Marcos Ríos Guerra
Con la más que probable victoria electoral de Daniel Scioli en las elecciones primarias de agosto, se consolida la derechización del proyecto nacional y popular relatado por el actual gobierno de Cristina Kirchner.
La caída de los principales indicadores económicos a los que recurre el propio gobierno o los organismos finacieros internacionales para medir la situación de la macroeconomía, dan cuenta de un deterioro de la realidad material de los argentinos que se visualiza en menores niveles de consumo de las clases medias y bajas en todo el territorio nacional.
Mientras tanto los medios de comunicación han entrado en un llamativo silencio ante el triunfo de cualquiera de sus candidatos, tanto por fuera del oficialismo (MACRI) o por dentro del kirchnerismo (SCIOLI), blindando tanto a al jefe de gobierno de la ciudad (MACRI), como al gobernador de Buenos Aires (SCIOLI) de sus responsabilidades directas de los males que aquejan a los ciudadanos de estas dos regiones que concentram más del 45% de la población argentina.
La salida del proyecto kirchnerista por derecha es la demostración politica de una realidad económica signada por el neoliberalismo real que nunca abandonó la economía del país que en varios aspectos se fue consolidando con el paso del tiempo.
De esta forma con un relato de redistribución de los recursos estatales se camufló un deterioro notorio de la microeconomía que mantiene a una población bajo niveles de incertidumbre ante las informaciones cruzadas enviadas desde los centros de información de los medios privados de comunicación y desde las agencias de noticias oficiales.
La evolución del proyecto kirchnerista pasó de una profundización del proyecto o «vamos por todo» a una retirada hacia la derecha con el compañero Daniel Scioli como nuevo conductor de otra etapa neoliberal del capitalismo argentino donde se consolide el poder económico permanente ha gobernado verdaramente el país y se construya una pequeña nueva burguesía estatal y privada de nuevos ricos del Poder.