Oglis Ramos
La cacería emprendida por los miembros de las fuerzas públicas contra la insurgencia en la región del Arauca en Colombia limítrofe con Venezuela, es la excusa perfecta utilizada por los señores de la guerra para continuar con su expansión de dominio a punta fuego y metralla en esta región del país. Este territorio que además de ser una región estratégica por su relación fronteriza con Venezuela; se ha convertido en un campo petrolero tomado por las trasnacionales causando el desplazamiento y la perdida de territorios de los pobladores originarios; así como de campesinos que sumidos en la pobreza y el abandono por parte de un estado que solo reconoce que el territorio existe es porque allí hay petróleo. El nivel de la desigualdad social es gigantesca la cual junto a la ineficiencia de un estado que solo se ha dedicado a fortalecer la guerra y los tratados de libre comercios, ambos factores que alimentan solamente a los que ostentan el poder en Colombia.
La paradoja de la hipocresía de un gobierno que habla de paz mientras que vuelve a las andanzas aprendidas y aplicadas por su maestro y antecesor Álvaro Uribe; es sin duda una cachetada a los miles de habitantes de este departamento del país neogranadino, que se encuentra marcado por la desidia en los sectores campesinos los cuales son los más vulnerables al conflicto y sujetos de agresiones por parte de la fuerza represiva de un estado que se jacta de practicar la democracia, pero que en esta región pone en marcha y ejecuta un nuevo plan represivo en contra de la población civil. El dominio de las trasnacionales ya tiene sus primeros frutos y con ello sus víctimas de las cuales podemos destacar la laguna de lipa, en la cual se desarrolla un inmenso complejo petrolero bajo la dirección de la OXI Petroleum Corporation y que la misma durante más de 30 años tiene un prontuario criminal en la región. Léase también http://trochandosinfronteras.info/accion-judicial-contra-la-explotacion-petrolera-en-santuario-natural-laguna-del-lipa-en-arauca/
El silencio por parte de los medios al servicio de la oligarquía y el gobierno colombiano es gigantesco, mientras se lleva a cabo un ecosidio por satisfacer al gran capital, las trasnacionales siembran el terror y las fuerzas represivas del estado ocupan lugares públicos como escuelas y liceos. Léase también http://trochandosinfronteras.info/siete-dias-completan-los-estudiantes-del-colegio-andres-bello-en-arauquita-sin-recibir-sus-clases/ escudándose detrás de la población civil colocándolos en medio del conflicto , violentando los derechos humanos de niños, niñas jóvenes y adolescentes; estos mismos medios que son utilizados para envenenar a millones de colombianos y atacar al gobierno venezolano, hoy no emiten el menor sonido de la crisis social, ambiental y humanitaria que afronta el departamento de Arauca producto de las acciones de un gobierno arrodillado a sus amos «las trasnacionales petroleras».
La población campesina que son los más afectados por las trasnacionales y su extractivismo asesino y debido a esto se mantienen en pie de lucha y resistencia ya que la presión ejercida por las fuerzas militares buscan obligarlos al desplazamiento de sus tierras; lo que ha venido generando temor y zozobra que en medio del enfrentamiento entre el ejército y la insurgencia los afecte ya que ellos son los más vulnerables en el conflicto.
El gobierno colombiano en su afán por satisfacer las demandas de las trasnacionales petroleras sabe y tiene conocimiento de la participación de estas con el paramilitarismo; elemento que ha sido puesto en marcha para arremeter contra los líderes populares y el pueblo en general léase los crímenes de las Brist Petroleum en Colombia. http://www.aporrea.org/internacionales/a208077.html
Siendo estas acciones silenciadas por el estado convirtiéndolo en un actor y cómplice de los cientos y miles de crímenes cometidos por los grupos paramilitares y ante los cuales la población no quiere volver a vivir, ni que se repitan estos actos criminales.
El plan Colombia, el cual se centra en ser un plan criminal de dominación imperialista, y que el mismos ha sido aprobado por los gobiernos colombianos de turnos; no es más que un plan de dominación energética y territorial, ya que para esto millones de dólares han sido destinados al financiamiento de los grupos paramilitares los cuales le otorgan la garantía de desplazar a cientos de miles de colombianos de sus campos y cientos de indígenas; que hoy ante esta nueva arremetida militarista del gobierno de Juan Manuel Santos busca dominar el territorio para limpiarle el paso a los grupos paramilitares y así permitirle la violación de los derechos humanos a miles de colombianos.
Ahora bien las grandes compañías que integran esta mafias petroleras que operan en el Arauca colombiano poseen tentáculos financieros gigantescos, ya que las mismas son las que hasta ayer pero con otros nombres; son responsables de los miles de muertos en Irak y Libia, y que la sed desatada por el imperialismo por la obtención de recursos energéticos muestran que estas prácticas de paramilitarismo y mercenarios son las mismas así se encuentren en polos diferentes en el globo terráqueo.
Ante la situación que se encuentra el departamento de Arauca es importante invitar a los organismos internacionales de derechos humanos, a los medios de comunicación al servicio de los pueblos para que estén vigilantes ante los hechos que se desarrollan en esta región.