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Junio 29 de 2015.-Grecia ha impuesto a partir de este lunes el control de capitales tras la decisión del BCE de no renovar los préstamos de emergencia a los bancos, hecho que llevó al primer ministro, Alexis Tsipras, a urgir nuevamente a sus socios una prórroga el rescate.

En un mensaje televisado, Tsipras ha acusado al Eurogrupo de ser los causantes de esta situación al haber negado a Grecia una prórroga del rescate para que «un pueblo soberano ejerza su derecho soberano de votar democráticamente», una decisión que calificó de «chantaje».

 

Tsipras había pedido prolongar la vigencia del rescate, que expira este martes, tras anunciar la convocatoria de un referéndum en el que la ciudadanía deberá decidir sobre la propuesta de acuerdo de las instituciones (Banco Central Europeo, Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional), rechazada por el Gobierno.

Esta situación, sin precedentes en la Unión Europea, ha provocado un enorme nerviosismo entre los inversores, tanto en el mercado de renta variable como en el de deuda soberana. Según los analistas, la salida de Grecia de la eurozona sería una decisión sin precedentes para la comunidad monetaria que socavaría la confianza de los inversores: afectaría en primer lugar a la banca de los países periféricos y dispararía los costes de financiación de los países miembros más endeudados. Los escenarios más pesimistas dibujan una crisis económica profunda en el conjunto de la Unión Europea.