rubèn ramos
Rusia ataca los centros de operación terrorista y genocida del llamado “Estado Islámico” creado por los servicios de inteligencia de EEUU (CIA), de Inglaterra (M16) y de Israel (Mossad) contando con el co-financiamiento de la decadente dinastía saudí.
La prensa falaz estadounidense y de Europa inventa que la defensa de la integridad territorial, de la paz y la soberanía de Siria viola acuerdos y tratados de la ONU y de su Consejo de Seguridad. Sus cajas de resonancia en América latina y otras partes, repiten lo mismo. Hay que decir que esto es absoluta y totalmente falso. Rusia actúa en concordancia con lo establecido por NNUU y con pleno conocimiento de su Secretaría y de su Asamblea General. Y lo hace ante un pedido expreso del gobierno sirio y actuando bajo el mando de las fuerzas armadas del gobierno legítimamente electo del Presidente Bashar al Assad.
Según la ONU, las operaciones militares en territorio de otro país son posibles únicamente si están basadas en una Resolución de su Consejo de Seguridad o en una solicitud de las autoridades legítimas del país involucrado. Dos de los requisitos que Rusia ha cumplido estrictamente. EEUU los ha burlado siempre. En su lugar ha impuesto la fuerza y la prepotencia de sus fuerzas armadas, de sus aliados de la OTAN, de sus “compañías” de mercenarios.
La decisión para la intervención rusa en Siria fue adoptada por la cámara alta del parlamento de la Federación Rusa. El mandato: apoyar la lucha contra el terrorismo del EI y de los grupos que lo secundan (al Qaeda, al Nusra). No se trata de una acción como las que acostumbra EEUU: invadir territorios y exterminar a sus poblaciones. Aquí las decisiones las toma una cúpula civil-militar para proteger los intereses económico-financieros de las élites sionistas del poder mundial. El pretexto: luchar contra los “herejes” del mundo o contra las “amenazas” a la seguridad estadounidense. Siempre, imponiéndose sobre los acuerdos de la ONU, o haciendo caso omiso de los mismos, en nombre de “la libertad y de la democracia”.
En el caso del “Estado Islámico” (EI) dijo estar dispuesto a combatirlo. Al margen que se trataba de una muestra más del cinismo que distingue a los sionistas, el gobierno estadounidense convocó a 40 Estados de Europa, Asia, Oceanía y del propio Oriente Medio. Destacan por la fuerza militar y armamento que comprometieron, y por los bombardeos que realizaron, Francia, Inglaterra, España, Italia, Bélgica, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Turquía (donde se encuentra el centro de operaciones del EI). Nunca atacaron al EI. Lo que hicieron es abrirle paso hacia la capital siria, hacia Irán, hacia Rusia y hacia los Estados de la OTSC. Atacaron a la milicia kurda en el norte de Siria. Permitieron que los yihadistas se apropiaran de los yacimientos petrolíferos y gasíferos de Siria e Irak generando la crisis del petróleo. Financiaron mafias para realizar desplazamientos masivos de gente desesperada y de infiltrados hacia Europa y otros países esperando producir el caos colectivo que sirva a sus propósitos geopolíticos globales.
Lo que la prensa falaz pretende ocultar
No son sólo estos hechos. Es la historia del neo-colonialismo que se sustenta en la invasión y usurpación de territorios y en los genocidios de los últimos 70 años. Durante este tiempo, Estados Unidos invadió los territorios y asesinó masivamente a las poblaciones de China, Japón, Corea, Indonesia, VietNam, Líbano, Libia (en 1986, 2011 hasta hoy), Irak (en el 90, 2003 y 2011 hasta hoy), Somalia en el 93, Bosnia y Herzegovina en el 95, Sudán en el 98, Afganistán (en el 98, 2001, 2003 hasta hoy), Yugoslavia en el 99, Filipinas en el 2002. Sin contar las más de 20 invasiones a Estados de América latina para imponer su hegemonía militar, económica e ideológica. Y sin mencionar que todas y cada una de sus invasiones y genocidios han significado la destrucción de culturas originarias y el desarraigo y desplazamiento de sus habitantes. De esto se sabe ahora gracias a la información satelital, pero ha ocurrido desde cuando protestantes y católicos invadieron el territorio norteamericano que no les pertenece y usurpan hasta hoy bajo el nombre de Estados Unidos.
En cada uno de los territorios invadidos, este país y sus aliados sionistas europeos e israelíes han destruido la convivencia civilizada entre etnias y religiones, han instituido el terror y el miedo, el hambre y la ignorancia, el crimen y el narcotráfico, la corrupción y el sicariato, la trata de personas y la violencia institucionalizada. Los han convertido en “Estados fallidos” en permanente “Guerra Híbrida”. Todo esto, violando soberanías, normas del derecho internacional y no sólo las del Consejo de Seguridad de la ONU.
Los escribientes de las oligarquías mediáticas del mundo, ocultan igual, las matanzas de niños y civiles que realizan las “fuerzas de paz” estadounidenses y sus aliados de la OTAN en los países invadidos. Ahora mismo, en Afganistán, bombardearon, “por error”, un hospital matando a decenas de sus ocupantes y dejando heridos a muchos más. “Daños colaterales”, le llaman. De esto que, en el caso de Afganistán, se repite a diario desde hace 14 años, ni una palabra de condena. Igual como cuando los sionistas de Israel masacraron a 14 periodistas o practican sus genocidios sistemáticos de “limpieza étnica”. Total, es EEUU, es Israel. Y éstos no sólo tienen la bendición del Papa sino que son “los elegidos” de Dios. Son, como cree el mitómano George W. Bush, los representantes del “bien” en su lucha contra el mal. Hoy, la realidad y no el mito, la ciencia y no el esoterismo, la política y no el terror, les está probando que es posible, no otra historia, sino la verdadera historia.
No una, sino muchas cajas de resonancia
En el artículo del “Neo Club Press”, que puede usted consultar, se levantan las mismas acusaciones de todos los medios decadentes contra la legalidad y legitimidad de la acción de las fuerzas rusas. El “Neo Club Press” tiene su sede en Miami y se autodefine como “una caja de resonancia”. No es la única, pero de ésta se encarga la gusanera cubano-americana. ¡No hay por qué extrañarse!
Lo que extraña es que los que se sienten “yanquis” siendo sólo unos parias se rasguen las vestiduras por la “parálisis” de su jefe Obama y reconozcan que en una posible III conflagración mundial la “excepcionalidad” militar estadounidense será enterrada para siempre. Claman porque esto no ocurra y hacen un llamado a los “aliados” y a los “neutrales” para que acudan en ayuda de los que hasta ayer armaron, entrenaron y alimentaron al extremismo “yihadista” del Estado Islámico para destruir la paz.
Extraña igualmente que el “The New York Post” perteneciente a la Corporación 21st Century Foxy al cuarto mayor conglomerado mediático en el mundo, de propiedad del australiano-estadounidense Rupert Murdoch reconozca, a través de uno de sus escribientes, que “el hecho de que Putin se haya apoderado del liderazgo de EE.UU es una mala noticia para Washington, porque tarde o temprano y en condiciones aún peores que ahora, al futuro presidente se le pedirá que recupere el bastón de mando de Putin. Y eso podría resultar difícil». No sólo difícil. Irreversible, digo yo.
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