Uribe se abraza con el vocero de la derecha venezolana, Henrique Capriles.

El vocero de la derecha venezolana, Henrique Capriles.

 

Cada día que pasa se descubren nuevas complejidades de la llamada «crisis fronteriza colombo venezolana». Por tal razón quien hoy aventure opiniones o «hipótesis», corre el riesgo de ser desmentido mañana. Con este presupuesto propondremos algunos elementos gruesos de análisis de la situación presentada entre las dos naciones hermanas

1- Nivel Macro: Lo primero y tal vez más importante que se debe hacer notar, es que, este es un episodio regional de una situación geo estratégica continental, o si se quiere global, necesariamente ubicada dentro del MARCO Global de la gran crisis civilizatoria mundial que está en curso o en pleno desarrollo.

Siempre habrá que considerar aquella terrible espada que el presidente de los EEUU Obama puso el 09 de Marzo del 2015, sobre la cabeza del gobierno y pueblo venezolanos, al declarar que «Venezuela es una amenaza a la seguridad de los EEUU y a su sistema financiero -por lo que llamó- los flujos financieros ilícitos de la corrupción pública en Venezuela». En últimas, que es una expresión de la lucha más general por la hegemonía y el reparto del mundo entre las potencias capitalistas de la «triada imperialista hegemónica» de larga experiencia imperialista (EEUU, Europa y Japón) y las economías capitalistas emergentes de China, Rusia, Brasil, India y Sudáfrica.

2- Nivel Meso: El segundo elemento a considerar es el nivel medio o Regional, comprendido en territorio militar que el US Army ha asignado a su Comando Sur; donde se incluye el «mare nostrum» del Caribe, la región Andino Amazónica y el Cono Sur del Continente americano. Allí existe una región muy conflictiva constituida por las 6 fronteras que posee Colombia (con Venezuela, con Ecuador, con Panamá, con Nicaragua, con Perú y con Brasil, donde se ha puesto a prueba y por medio de las armas el dominio tradicional de los EEUU, es decir hasta donde ha llegado el llamado Conflicto Interno colombiano (actualmente en conversaciones en la Habana para concluirlo) y que al parecer ha desbordado la capacidad militar del gigantesco ejército colombiano (500 mil hombres en armas fuera de sus paramilitares) armados, financiados y apoyados por nueve mega bases militares del US Army, para que mantenga dicho conflicto interno enquistado, y dentro de las mal llamadas fronteras colombianas. Hoy comprobamos una vez más que este, ha desbordado todas las líneas fronterizas, sin que el terrorífico ejército colombiano con sus paramilitares, en esta ocasión haya podido hacer nada, excepto callar y pasar de agache.

3- Nivel Micro. El tercer elemento es el mico o Local, que involucra a los dos Estados fronterizos es decir es «bilateral», pero que como suele suceder ha sido tratado y utilizado únicamente de manera unilateral y de manera maniquea, olvidando los muchos elementos de la lucha de clases que han explotado o eclosionado en la crisis actual y, están íntimamente interrelacionados entre sí, o tienen componentes en ambos países. Mencionemos algunos:

a- La mafia narcotraficante trasnacional cuya cadena exportadora de cocaína y lavado de dólares se inicia en Colombia, con sus eslabones más fuertes, experimentados y trasnacionalizados, pero también llega a comprometer narcotraficantes venezolanos. Esto ha sido reconocido honestamente por el gobierno venezolano, no así por el colombiano.

b- El contrabando desde Venezuela hacia Colombia de mercancías, alimentos, artículos de primera necesidad, el mercado negro de dólares o divisas, y, de un producto geoestratégico y fundamental en la economía internacional actual como el petróleo y sus derivados, en sus dos formas:

En pequeña escala con los «bachaqueros» (palabra derivada de «bachaco» con la cual los campesinos de la región nombran a las hormigas arrieras con sus grandes cargas) y los «pimpineros» (palabra derivada de «pimpina» o cilindro de gas metano)

Y el contrabando a gran escala, en grandes camiones y caravanas de tracto mulas hacia las refinerías de Ecopetrol, como lo acaba de mostrar el esclarecedor análisis de Franco Vielma (ver este enlace: http://prensarural.org/spip/spip.php?article17589 )

c- El narco paramilitarismo (producto genuinamente colombiano) que desde finales del siglo pasado (1997 con el gobierno de Pastrana) con la implementación del Plan Colombia a nivel nacional durante el octenio de AUV 2002-2010 y los 5 años de Santos , se fue expandiendo gradualmente a todo el país y en especial a los departamentos fronterizos de la Guajira, Norte de Santander, Santander del Sur, Arauca y Casanare, utilizando parte de los 4 millones de desplazados por el terror Estatal, llamados despectivamente por el Régimen «migrantes internos», muchos de los cuales aprovechando unas veces la porosidad de la frontera, o la corrupción en las autoridades migratorias colombianas, pasaron a Venezuela a «rebuscarse la vida» (rebusque) y se ubicaron especialmente en las regiones del Zulia, Táchira y los Llanos venezolanos. Sobre ese sustrato miserable de desarraigados y desplazados por el régimen colombianos y sus paramilitares y contando con la simpatías de algunas autoridades anti Chavistas de esas regiones; la mafia narco paramilitar colombiana siguiendo el modelo probado con éxito en Colombia, empezó a pelechar creando, ampliando y controlando todo tipo de negocios criminales, los que finalmente amenazaron la formalidad y la legalidad del gobierno actual de Venezuela que preparó una acción defensiva de tipo militar.

Al día de hoy y sin que la crisis esté aún resuelta del todo, hay algunos elementos concluyentes por su evidencia:

1-El silencio de la mayoría de gobiernos latinoamericanos y caribeños, que como lo solicitó el gobierno colombiano no salieron en su apoyo, muestra el aislamiento del gobierno santista y su pretensión de eludir las responsabilidades propias en cuanto al desborde del narco paramilitarismo a otros países.

2-No hubo y no parece que vaya a presentarse una guerra entre Colombia y Venezuela. A buena hora y con un extraño sentido de realidad aparecido a última hora, el presidente Santos reunido a puerta cerrada con las cúpulas de los partidos de gobierno, ha decidido seguir la vía diplomática para la solución del Impase y ha desechado los llamados teatrales de los guerristas contrainsurgentes. Una guerra entre Colombia y Venezuela inducirá definitivamente el fin del Bloque de Poder Contrainsurgente dominante en Colombia. Siempre he sostenido dialécticamente que la revolución en Colombia pasa por Venezuela.

3- Las Farc han declarado tajantemente que la presencia del gobierno Venezolano es fundamental para el éxito del proceso de paz que se desarrolla en la Habana.

4- Contrariamente a lo que el Oligopolio Mediático Contrainsurgente de Colombia histéricamente sostiene; Uribe Vélez, «el peón del Imperialismo» como lo llamó en una ocasión el Presidente Chávez, actualmente sindicado de manera directa por el gobierno venezolano y ante el mundo, de ser el responsable de la conspiración narco paramilitar en su contra, no ha obtenido ningún triunfo ni político, ni de ningún tipo como los pretendidos:

No hubo guerra fronteriza. No se ha roto el proceso de paz. Colombia no se sale de Unasur. El gobierno de Venezuela deberá seguir siendo parte del proceso de paz en la Habana. El gobierno de los EEUU actúa cautelosamente. El presidente Maduro no se ha caído sino por el contrario recoge apoyos multitudinarios en las calles y ciudades, no en sanedrines cerrados como Santos, y se puede dar el ancho de viajar a China y Vietnam en plena crisis. Nadie, excepto los mismos periodistas de siempre, apoya las payasadas uribistas. Ni apoya al narco paramilitarismo trasnacional que ha quedado completamente desnudado ante el Mundo

Y ¿las elecciones? Para regocijo de Santos, ya veremos cómo le irá al chalán del Ubérrimo y a sus narco parapolíticos.

¿En Venezuela?


Nicolás Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.

También ya veremos cómo los bolivarianos lograrán una inmensa victoria y cómo los escuálidos no irán más de ser lo que son: «peones del imperialismo», aliados con Uribe contra su propio país.