Por: Del Rosario Ignacio Denis
“La globalización y el modelo económico neoliberal ya han sido rechazadas en América Latina, sino que simplemente no ha sido una solución para nuestro pueblo.
Evo Morales
Este 22 de noviembre se decide en balotaje quien será el presidente de la Argentina. A pesar que Daniel Scioli no se escribe con “K”, el kirchnerismo no tiene otro camino que unir todas sus fuerzas en defensa de una nación. En la primera vuelta, obtuvo solo casi tres puntos de diferencia, no logró alcanzar el ansiado 40% y ya no da tiempo ni para buscar culpable, solo queda rectificar esfuerzos para defender un proyecto que tiene carga histórica para el continente.
Mac®i que se escribe como la marca “®” del pasado como los corralitos neoliberales, sorprendió con más del 34% de los votos y sin duda suman las expectativas de liberación y vuelo para los buitres enjaulados. Son los mismos poderes financieros globales que nunca descansaron en la expectativa de acabar con el gobierno progresista de Cristina Kirchner, quien con su coraje y valentía de mujer latinoamericana y peronista venció defendiendo lo nacional encima de lo colonial.
Este nuevo escenario electoral es determinante no solo para los argentinos, sino también para los latinoamericanos y caribeños que defienden el proyecto integracionista, la unión de los pueblos, la protección de nuestras naciones con identidad propia, la defensa de los intereses soberanos, la complementariedad, el respeto y el pluralismo democrático. Para nadie es un secreto que el imperialismo, de forma permanente, busca la fragmentación regional para propiciar nuevamente la restauración neoliberal en el continente.


En los actuales momentos de crisis general del capitalismo, los Estados Unidos, con el presidente Barack Obama al frente, siguen negociando secretamente con la Unión Europea (Transatlántico – conocido por el acrónimo en inglés TTIP) y con los países asiáticos (Transpacífico – Trans-Pacific Partnership,TPP). Son mega-tratados mucho más peligrosos que el ALCA. Este sueño compartido entre estadounidenses y europeos tuvo su origen remoto en la Declaración Transatlántica, firmada en noviembre de 1990 por el mismo presidente George Bush, por un lado, el primer ministro italiano, Giulio Andreotti, que encabezaba ese semestre el Consejo Europeo, y el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors.
Estos tratados son caballos de Troya y presión de los sectores transnacionales interesados en ampliar la escala de sus mercados (productos controlados por corporaciones de los rubros agro-genético, informático, farmacéutico, automotriz, bancario, etc.); con estos acuerdos de libre comercio, EE.UU pretende negociar incluyendo a su llamado patio trasero y para ello necesita obligatoriamente tener a todos arrodillados ante sus intereses. Para reconquistar el continente destinan un arsenal de medios, empezando por los medios de manipulación, medios económicos y financieros, medios diplomáticos conspirativos, medios militares de ocupación. Utilizan diversos mecanismos para la desestabilización de los gobiernos progresistas: podemos citar algunos ejemplos como el golpe de Estado y ocupación militar de Honduras, golpe parlamentario y ocupación militar como de Paraguay, golpe blando, guarimba, sabotaje y amenaza permanente de todo tipo, incluida la amenaza deintervención militar como el caso de Venezuela, golpe suave y desestabilización continua en Brasil, Ecuador, Bolivia, el reciente golpe electoral en Guatemala y muchos otros tipos de conspiración abierta forman parte de la estrategia restauradora del neoliberalismo y en contra del proyecto unionista de liberación del continente.
El imperialismo de los EE.UU. ve siempre con preocupación hacia Argentina y Brasil por converger expectativas de constitución de un bloque contra-hegemónico en torno a los BRICs: países como Venezuela, Ecuador, Cuba, Bolivia, Nicaragua toman iniciativas que molestan la visión fracasada de la unipolaridad; estos países lideran y apuestan a la consolidación de espacios multilaterales como el ALBA, UNASUR, CELAC, MERCOSUR, articulados con una plataforma económica, energética, política, ideológica sólida como Petro-Caribe. Todos ellos permitieron en el Siglo XXI sin duda modificar las relaciones de fuerza al interior del esquema neoliberal imperialista de saqueo. Hoy el continente está más unido y desde ahí exige respeto y soberanía abriendo el camino hacia el equilibrio y la multipolaridad, garantizan como un continente de zona de paz.
Los argentinos peronistas y patriotas no pueden quedar con los brazos cruzados para defender sus grandes conquistas como nación. Como decía el propio Perón: “el Siglo XXI nos conseguirá unidos y liberados o divididos y dominados”; este dilema continúa en pleno desarrollo en el continente, y ante cualquier fin del ciclo, seguirá motorizando la historia y las luchas de los pueblos en defensa de la humanidad. Lo necesario es seguir venciendo desde la unidad latinoamericana y caribeña ante cualquier plan de restauración o fragmentación neoliberal en la región.
“Chávez no es una persona física, es una cultura, es un sendero, es un plan para salvar la humanidad”
Del Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)
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Blog del Autor : http://ayvuguasu.blogspot.com/