Ollantay Itzamná
Desafueran y arraigan al Presidente para salvar a los patrones criminales
Al “sacrificar” (quitar la inmunidad y arraigar) al Presidente Otto Pérez Molina, gobierno promovido, financiado y copado en los ministerios por empresarios y militares, se intenta “redimir” a los Barrabás de Guatemala que robaron y saquearon al Estado y bienes del pueblo por casi dos siglos.
Ahora, que ya se identificó y arraigó o encarceló a los cabecillas criminales de la corrupción, los héroes contra la corrupción ¿revelarán los nombres de estafadores empresarios que encabezan y conforman la red criminal de los corruptores? ¿La citadinidad, sociedad civil, estudiantes, etc. continuarán en las plazas exigiendo también castigo para los empresarios que sobornaban al Gobierno corrupto? ¿Los ricos seguirán convocando desde sus medios de información a la citadinidad a movilizarse para castigar a empresarios y militares corruptores? ¿Cómo queda Guatemala en la comunidad internacional con su Jefe de Estado arraigado y vilipendiado?
Fue impresionante de cómo los criminales principales, en estos 4 meses de indignación urbana, se mimetizaron en las multitudes de indignados exigiendo renuncia y castigo para su peón gobierno que les desvió el botín de la corrupción. Al grado que no sólo terminaron dirigiendo y programando las movilizaciones y paros, sino también lograron limpiar toda posible sospecha citadina en contra de ellos. Los Barrabás se “mimetizaron” en las plazas, en medio del emotivo pueblo, gritando a todo pulmón: ¡crucifícalo!, ¡crucifícalo! No cabe duda: es la capacidad de los medios de masa de convertir a criminales en héroes.
No hay necesidad de refundar el Estado. El sistema político y judicial sí funcionan
Esos 132 diputados que desaforaron por unanimidad, ayer (01/09), al Presidente Otto Pérez, hace tan solo semanas atrás se negaban a tomar tal decisión ante una petición similar. ¿Qué intereses “sublimes” arrancó esta “honorable” decisión que activó un eufórico festejo ciudadano casi en todas las ciudades del país?
“El vilipendiado Congreso de la República sí funciona, y no hay por qué viciar votos o ausentarse en las próximas elecciones”, parece ser el mensaje clave que se instala en el imaginario de la ciudadanía que hasta el día de ayer estaba decidida a viciar o anular su voto para castigar a las y los diputados inoperantes y corruptos. ¡Se salvaron las elecciones generales de este fin de semana!.
Si se salvan las elecciones generales, se salvan las cuantiosas inversiones económicas realizadas por empresarios financistas en las campañas electorales de sus candidatos/as peones. O en otras palabras: si hay elecciones y nuevo gobierno, entonces, la juerga del “banquete democrático” de las empresas financistas continuará, sólo que, ahora, con un nuevo reordenamiento de las redes criminales.
Si se salvan las elecciones y a las inversiones electorales, entonces, se salva al sistema político corrupto que convirtió al Estado en una gendarmería de las abusivas e invasivas inversiones privadas (nacionales y extranjeras). El bacanal banquete neoliberal de las empresas tiene para rato por aquí.
Al encarcelar a la ex Vicepresidenta (Roxana Baldetti) y arraigar al Presidente Otto Pérez (quién será procesado penalmente), los patrones de Guatemala (CACIF y la Embajada norteamericana) instalan otro dispositivo clave en el imaginario de la gente: “El sistema judicial sí funciona para administrar justicia. No hay necesidad de continuar con más protestas”.
Si el sistema judicial funciona, entonces, “las leyes y la Constitución Política tienen utilidad y vigencia. Por tanto, para qué pensar en procesos de Asamblea Constituyente para cambiar el ordenamiento jurídico interno del país. Es innecesario pensar en elegir jueces y magistrados por voto popular”. Es el otro mensaje.
Hemos triunfado. Volvamos a nuestras casas
Uno de los mayores logros de este teatro destituyente entre las élites, no es sólo el haber convertido en héroes a los criminales (empresarios y militares corruptos), sino el desmovilizar o controlar a la impetuosa citadinidad de indignados movilizados que como una magma volcánica amenazaba con correr a ajusticiar a los corruptos por todas partes.
Después de la casi orgásmica fiesta “destituyente”, donde se molieron a “palos” a las piñatas (Roxana y Otto, y se mimetizaron los principales criminales), al parecer la citadinidad disfrutará instantes de resolución/satisfacción, sin mayor preocupación. Pero, los criminales continuarán controlando y gestionando todas “las líneas”, incluyendo al fracasado Estado, ahora, evidentemente convertido en una estructura para sus fechorías.
De esta manera, con esta posible desmovilización citadina, y la “normalización” de las elecciones generales para relegitimar lo moralmente incorrecto, los patrones de Guatemala estaría evitando el bolivianazo o el ecuatorianazo democráticos que sacudieron a los colegas abusivos (ricos neoliberales) en aquellos países hace 10 años atrás.
¿Será que las y los que festejaron “el triunfo democrático contra la corrupción” son todos ingenuos de esta cruda realidad teatral? ¿Será que con la desinmunización de estas dos cabecillas criminales este país resuelve sus pecados originales o capitales que la atan a su nefasto destino? ¿Será que las comunidades indígenas y campesinas organizadas en resistencia renunciarán a su agenda refundacional del país mediante proceso constituyente popular plurinacional?.