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13 de agosto 2015. – China ha sacudido la economía mundial al devaluar el yuan por segundo día consecutivo, lo cual supone un duro golpe para el interés en los activos de riesgo así como para los mercados emergentes de la región. Al mismo tiempo, la devaluación ha avivado el miedo a una posible guerra de divisas que desestabilizaría la economía global.

El yuan ha caído al nivel mínimo de los últimos cuatro años después de que el Banco Popular Chino estableciera un tipo de cambio de referencia diario aún más débil que el día anterior. Pese a que el banco central anunciara que la devaluación era parte de una reforma hacia el libre mercado, los expertos sospechan que podría tratarse del inicio de un decrecimiento de los tipos de interés a largo plazo con el objetivo de hacer las debilitadas exportaciones chinas más competitivas.

 

La devaluación provoca una caída en las acciones y las materias primas

«Los movimientos de la moneda china van a herir el apetito por los activos de riesgo como acciones y materias primas», ha comentado Rajeev De Mello, en cabeza del Asian Fixed Income en la compañía de gestión de activos Schroders en Singapur, informa Reuters.

En Wall Street, el índice promedio industrial del Dow Jones ha caído un 1,2 por ciento y el S&P 500 un por ciento. El índice paneuropeo StoxxEurope 600 bajó un 1,6 por ciento, y el Nasdaq Composite cayó un 1,3 por ciento, informa ‘The Wall Street Journal’. Mientras tanto, el cambio en la moneda china ha hecho aumentar la preocupación por el pronóstico de la economía mundial y ha afectado empresas con una gran exposición al país.

Los precios de metales y del petróleo han registrado una caída acusada. Las acciones de Apple Inc. han descendido un 5,2 por ciento debido a la importancia del mercado chino para los productos de Apple.

Un yuan débil podría dañar la competitividad de las empresas fuera de China al hacer sus productos relativamente más caros, mientras que las empresas que generan ventas dentro del país verían caer sus beneficios en la moneda de su país. Se espera que desde los fabricantes de automóviles alemanes hasta los productores de bienes de lujo las empresas se vean sometidas a presión al tiempo que algunas firmas occidentales ya han anunciado caídas en sus ventas en China.

¿Inicio de una guerra de divisas?

«Aunque todavía es pronto para decir si se trata del inicio de la devaluación sostenida del yuan, otros bancos centrales pueden verse obligados a seguir el ejemplo y esto puede desencadenar una nueva vuelta del debilitamiento de monedas en el mundo emergente», ha expresado De Mello.

La caída del yuan ya ha hecho caer la cotización de otras monedas de los países emergentes de Asia, de tal forma que la rupia de Indonesia y el ringgit de Malasia han alcanzado su nivel mínimo de 17 años, y el dólar de Australia y el de Nueva Zelanda se han reducido al nivel mínimo de seis años, informa Reuters.

El banco central ha intentado asegurar a los mercados financieros que no pretende realizar una depreciación continuada de la moneda. «Viendo la situación económica internacional y nacional, actualmente no hay fundamento para una tendencia de depreciación sostenida para el yuan», ha anunciado el banco en un comunicado.

No obstante, un comerciante de un banco europeo en China ha comentado que la inesperada devaluación ha causado «cierto pánico» en los mercados. Pese a las explicaciones del banco central, «el mercado está muy nervioso», ha expresado.

La devaluación del yuan no resolverá todos los problemas de los exportadores

«La reducción definitivamente ayuda las aportaciones», ha anunciado Yu Mingliang, director del desarrollo de negocio en Zhejiang Lianda Forging & Pressing Co., firma fabricante de partes mecánicas y otros bienes en la ciudad de Wenzhou. «Damos la bienvenida a cualquier reducción, no importa lo grande que sea», informa ‘The Wall Street Journal’.

No obstante, otros exportadores han comentado que se enfrentan a unos importantes desafíos más allá del tipo de cambio, como, por ejemplo, una demanda débil a nivel global y en China, así como el crecimiento de los costes laborales en casa.