César Prieto Oberto (*)
Estamos en presencia, desde hace más o menos veinte meses, de un Estado que se muestra torpe, ineficiente e ineficaz en la toma de decisiones en lo que respecta a las Políticas Públicas y dentro de ellas, a la Política Económica.. Y cuando digo Estado, me refiero al conjunto de las instituciones que lo conforman, donde destaca, por supuesto el Poder Ejecutivo y su gabinete y, por encima de él, claro está, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Los Bolivarianos, los que en verdad hemos hecho un compromiso in pectore con la Revolución Bolivariana, estamos con el Presidente, con el proceso de transformación, mas no con la conducción, por falta de guáramo, en la implementación de una Política Económica que tiene que ser integral porque no somos partidarios del reformismo.
Hacemos agua en la Política Fiscal, en la Política Monetaria, en la Política Cambiaria, en la Política Comercial, en la Política Industrial y Agroindustrial, en la Política Agropecuaria, en la Política Minera, en la Política de Endeudamiento, en la lucha antiinflacioria, en el suministro de la información estadística; de allí el desastre en que se encuentra la economía nacional que, por supuesto, arrastra al Estado de Bienestar de la población Venezolana, ésa que subió, durante los doce primeros años de la Revolución Bolivariana, a puestos cimeros en el continente.
Y es que durante el período a que hacemos referencia, no tenemos la menor duda de que en vez de sumar, hemos restado. Por el resquebrajamiento de la democracia interna se han separado del partido valiosos cuadros de la Revolución. Hay que proceder a rescatarlos, con una política inteligente, sin retaliaciones, sin condicionamientos, hay que oírlos, muchos de sus planteamientos son sensatos, sinceros, pertinentes, adecuados, necesarios. No tenemos porqué ser soberbios, ésa no es actitud de revolucionarios.
Es hora ya de dar el Golpe de Timón sugerido por el Comandante Chávez. ¿Qué esperamos? Cuando el capitalismo está quebrando países: Grecia, España, Francia, Irlanda, Portugal, eso es muy lamentable; es doloroso, horroroso, lo que está pasando en esos países donde quienes pagan las consecuencias son los más pobres, y mientras más pobres peores son las consecuencias. Están quitando o rebajando pensiones, aumentando los años de la tercera edad para acceder a éstas; el desempleo ni se diga: 20, 25, 30, 35 y hasta 40 y 50% en los jóvenes entre 18 y 30 años; eso sí, trabajos a medio tiempo, temporal y convencional y con salarios por debajo del mínimo legal. Restricciones, limitaciones para acceder a los ahorros y a las pensiones, el famoso corralito que causa estragos en la población.
En Grecia ocurrió algo parecido a lo que sucedió aquí con los dólares Cadivi. El Gobierno Griego incurrió en deudas milmillonarias con la Banca Europea: decenas de millones de euros para invertir en el desarrollo del país. Ese dinero, en una alta proporción, se lo robaron los ricos, los empresarios, altos funcionarios del gobierno, los banqueros, lo que llevó a la quiebra al sector industrial, a los pequeños y medianos productores de la ciudad y el campo, a la nación griega toda. Ahora toda esa deuda tiene que pagarla el pueblo, incrementada de manera gigantesca por las condiciones impuestas por la Troika: el FMI, Banco Central Europeo y la Unión Europea. Esa deuda es impagable, es eterna y la mayor parte es ilegal, írrita, adquirida inconsultamente. Entre 1999 y 2014 se les entregó 367.433 millones de dólares, con los cuales ya vemos cómo está el sector industrial, manufacturero, agroindustrial del país. No han logrado reproducir en bienes y servicios ese inmenso caudal de dólares y siguen pidiendo más y más, son insaciables: claro, así son los capitalistas.
Entre 1960 y 2014 recibió el empresariado venezolano la fabulosa cantidad de 589.799 millones de dólares, de los cuales 222.366 millones de dólares (37.70%) entre 1960 y 1998. De éstos, 171.051 (76.9%) en el marco de la Política de Sustitución de Importaciones (1960-1988). En los 40 años de la IV República (1959-1998), el sector industrial pasó de 10,81% del PIB al 17,36%. Desde entonces cayó, en 2013, 13,93% según el BCV. Todo lo señalado en este párrafo habla, de manera contundente, de la incapacidad empresarial del sector privado en Venezuela en los 55 años transcurridos entre 1960 y 2014 y también de los gobiernos incapaces de ejercer seguimiento y control de los capitales otorgados.
Los dólares otorgados a través de CADIVI, en una proporción muy importante, se lo robaron los empresarios parásitos y están depositados en bancos del llamado Gran Mundo. Entre ellos hay altísimos banqueros y comerciantes, “industriales”, funcionarios del gobierno y militares de alta graduación: Generales y Coroneles, algunos están dándose la gran vida en el exterior, otros siguen esperando la hora de la vindicta pública. Muchos de esos dólares se han destinado a desfalcar al Estado, a las Reservas Internacionales mediante el Dólar Today, un dólar extorsionador, especulativo, ilegal, delincuente.
Aquí en Venezuela tenemos una Política Fiscal regresiva: el IVA es regresivo; mientras menor es el ingreso de los trabajadores, más gravoso es para ellos ese impuesto y menos cargoso para quienes más ganan; y el Impuesto a las grandes ganancias que Miguel “paquetico” Rodríguez cuando el II gobierno de CAP (en 1992) rebajó de 55% a 34%, no ha sido modificado por este Gobierno “”Revolucionario.
Mientras tanto, ¡los pobres, ay, los pobres!
Hasta aquí la I Parte.
[*]Individuo de N° de la Academia de Ccias. Económicas del Estado ulia
César E. Prieto Oberto