Agencias
10 de octubre de 2015.- El laborista Jeremy Corbyn decidió dar «plantón» a la Reina. El líder de la oposición anunció de antemano que no asistirá a la reunión del Consejo Privado (Privy Council) en el que debería haberse arrodillado y besar la mano de Isabel II, en una pomposa ceremonia en el Palacio de Buckingham.
Corbyn alegó que tenía «otros compromisos adquiridos» en un día tan señalado. Los británicos, y muy especialmente la prensa conservadora, han tomado nota del «desplante», apenas dos semanas después de que se negara a cantar el «God save the Queen» en el acto del 75º aniversario de la Batalla de Inglaterra.
El Consejo Privado es una institución secular, integrada por más de 600 miembros (entre políticos, obispos y jueces), que se reúnen periódicamente para examinar información confidencial. Tradicionalmente, los líderes de la oposición se incorporan sin rechistar al consejo: Tony Blair lo hizo a los seis días y hasta el líder laborista radical, Michael Foot, accedió a formar parte de él.
Corbyn, republicano por convicción, torció sin embargo el gesto cuando supo que la ceremonia de juramento incluía la genuflexión y el besamanos ante la reina. Aun así, no despejó las dudas sobre su ausencia hasta el último momento.
«Corbyn ha puesto sus políticas por delante de la Reina», declaró a ‘The Daily Telegraph’ Alan Duncan, un miembro conservador del Consejo Privado. «La cuestión de fondo va más allá de la ceremonia o del supuesto insulto a la monarca. Lo que está por ver es si Corbyn quiere ser un político serio o un rebelde perpetuo».
El premier David Cameron cuestionó el patriotismo del líder de la oposición, a quien acusó de «odiar» su país y tener «simpatías hacia los terroristas». En su discurso de cierre de la conferencia del Partido Conservador, Cameron recordó que Corbyn se refirió la muerte de Osama Bin Laden como «una tragedia».