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28-09-15.- En su discurso ante la 70ª Asamblea general de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York, la presidenta Cristina Fernández remarcó que la causa por la voladura de la mutual judía fue trabada por motivos “geopolíticos”, al tiempo que reclamó la colaboración de Washington para dar con el paradero del ex director de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Antonio Stiuso. Además, calificó de “triunfo muy importante” para el mundo la aprobación de un marco global para la reestructuración de deudas por parte de la asamblea de la ONU. Y felicitó a los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos por el acuerdo arribado para reestablecer relaciones bilaterales.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner agradeció esta tarde a la Asamblea general de las Naciones Unidas la aprobación “por 136 votos positivos”, de los “principios básicos para la reestructuración de las deudas externas de los países”. “Este ha sido un triunfo muy importante: se han consagrado nueve principios que son los que deben regir” la renegociación de las deudas soberanas, enfatizó.

 

A continuación, detalló los principios, entre los que destacó el de “la sostenibilidad: tal vez uno de los principios mas importantes, porque habla de pagar las deudas, pero no a costa del hambre y la miseria del pueblo, sino a través de variables que hagan sustentable el crecimiento de una sociedad”. Asimismo, recalcó que existe “un principio de lógica que se utiliza en casi todos los países del mundo: cuando una empresa quiebra, en cualquier país, inclusive en Estados Unidos, ¿cómo se logra el consenso? Accediendo a una mayoría calificada del 66%”.

La Jefa de Estado sostuvo que “estos convenios que se han aprobado aquí y que nosotros hemos decidido enviarlo al Parlamento, para que se constituya en un elemento de orden público que rija en nuestro país, tuvo su origen en el default que la Argentina produjo en 2001”. Señaló que “Argentina quebró, producto de un modelo de endeudamiento que venía de años atrás, desde el golpe de Estado de 1976”. “Esto culminó en el default del año 2001 y en el quiebre de la institucionalidad. Pero Argentina pudo reconstruir su economía, cuando la política volvió a tomar el comando de la economía, a partir del 25 de mayo de 2003”, remarcó.

Recordó que el ex presidente Néstor Kirchner “en esta misma asamblea en su primer discurso dijo que los muertos no pagan sus deudas y que los acreedores debían permitir crecer a la Argentina”. “Allí comenzó Argentina su inexorable proceso de desendeudamiento”, que se coronó con dos acuerdos de reestructuración con los acreedores y con el pago de la totalidad de la deuda al Fondo Monetario Internacional.

La Primera Mandataria enfatizó que durante la última década “el mayor crecimiento lo protagonizaron los países emergentes, encabezados por los gigantes asiáticos”. En ese sentido, puntualizó que “en 2008 la crisis explotó aquí (por Nueva York), con la caída de Lehman Brothers yna crisis que aún estamos viviendo”. Indicó que “en 2010 se transfiere la crisis a la zona del euro y se va al rescate de los países endeudados: lo que se fueron a rescatar fueron los bancos. Miles de millones de dólares se transfirieron a las entidades financieras”.

“Nosotros dijimos que era imprescindible una regulación que permitiera que esa marea de recursos volvieran a la economía real y volviera a dar vuelta la rueda del crecimiento”, consideró. Pero lamentó que “nada de eso se hizo. La contraprestación fue política de ajuste. Y la política de ajuste que se le impuso a la zona del euro provocó la recesión de esta zona y la caída del empleo a niveles nunca antes vistos”.

La crisis en los países emergentes

Cristina Fernández resaltó que en 2015 se observa “cómo la locomotora de la crisis que comenzó en Wall Street, pasó a Europa y ahora trata de ser pasada a las economías emergentes, que fuimos las que sostuvimos el crecimiento mundial”. Sostuvo que la Argentina continuó creciendo “pese al hostigamiento de los fondos buitres, que no cobran pero tampoco permiten que lo hagan el 92,7% de los acreedores, con la complicidad de cierto sector judicial de este país”.

Por ello, consideró que “esta aprobación de los principios básicos de la reestructuración de deudas soberanas, no ayuda a la Argentina: es una ayuda al resto del mundo. Es el primer intento serio de poner razonabilidad a un sector, el de los derivados financieros”.

En ese sentido, la Presidenta opinó que “el mundo no está nada bien. Podríamos hablar de las crisis de los refugiados, producto de los depredadores financieros; o de los refugiados, producto de los señores de la guerra”. “Yo quiero hablarles de un proceso de concentración económica, inédita en el mundo. El 1% de la población concentra el 50% de la riqueza”, aseveró.

Al respecto, se preguntó “cuánto tiempo puede sostenerse una sociedad, un mundo, con tal nivel de inequidad”. Recordó que en su participación sobre la cumbre por la igualdad de género, celebrada ayer, se preguntó “de qué igualdad de género podemos hablar en un mundo donde la división de la riqueza es tan inequitativa”.

 

 

 

Acuerdo entre Estados Unidos e Irán y Causa AMIA

En otro tramo de su mensaje, la Jefa de Estado felicitó “a los Estados Unidos de Norteamérica, a la República Islámica de Irán, y al resto de los miembros del Consejo de Seguridad, por haber arribado a un acuerdo en materia nuclear que da más certeza y seguridad a un mundo envuelto en conflictos y en belicismo”.

A propósito del acuerdo alcanzado, recordó que en 2010 visitó la Argentina Gary Samore, principal asesor de la Casa Blanca en materia nuclear, con el objetivo de que –en virtud de las negociaciones por un acuerdo con Irán- Argentina siga proveyendo combustible nuclear al país asiático para el reactor Teherán, fabricado por nuestro país en 1987. Señaló que el canciller Timerman le contó lo dialogado con Samore y su respuesta fue que “si la petición se hacía por escrito y firmada, nosotros íbamos a colaborar porque creíamos que era importante lograr el objetivo de la no proliferación nuclear”. “Para nosotros la no proliferación nuclear es una cuestión de Estado”, aseguró, pero indicó: “Creo que fue la última vez que nuestro canciller vio a Gary Samore”.

La Primera Mandataria señaló que cuando se alcanzó “el memorando de entendimiento con Irán, para destrabar la causa AMIA, que llevaba casi 20 años”, la intención de su gobierno, “firmemente comprometido contra el terrorismo”, era la de “llegar a encontrar a los culpables” del atentado. “Al llegar a ese memorando de entendimiento, pareció que se habían desatado los demonios”, lamentó.

Sostuvo que “cuando se firma el acuerdo de los 5+1 con Irán, uno se pregunta cuál era el motivo para oponerse. Lo único que habíamos firmado era que el juez se dirigiera a Irán a tomar declaración a los acusados”. Afirmó que en el tema del memorando hubo “mucha hipocresía, mucha geopolítica mezclada en el medio y muy poco interés por saldar la verdad, la memoria y la justicia”

“Cuando enviamos el tratado al Congreso, fue aprobado. Yo le deseo al presidente Obama, que su congreso apruebe el acuerdo o por lo menos no lo trabe. Nosotros somos coherentes”, señaló. Y comentó que pese a que el juez de la causa AMIA “también consideró viable” el memorando, “no lo hizo así un tribunal de alzada. Y hoy está paralizada la causa prácticamente”. “Hoy recurrimos a la buena voluntad de Irán, porque no tenemos otro modo” de interrogar a los sospechosos, aseguró.

Pedido de colaboración a Estados Unidos

Por otra parte, Cristina Fernández comentó que “hoy está en marcha el juicio por encubrimiento de las más altas autoridades del gobierno y de inteligencia” en 1994, cuando se produjo la voladura de la mutual judía. “También, por fuertes sospechas de trabar la investigación, a fines del año pasado, produje el desplazamiento de algunos altos funcionarios de inteligencia, algunos de ellos que venían desde el año 1972”, resaltó.

Indicó que “a los pocos días, se produce la muerte del fiscal Nisman, a cargo de la causa”. “Yo siempre dije que la AMIA era un complicado tablero de ajedrez de la política internacional. Hoy digo que es una telaraña, ajena a los intereses de mi país: una telaraña en la que quedan atrapados los personajes más chicos, y los grandes quedan afuera”, estimó.

La Presidenta señaló que “en la investigación por el caso Nisman aparecen datos estremecedores 1sobre contactos con agencias de inteligencia internacionales, con fondos buitres”. Por ello, comentó: “Hemos citado al embajador norteamericano en nuestro país, para pedir explicaciones acerca de en qué calidad se encuentra el principal responsable de la investigación de la AMIA en este país”, en referencia al ex director de Operaciones de la ex Secretaría de Inteligencia, Antonio Stiuso. “Nuestra embajadora en EEUU ha presentado dos notas y ha tenido entrevistas con el Depto. del Estado, para requerir en calidad de qué está esta persona en este país, yo diría protegida, no se sabe por quién”, agregó.

Por todo ello, anunció que se pidió “a Interpol dicte orden azul, sobre el paradero de esta persona”. “Hoy también pedimos la colaboración de Estados Unidos, la están pidiendo fiscales, sobre esta persona”, afirmó.

Respecto al tiempo utilizado para denunciar esta situación ante la ONU, advirtió que “es mínimo respecto al tiempo que organizaciones ligadas a fondos buitres han dedicado a decir que somos cómplices del régimen iraní. Si somos cómplices, ¿qué es el presidente Obama, entonces?”, se preguntó la Jefa de Estado. Y advirtió que “no se puede seguir con el doble estándar en materia diplomática”.

“Mi gobierno va a seguir buscando la verdad y la justicia en la causa AMIA. Solicitamos la colaboración de los países implicados y de este país, para que brinde el paradero de esta persona”, enfatizó.

El financiamiento de los terroristas

La Primera Mandataria advirtió que en el mundo actual “los enemigos mutan con una velocidad asombrosa. En la última reunión del G20 de la que participé, se decía que se debía apoyar a los Freedom Fighters; hoy los Freedom Fighters forman parte del ISIS”. Sostuvo que “cuando uno ve esas espantosas escenas, donde se degüella personas, con 3 o 4 cámaras filmando, con un despliegue casi cinematográfico”, duda sobre quién está detrás.

“Sería bueno que nos preguntáramos de dónde se financia todo esto. Esto ayudaría con seguridad a que el mundo pueda encontrar las claves para combatir los fundamentalismos: dogmáticos, religiosos y aquellos que consideran al prójimo un objetivo”, afirmó.

Restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos

En otro tramo del discurso, la Presidenta dijo querer “hacer un homenaje al continente del que formo parte, Latinoamérica”. “Hace pocas horas estuvo aquí el presidente de Cuba, Raúl Castro. Para nosotros, los latinoamericanos, los miembros de Mercosur, de Unasur, de Celac, que tanto peleamos para que Cuba volviera a ser parte de los organismos multilaterales, hoy lo vemos como un éxito”, aseveró.

También, expresó sus felicitaciones “al gobierno de Estados Unidos que ha abierto su cabeza y comprendió que las cosas no podían seguir así”.

Por otra parte, la Mandataria agradeció “a otro latinoamericano, que se sienta en el trono de San Pedro, que vino a decirle al mundo que las finanzas no pueden seguir dominando la política, sino que el principio rector tiene que estar basado en un precepto de todas las religiones: “no hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti””.

Resolución pacífica de los conflictos en América Latina

La Presidenta expresó “como latinoamericana”, su “alegría” de ver al presidente de Colombia y al líder de las FARC, llegar a un principio de acuerdo, “en un conflicto que intentaron terminarlo a pura bomba. Los conflictos no se resuelven a bombas, sino con diálogo”, enfatizó.

Destacó que “en mi país, las universidades públicas gratuitas reciben estudiantes de todo el continente. No le ponemos tarjeta roja a nadie, porque consideramos la necesidad de contribuir a un mundo más justo”. “Latinoamérica, de ser emblema de la inequidad, con la llegada de gobiernos populares y democráticos, hoy decimos que somos un continente en crecimiento, un continente en integración”, resaltó.

La Jefa de Estado afirmó que “a la Argentina a la que le soltaron la mano en 2001, va a crecer 2,7% de su PBI”. Todo ello, concluyó, “nos permite decir que el salario, la producción, el comercio, el desarrollo se van a reactivar cuando se incluya a los que quedaron afuera de todo, cuando se de trabajo y educación a los jóvenes, cuando se decida trabajar por una sociedad más justa y más equitativa para todos y todas”.