Humberto Gómez García
Finalmente y tras 19 meses de prisión en la cárcel militar de Ramo Verde fue condenado a 13 años y 9 meses y 7 días de prisión. Ya para escuchar la sentencia, en un gesto típico del soberbio y malcriado dirigente golpista que estuvo intimidando a magistrada durante todo el proceso, le dijo a la digna jueza «Usted tiene más miedo de dictar esta sentencia que yo de escucharla». Si aquella digna y valiente mujer hubiese tenido miedo hubiese renunciado desde un principio cuando la maquinaria terrorista del grupúsculo que dirige López, voluntad impopular enfiló su ataque contra la Jueza y muchos de los testigos. Amenazas de muerte incluidos los familiares, agresiones telefónicas de diverso tipo, seguimiento callejero; en fin una guerra psicolólogica que no alcanzó sus fines y objetivos.
El pueblo, todos aquellos sectores que sufrieron y vivieron los efectos terroríficos, destructivos y antipatrióticos de la insurrección de la clase media mal llamadas guarimbas y el plan imperial llamado ‘La salida’, que tuvieron como dirigentes principales a un siniestro trío de traidores a la Patria. Leopoldo López, María Malinche Machado, el vámpiro Antonio Ledezma eran la cabeza visible de la intentona subversiva. Aquel plan fue la más audaz intentona, superior a todas las anteriores, para derrocar la Revolución bolivariana y chavista si se toma en cuenta el tiempo de duración (4 meses), las tácticas de guerra urbana traídas del exterior, la participación de brigadas militares invasoras venidas de Colombia, la profusión de armamentos no convencional de todo tipo y la participación y utilización de jóvenes en abierta función terrorista y criminal la utilización de todas las formas de lucha: armadas, insurreccionales, parlamentarias, huelgas, paros, marchas, concentraciones, etc.
Leopoldo López, debe repetirse, es un joven representante de la oligarquía venezolana, es decir, es un burgués, un hombre nacido en cuna de oro, lo que se llamaría la generación de relevo de su clase como también lo son Capriles Radonski, María Malinche Macha y ese abanico de alcaldes del Este de Caracas, de las zonas altas de Valencia, de Mérida, del Táhira agrupados en partidos ultra derechistas y abierta conducta fascista como los grupos primero (in) justicia y voluntad (in) popular; dirigentes que prácticamente desde el triunfo de la Revolución se enfrentaron a ese proyecto de cambio desconociéndolo abiertamente y buscando su derrocamiento en por lo menos 20 intentos de gran envergadura.
Hay que tomar en cuenta lo que representa el reo Leopoldo López, su estatura de clase, para comprender la importancia y magnitud de la valiente decisión del Tribunal que le impuso una pena de casi 14 años de presidio, sin contar el hecho no menos importante que es el Presidente Maduro y su Gobierno quién le salva la vida a López que iba a ser asesinado en un complot en su contra elaborado por Antonio Ledezma y Julio Borges, tarea que le iba a corresponder al carnicero asesino de primero (in) justicia José Rafael Pérez Venta, quién tasajeó e hizo picadillo a su compañera de partido Liana Aixa Hergueta González en un acto de sicariato. Allí están las fotos y videos del día que López se entrega a Diosdado Cabella. ¿Quién está su espalda? José Rafael Pérez Venta.
La solidaridad automática de clase de las burguesías latinoamericanas con López se produce ipso facto cuando ya es un hecho la condena de López, quizás la más relevante fue la de la burguesía norteamericana quién a través del gobierno del señor Obama y por boca de su Secretario de Estado Jhon Kerry, se inmiscuye de manera abierta y cínica en las decisiones del Estado venezolano, criticando la decisión del Tribunal calificándola de una decisión política, tumbando incluso los avances de las conversaciones entre los gobiernos para normalizar sus relaciones. Pesó más López –por la identidad de clases– para el gobierno norteamericano que sus propios intereses nacionles.
Pero esa solidaridad por la libertad de López y los «presos políticos», se mantuvo activa en la prensa transnacionalizada imperialista desde que cae preso. La llamada e injerencista Unión Europea, el parlamento europeo, todo el arsenal de politiqueros todo pelaje, diputados de extrema derecha de parlamentos de Brasil, Chile, Argentina, México y otras naciones, los grandes periódicos oligarcas latinoamericanos, hasta ese espererpento que es la OEA. Todos pretendían la libertad de López y sus compinches presos, hacían todo tipo de acusaciones al gobierno de Maduro, presiones de todo tipo, lo fundamental era lograr la libertad de Leopoldo López, el más importante líder de la extrema derecha fascista venezolana y el único, por encima de María Corina y el mismo Capriles, capaz de garantizar la reversión del proceso revolucionario y volver al neoliberalismo de CAP y Caldera, «mejorado». La mil millonaria riqueza petrolera venezolana necesita de «líderes» de la estatura de Leopoldo López para que se le ponga la mano a Pdvsa, la privatice y se la entregue al sediento y voraz imperio norteamericano.
El impacto sicológico de la condena a López tiene efectos devastadores entre sus seguidores, las células terroristas que en estos momentos de incontenible ira quieren incendiar el país, embochincharlo, salir a matar chavistas. Pero si en los grupúsculos cunde la desmoralización y el haberse quedado sin líder, el propio López trata de superar su estado de shock pues aunque se la echó de macho ante la Jueza que le clavó la condena de casi 14 años, no estaba preparado para un golpe tan descomunal. Si antes de la condena presentó graves problemas mentales, dicho por su fascista esposa, ahora la cosa puede ser más grave o se inventa una enfermedad para que le den la casa por cárcel para después tratar de escaparse como ha ocurrido varias veces. Lo cierto es que al Enemigo Nº 1 del país, Leopoldo López, le cayó la chupa, una cana de 14 años que no paga los 43 asesinados por sus terroristas ni los 800 heridos.