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7 de octubre 2015.- Este lunes EE.UU., Japón, Australia, Nueva Zelanda, Brunéi, Canadá, Chile, Malasia, México, Perú, Singapur y Vietnam consensuaron los términos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (Trans-Pacific Partnership, TPP, por sus siglas en inglés), un tratado comercial regional que afectará al 40% de la economía mundial. ¿Cuáles serán los efectos del TPP y por qué algunos lo tachan de amenaza?
El pacto secreto del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), orquestado por Estados Unidos, se ha convertido en objeto de polémica y de protestas debido al secretismo que lo ha envuelto desde su concepción. Los detractores del acuerdo no creen que se trate de un «comercio justo», sino de la consolidación del poder y de una amenaza para la economía global.
El mayor acuerdo comercial del mundo de los últimos 20 años incluye a Estados Unidos, Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam; naciones que suman juntas el 40% de la economía global.
Tras meses de acalorados debates en las cámaras del Congreso de EE.UU., el pasado 24 de junio el Senado estadounidense aprobó la ley que otorga al presidente Barack Obama el derecho a acelerar las negociaciones sobre los pactos de comercio libre, entre ellos, el TPP. Así, esta ‘vía rápida’ obliga a los congresistas de EE.UU. a aprobar las leyes propuestas por el presidente sin la posibilidad de introducir cambios.
Según documentos filtrados sobre el controvertido acuerdo, los 12 países están tratando de eliminar todas las barreras al comercio, incluidas las leyes que garantizan la seguridad alimentaria, la protección de la agricultura y la privacidad de la información de los ciudadanos.
Aunque la Administración Obama, que promueve el acuerdo, indica que el negocio se desarrollará en los países firmantes y que sus trabajadores se beneficiarán del pacto, los opositores sugieren que se trata de beneficios económicos que solo afectarán a las grandes corporaciones.
Quienes se oponen al acuerdo dan la voz de alarma y advierten que conlleva riesgos en relación a la manipulación de divisas, la protección del medioambiente y de la salud, la deslocalización de puestos de trabajo, la seguridad alimentaria, los monopolios farmacéuticos, la transparencia del Gobierno y otras cuestiones. De hecho, la transparencia o en este caso lo contrario –el secretismo de las negociaciones- es lo que ha sucitado la mayoría de las suspicacias.
«El secretismo es el primer síntoma de que se está haciendo algo que a la gran mayoría del público no le va a gustar», comenta el economista Félix Moreno en declaraciones a RT.
Además, algunos sugieren que el TPP no es un acuerdo sobre comercio, sino sobre las maniobras geopolíticas y la dominación corporativa sobre los asuntos de las naciones participantes.
¿Un acuerdo destructor de la soberanía?
Algunos documentos filtrados sugieren que las grandes industrias y las empresas multinacionales, incluidas las grandes farmacéuticas que operan en América del Norte, América del Sur y Asia, obtendrían amplios poderes para desafiar las regulaciones, acciones y decisiones de los tribunales de gobiernos soberanos ante tribunales organizados bajo el Banco Mundial o las Naciones Unidas. Este sistema se denomina arbitraje de diferencias inversor-Estado, es decir, que las empresas de capital extranjero se sitúan al mismo nivel que los gobiernos soberanos.
Un documento descubierto por WikiLeaks revela que el TPP fue diseñado para favorecer a las grandes corporaciones transnacionales, permitiendo a las mismas demandar a los gobiernos y solicitar millonarias indemnizaciones a cuenta de los contribuyentes.
Lori Wallach, del grupo estadounidense Public Citizen de defensa del derecho del consumidor, afirma que podría crearse un tribunal secreto en el que las empresas podrán demandar a los gobiernos ante paneles de arbitraje secretos integrados por abogados corporativos que eviten los tribunales nacionales y que anulen la voluntad de los Parlamentos en caso de no conseguir lo que quieren. Según la activista, así se destruiría por completo la legislación y los derechos fundamentales de los Estados democráticos entrarán en riesgo.
De este modo, muchos subrayan que el TPP podría representar una seria amenaza para las naciones soberanas, impidiéndoles desarrollar políticas y leyes que respondan a sus propias prioridades.
Dado que, además de cuestiones comerciales, el acuerdo abarca aspectos como la libertad de Internet, los derechos de autor y la protección de patentes, existe el temor a que el pacto afecte a la libertad de expresión de los ciudadanos.
Una cuestión de salud: ¿Por qué pierden los pacientes con el TPP?
Tras el anuncio de que las negociaciones sobre el TPP entre las 12 naciones había concluido, Médicos Sin Fronteras ha denunciado las implicaciones que supone el pacto para la salud.
«Los grandes perdedores en el TPP son los pacientes y los proveedores de tratamiento en los países en desarrollo», afirma la organización, indicando que se trata del «peor acuerdo comercial para el acceso a los medicamentos en países en desarrollo, que serán obligados a cambiar sus leyes para incorporar abusivas protecciones de propiedad intelectual para las empresas farmacéuticas».
El grupo sostiene que el acuerdo «elevará el precio de los medicamentos para millones de personas al extender innecesariamente monopolios y retrasar aún más la competencia de genéricos para bajar los precios».
Otra filtración muestra que será muy difícil para los fabricantes de medicamentos genéricos competir con los medicamentos de marca en el extranjero. Según el documento, en todos los aspectos que se describen en el capítulo sobre propiedad intelectual del TPP, los negociadores de Estados Unidos defienden a las grandes compañías farmacéuticas y exigen disposiciones de propiedad intelectual más estrictas.