Julio C. Gambina

 

Promedia el 2015 y los problemas de la economía local son variados, especialmente los que se derivan de la dependencia al sistema del capitalismo mundial. Argentina produce para el mundo (soja, oro, autos, entre otros) y está sometida a la demanda mundial con unos precios que no se fijan localmente (son comodities), pero al mismo tiempo está subordinada al ingreso de insumos estratégicos para sostener su proceso productivo.

Esa inserción internacional subordinada limita la capacidad de acción en el mercado local, ámbito de expresión del conflicto social entre trabajadores y empresarios y entre estos en la discusión competitiva por ganar posiciones en el mercado. Cada tanto, los registros estadísticos, aún con la falta de credibilidad, devuelven esta realidad estructural del diagnóstico de situación.

Según el INDEC [1] , para el primer trimestre del 2015, entre enero y marzo, el producto interno bruto (PIB) creció el 1,1% con relación al mismo periodo del año anterior. El dato interviene sobre la base de un 2014 de bajo crecimiento económico y especialmente en el sector industrial, algo que se mantiene en este año, aun con el dato difundido sobre el nivel de actividad, muy lejos por cierto de las tasas de crecimiento que supo presentar la economía local. La evolución medida por trimestres en el 2014 fue de 0,8%, 0,8%, 0,4% y 0,5%, por lo que resalta un acumulado anual con el dato del primer trimestre del 2015 de 1,1% que se reduce a 0,5% si se considera el acumulado en los últimos 4 trimestres.

Los datos requieren ser analizados en profundidad, es decir, indagar en su interior para entender esos guarismos promedios. Al medir la oferta de la economía Argentina se considera el referido PIB con el crecimiento del 1,1% y las importaciones de bienes y servicios, los que cayeron -6,1% y de ese modo la oferta se contrajo 0,1%. Recordemos que la oferta está compuesta por lo que se produce localmente más las importaciones. Ese conjunto es lo que se oferta en el mercado local. Para comprar un artefacto del hogar, un electrodoméstico o un auto se requiere importar parte componentes, por lo cual, la oferta suma lo local propiamente producido más las importaciones.

Insistamos entonces que el nivel de actividad interno se incrementa, pero el conjunto de la oferta disminuye por retracción de las importaciones, esenciales a la hora de pensar la recuperación industrial, la que es dependiente de insumos externos. Es una situación que muestra los límites de la macroeconomía del país, dependiente de las divisas externas para sostener un régimen fabril subordinado a la provisión externa. Adicionemos que ya van casi dos años de retracción manufacturera (22 meses), sector clave para explicar el incremento del empleo entre 2002 y 2007 a la salida de la crisis de la convertibilidad.

Uno de los problemas centrales de la economía local, más allá de los datos comentados, es la pérdida de una dinámica de ampliación del empleo, especialmente fabril. El tema es visible en la coyuntura con la pretensión de Techint de postergar la aplicación del acuerdo salarial ante los límites a su producción por retracción de ventas. El acuerdo con el sindicato para reducir jornadas y salarios por suspensiones programadas, pretende ser extendido en la demora de efectivizar los ajustes por convenio, por lo menos hasta octubre. Es una transnacional de origen local que puede marcar tendencia y que afecta el clima social anticipando una conflictividad que no cede más allá de cualquier dato de recuperación de la actividad económica.

Por el lado de la demanda resulta interesante verificar la variación negativa del -1,4% en las exportaciones de bienes y servicios; el crecimiento de la formación bruta de capital del 0,5%; y un consumo público del 8% contra el privado del 0,8%. Recordemos que la Oferta es igual a la Demanda, según explican los manuales y por ende el Producto más las Importaciones (Oferta), son iguales al Consumo, más la Inversión y las Exportaciones (Demanda).

Recapitulando, desde el análisis de la demanda caen las exportaciones, resulta muy leve la mejora de la inversión, y el consumo se sostiene desde el gasto público. Los datos reflejan una merma de ingresos de divisas por el comercio exterior, asociado a la tendencia decreciente de los precios internacionales de los productos de exportación y que alejan de las previsiones fiscales ingresos y excedentes que faciliten políticas sociales y de subsidios favorecidos por una holgura fiscal que tiende a achicarse.

Un dato complejo deviene del análisis del crecimiento de la inversión, que en promedio fue del 0,5% y que se explica especialmente por la expansión de la construcción en un 5,2% y la investigación y desarrollo por el 2,8%, pero una caída del -4,6% en equipo durable de producción. Es sabido, que el futuro crecimiento se calcula principalmente por las inversiones productivas, y ese no parece ser el camino del avance inversor en la actual coyuntura. Parece interesante que se recupere la construcción, por lo que significa en materia de empleo en cantidad de gremios necesarios involucrados para el proceso. Al mismo tiempo se deben reconocer las dificultades en el mercado inmobiliario, que sostiene en simultáneo un exceso de viviendas deshabitadas y un elevado índice de personas y familias demandando techo propio. Es una realidad que puede estallar como burbuja inmobiliaria, una característica contemporánea del capitalismo actual.

Esta evolución de la economía es insatisfactoria en el balance oficial y se expresa en las declaraciones del Ministro de Economía cuando señala las dificultades externas que sufre el país ante la ausencia de divisas provenientes del comercio exterior, que como dijimos se contrae, tanto por exportaciones como por importaciones; más las dificultades para el ingreso de capitales externos por inversión foránea o por préstamos. Claro que también debiéramos discutir cómo se distribuye el escaso crecimiento y con ello precisar si ese debiera ser el sentido de la producción e inserción internacional que requiere la mayoría de la sociedad, especialmente los trabajadores.

El orden capitalista mundial está en crisis y la Argentina es parte subordinada, por lo que mientras no discuta estas consecuencias estructurales, la coyuntura continuará reflejando las penurias de una crisis que se descarga como ajuste sobre los sectores más vulnerables. Quizá, y pensando en este sentido, vale observar como en Grecia se convoca a la población para que en un plebiscito diga si o no al ajuste que intentan poner los acreedores y sectores de la dominación europea o mundial.

La enseñanza que nos deja la consulta democrática en Grecia es importante, pues nuestro pueblo debiera discutir ampliamente si continuar o no en esta inserción subordinada, o si se transita un camino alternativo para una perspectiva de independencia.

Es una perspectiva que no puede desarrollarse en soledad e impone rediscutir sobre la base de las nuevas experiencias de integración regional un camino propio de autonomía de la transnacionalización. Claro que ello impone dificultades y sacrificios, imprescindibles para superar la dependencia y subordinación. Queda clara que se trata de un horizonte de discusión muy alejado de la coyuntura electoral de renovación presidencial en las PASO de agosto o las finales en octubre próximo. En todo caso, es una propuesta a transitar en el debate de la sociedad argentina.

Nota:

[1] http://www.indec.mecon.ar/uploads/informesdeprensa/pib_06_15.pdf (consultado el 27/06/15)