Colectivo Sursiendo
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En los últimos meses, y en las actividades que hemos realizado (el encuentro/taller hackear nuestras prácticas: género y tecnología y el ciclo de documentales sobre cultura digital HackiNetik), vemos que cada vez más gente se preocupa de los temas de la seguridad digital y el uso activista de Internet. Hay interés en conocer herramientas de comunicaciones seguras, se percibe preocupación por el espionaje y el uso que le pueden dar los poderes a nuestros datos. Sin duda es por la repercusión del caso Edward Snowden, que conlleva que estas cuestiones estén presentes en los medios de comunicación, en la agenda política (por ejemplo, la nota de ayer: Sin acuerdo en el Senado, expira recolección de datos telefónicos por NSA en EEUU) e incluso en las luchas de derechos humanos.

Hay quienes afirman que con las revelaciones de Snowden se abre una nueva era, algo así como la Sociedad post-Snowden, por la importancia que tiene saber que realmente el Big brother te vigila. Quizás el análisis más acertado, bajo nuestro punto de vista, es que con las filtraciones del ex-analista de las agencias de espionaje estadounidense comenzó una nueva etapa en Internet, tras el nacimiento delwww en los 90 y la web 2.0 en la primera década de este siglo. Un paso más en la madurez del uso de Internet. Aunque si hacemos caso a lo que comenta Doctorow (“En veinte años todos nuestros problemas estarán relacionados con Internet”) cada vez se va asemejar más lo que pasa en redes digitales con lo que le pasa a la humanidad en su día a día.

De uno u otro modo, esta nueva etapa tiene como temas importantes: la seguridad, la privacidad, los derechos de comunicación y de acceso a los datos, pero también la participación política y la búsquedas de alternativas al orden establecido, y podemos decir que es una etapatecnopolítica, porque, más que nacer en 2013 en un hotel de Hong Kong cuando Snowden mostró los documentos secretos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), quizás sea necesario hacer referencia a las diversas y grandes movilizaciones sociales de nuevo cuño, desde la Primavera árabe hasta las de justicia por Ayotzinapa, y la gran relación que tienen con las redes y herramientas tecnológicas. También es necesario, para entender esto de la etapa tecnopolítica, hacer referencia al trabajo de Wikileaks, al movimiento de software libre, a los y las activistas anonymous, al fomento de la cultura libre y el open access (especialmente a la persona de Aaron Swartz) y a la explosión de medios libres en Internet y el uso político de la redes sociales digitales. Es una relación on/off cada vez más estrecha.

Ya hemos hablado en este blog de las Razones para habitar Internet, donde decíamos que “creemos que es parte del mundo real y por eso también nos interesa habitar Internet”, añadiendo la aportación de la Internet Society: “Si deseamos que Internet continúe siendo una plataforma para la innovación y la creatividad, es necesario preservar su naturaleza abierta y descentralizada”.

También para la comunicación y la difusión, a gran escala. Como desde hace décadas se usa la radio para la transmisión de informaciones desde los pueblos, de denuncia, de iniciativas, de organización, etc., y después igual uso del video; medios de comunicación para la defensa de la tierra y el territorio, para fomentar articulación y la participación social, para la difusión de la diversidad. Y con Internet el alcance se amplía. Se pone en práctica lo que Manuel Castells llama la autocomunicación de masas: “la comunicación que seleccionamos nosotros mismos, pero que tiene el potencial de llegar a masas en términos generales, o a las personas o grupos de personas que seleccionamos en nuestras redes sociales”.

Así, Internet se puede considerar como un medio de comunicación. Pero es mucho más. Podemos verlo también como un espacio o territorio en sí mismo, donde leemos, compramos, nos comunicamos, nos enamoramos, tenemos ocio, creamos… en definitiva: habitamos. Que cada vez más gente tiene acceso y lo utiliza (según la UIT es “la revolución de las TIC de los últimos 15 años”), aunque aún hay grandes brechas.

Pensamos que Internet es un bien común, que pone en relación a muchos otros bienes comunes (culturales o naturales) en tanto en cuanto esa difusión y esa participación que proporciona sirve para defender y crear más bienes comunes. Teniendo en cuenta que el sistema capitalista cada vez avanza más en la destrucción y el despojo de lo que necesitamos para vivir dignamente.

Frente a la hidra capitalista, “este sistema capitalista no es dominante sólo en un aspecto de la vida social, sino que tiene múltiples cabezas, es decir, formas y modos diversos de dominar en diferentes y diversos espacios sociales” como comentó el zapatismo recientemente, pensamos que las diversas luchas, las diferentes iniciativas creativas, las múltiples propuestas y prácticas alternativas deben confluir para apoyarse. E Internet va a jugar un papel muy importante, que ya lo está jugando.

Como decía Aaron Swartz, Internet contiene esas dos caras: la de la libertad, la creatividad, el comunicarnos más fácilmente y la del espionaje, la persecución, el control, el uso malicioso de nuestros datos, y “cuál de las dos triunfará en el largo plazo dependerá de nosotros”. Nos toca politizar las redes, usar Internet para hacer política, que es como nos gobernaremos las personas y las colectividades a nosotras mismas.

@Sursiendo