La Unión Europea (UE) está pasando por el mayor obstáculo desde que fue creada. Y es que a la progresiva desinstalación calculada del Estado de Bienestar se le está sumando ahora con gran ahínco la crisis migratoria que, al contrario, no la supieron calcular.

Claramente los beneficiados podrían resultar los eurorealistas, ya que la presente crisis en buena parte se debe al papel cómplice y sumiso que ha tenido la UE ante los intereses geopolíticos de Estados Unidos.

Hoy los europeos deberán preguntarse del por qué de la crisis, y los más apropiados para contestar dicha pregunta podrían ser los eurorealistas.

El discurso eurorealista podría tomar un nuevo impulso dirigido a su principal objetivo: terminar con la Unión Europea, que más que un instrumento para el pueblo europeo se ha convertido en un real instrumento de los intereses de EEUU, al igual que la estructura de la OTAN.

La crisis migratoria debiera ser la oportunidad para que el matrimonio UE-EEUU pueda llegar a su fin; sería inoportuno ignorar que todo esto ha sido consecuencia de una UE sujeta a los intereses de EEUU. Es cosa de repasar la actitud sumisa y colaboradora que ha tenido últimamente la UE frente a EEUU respecto al asunto Ucrania, al tema de las sanciones a Rusia, el TTIP, pero principalmente el papel jugado en la desestabilización en Medio Oriente y el Magreb.

Dicha actitud está derivando a un «tiro por la culata», porque quienes pagan las crisis por lo habitual son los pueblos, y en este caso será el pueblo europeo quien pagará; visibilizando, además, las diferencias entre la Europa del oeste y la Europa del este, por la simple razón de que los países ricos (Europa del oeste) son los que principalmente han dirigido las políticas erradas de la Unión Europea, siendo Alemania la principal responsable.

Los responsables de Europa deberían hacerse cargo de la crisis migratoria y hacer su propio mea culpa, tanto sus dirigentes como los que aplaudieron de buena gana en su momento, por ejemplo, las intervenciones militares en Libia o los que guardaron silencio.

El continente europeo debería hacer memoria y recordar el drama de la migración o los refugiados en la Segunda Guerra Mundial. No hay mucho que analizar para comprender la actual crisis.

Si se colaboró junto con EEUU y la OTAN en la desestabilización de Medio Oriente y el Magreb, lo mínimo que deberían hacer es hacerse responsables y resolver la actual crisis.

Y es de esperar, por lo demás, que no se les ocurra resolver la crisis señalando que el problema le corresponde «a todos» y quieran mandar ciertas «cuotas» a países que no han tenido nada que ver con las decisiones tomadas por grandes potencias. Por ejemplo, mandar ciertas «cuotas» a América Latina. No, el problema lo deben resolver los que provocaron la actual crisis, y, que sepamos, Europa no está en guerra y goza de recursos suficientes para hacerse cargo.