Agencias

Washington, 29 de abril 2015. – El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó el martes como criminales a los responsables de los disturbios ocasionados por manifestantes que se mantienen movilizados en las calles de Baltimore, Maryland, escenario de protestas tras el funeral de Freddie Gray, joven afroamericano muerto por presunto exceso policial.
 

«Eso no es una protesta. Eso no es una manifestación. Es un puñado de gente que se aprovecha de una situación por sus propios motivos, y tienen que ser tratados como criminales», sentenció Obama tras reunirse con el Primer Ministro Japonés, Shinzo Abe.

«No hay excusa para el tipo de violencia que vimos ayer», dijo en referencia a la protesta, que derivó en quema de basura, saqueos y la declaratoria de toque de queda en la ciudad.

Estas protestas se suman a la manifestaciones de rechazo en varias ciudades estadounidenses tras una serie de casos de represión y discriminación racial de cuerpos de seguridad contra jóvenes afroamericanos, que se han recrudecido desde 2014.

Ante la situación Obama expresó que la respuesta de su Gobierno no debe limitarse a reflexionar sobre los excesos cometidos por la policía, sino sobre las causas de la pobreza y criminalidad entre los jóvenes.

La política de Obama sobre los manifestantes afrodescendientes y los disturbios en Baltimore contrasta con la posición de Washington con respecto a la violencia promovida en Venezuela por Leopoldo López, procesado por la justicia venezolana, junto a sus socios Antonio Ledezma y María Machado, que a principios de 2014 generó acciones terroristas que dejaron 43 muertos, cientos de heridos y cuantiosos daños a instituciones públicas y privadas.

Como parte de instrumentalización política del tema de derechos humanos en Venezuela que ha hecho la Casa Blanca, se han tergiversado los hechos de violencia desbordada que vivió el país entre los meses de febrero y junio de 2014, al intentar mostrar como víctimas a los autores intelectuales y materiales de estos sucesos, los cuales fueron enfrentados por el Estado venezolano sin suspender en ningún momentos las garantías constitucionales.

En cambio en Baltimore, la alcaldesa esa ciudad, Stephanie C. Rawlings-Blake, estableció ayer lunes un toque de queda entre las 10 de la noche y las cinco de la madrugada.

Por su parte, el gobernador de Maryland, Larry Hogan, decretó estado de emergencia tras varias horas de violentos disturbios y advirtió que la Guardia Nacional está «en situación de alerta» con el fin de responder a la «creciente violencia».