guerra santa contra los politeístas, nunca contra los monoteístas con los que compartían las escrituras y mucho menos contra otros musulmanes.
En este punto hay que recordar que la mayoría de las víctimas del mal llamado “yihadismo” son otros musulmanes, como son los chiitas, alauitas y otros sunitas que no comparten esa lectura tan desviada y sectaria del Islam.
La xenofobia en Europa seguirá creciendo, en primer lugar por que cada vez es mayor la fractura económica entre Europa y sus vecinos del sur. En segundo lugar, y como consecuencia indirecta de lo anterior, la clase trabajadora europea cada vez está más desideologizada y abandonada toda esperanza de alcanzar el poder, se conforma con vivir bajo el paraguas de las burguesías nacionales. Por último, atentados como los de París darán alas a los Pegida, Frente Nacional y todos esos gobiernos ultras que ya gobiernan Europa como son Polonia, Hungría o Ucrania.
En todo caso, no creo que la islamofobia trate tanto de recuperar las “esencias cristianas” de Europa como evitar la inmigración y que si esta se produce no tengan los trabajadores migrantes los mismos derechos que los nacionales. Ningún ultra va a misa, se quejan de que en las colas de los ambulatorios no pueden colarse por delante de otra persona que se ha jugado la vida cruzando el Mediterráneo para trabajar aquí.