Juan E. Romero
La geopolítica del miedo, implementada por los EEUU, en el período 2013-2015, debe ser entendido en sus componentes teóricos y prácticos. En cuanto a los componentes teóricos, es la implementación de algunos señalamientos históricos, provenientes de la formulación inicial de las escuelas geopolíticas anglo-norteamericana y alemana.
Debe recordarse, que en el siglo XIX, los teóricos alemanes como Rudolf Kjellen (1864-1922), Friedrich Ratzel (1844-1904) y Karl Haushofer (1869-1946), acuñaron el concepto geopolítica y asumieron que los Estados nacionales eran “entidades” vivas, que nacían y crecían, en torno a su “espacio vital”, que era definido como la zona territorial necesaria para asegurar la superivencia del Estado. Sería Haushofer quién aportaría la tesis que controlar el espacio vital era conquistar, someter y explotar pueblos enteros a beneficio propio. Los anglo-norteamericanos, principalmente a través de los teóricos norteamericano Alfred Mahan (1840-1914) y el inglés, Halford MacKinder (1861-1947), complementaron la teoría alemana del espacio vital, con la tesis del control del mar y del corazón continental, ubicado en la zona de Medio Oriente, Europa oriental y la tierras ( y mares, océanos) en el denominado cinturón interior y exterior. De esa forma, las potencias militares y económicas, con pretensiones de dominio y control han aplicado estas tesis. En el caso de EEUU, después de finalizar la II Gran Guerra (1939-1945) llevó adelante una acción de control de espacios vitales, contando con la resistencia solo del bloque soviético (ex URSS) hasta su eclosión en 1989. Posteriormente, los EEUU intentó a través de la formulación del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (PNSA) imponerse sobre sus aliados tradicionales (Francia, Inglaterra, Alemania, Japón) y sobre sus adversarios históricos (Rusia y China).
Ello se tradujo, durante las gestiones de George Bush (1989-1993) y George W. Bush (2000-2008), en la implementación de una agresiva estrategía militar geopolítica, basada en la preponderancia militar a través de la denominada Revolución en Armamento Militar (RAM), que no es más que la aplicación de la ciencia y la tecnología al campo militar y que se tradujo en una superioridad coactiva sobre otros actores. Al mismo tiempo, en concordancia con la tesis del espacio vital, se intentó desarrollar áreas de libre comercio, mediante tratados bilaterales o multilaterales, utilizando para ello en el caso de Nuestra América, la Cumbre de las Américas. Esta estrategia múltiple(militar y geoeconómica) fue contrarrestada con las acciones de Mar del Plata, en Noviembre de 2005, a cuya cabeza se colocaron los presidentes Chávez, Lula da Silva y Néstor Kichner, generando cambios en el espacio geopolítico, entendido como la relación de subordinación de los Estados Nacionales con las potencias hegemónicas y dominantes. Paralelamente, Rusia y China, comenzaron a principio del siglo XXI una importante recuperación económica, que conjuntamente con países como Brasil, Sudáfrica, India y Argentina, han generado presión sobre las tesis geopolíticas de los EEUU. La reacción ha sido contundente y peligrosa.
Contundente, pues los EEUU ha incrementado su acción militar en el corazón continental (Afganistán, Irak, Georgia,Ucrania, Polonia, Estonia, Lituania, Israel, Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos, entre otros) y ha desarrollado acciones de asfixia diplomática, a través de su actual Presidente Barak Obama. La Doctrina Obama, o Doctrina del Poder Inteligente (Smart Power) presupone el uso alternativo de la acción militar o de su alternativa de presión diplomática, dependiendo de la circunstancia, pero buscando el mismo resultado: el dominio del espacio vital y el control del corazón continental.
La agresividad del Premio Nobel es tal, que mantiene escenarios múltiples de conflictividad. Por una parte, desde 2013 y todo el 2014, ha mantenido acciones encubiertas militares que han amenazado el espacio vital de Rusia y China, principalmente en la zona de Georgia, Polonia y Ucrania en el caso de Rusia y en lo que respecta a China, con tensiones en Corea del Sur. Simultáneamente, en el campo geoeconómico, adelanta presiones a través de organismos multilaterales como el Banco Mundial el Fondo Monetario y la Organización Mundial de Comercio, sobre el desarrollo socio-productivo de sus adversarios históricos. No descuida la incidencia, a través de Israel, en la península arábiga, o las presiones (a través de financiamiento paramilitar) en Siria e Irán.
En Nuestra América, donde se ubica a través de la Doctrina Monroe (plenamente vigente, junto al corolario Roosevelt, que implica presión sobre sus vecinos en caso tal de no responder a sus intereses geopolíticos) , ha desarrollado presiones diplomáticas directas, en países como Brasil (donde recientemente se generaron marchas contra la presidenta Roussef, pidiendo un golpe militar), Argentina (con la acción de los Fondos Buitres, tenedores de deuda y el escándalo mediático en torno a la firma del memorándum de entendimiento entre ese país e Irán), Venezuela (mediante financiamiento directo usando la USAID de la oposición e impulsando acciones desestabilizadoras como las protestas de febrero-mayo de 2014 o los más recientes intentos de golpes suaves), en Bolivia (donde se financió la oposición al presidente Morales en las recientes culminadas elecciones regionales) o Ecuador (con una agresiva campaña mediática sobre violación a las libertades de expresión). Sin embargo, ha sido particularmente inerte con respecto a la violación de derechos humanos en Colombia, Perú o México. En el campo militar, la articulación de bases militares en la zona (Colombia, Perú, Costa Rica, Aruba, Curazao y Bonaire, Jamaica, Trinidad y Tobago) conjuntamente con la colaboración de la OTAN, que tiene presencia en Surinan y las Islas Malvinas, muestran un claro escenario de confrontación con altas posibilidades de escalamiento a futuro.
La reacción de los EEUU, muestra su desespero ante el retroceso económico frente a los BRICS y la estructuración de un frente anti-norteamericano y anti-imperialista con Venezuela a la cabeza en su zona de seguridad (el histórico Patio Trasero en su Doctrina de Seguridad), eso hace más peligroso a la potencia del norte, pues su declive no significa (hasta ahora) su desaparición (y renuncia) a su condición de dominación. El peligro y amenaza para la humanidad, es evidente en estos momentos. La geopolítica del miedo, implementa la acción de asfixia diplomática, con la presión militar y la utilización de las estrategias comunicativas de Guerra psicológica y desinformación, en donde lo crea necesario.
Dr. Juan E. Romero
Historiador/politólogo
Juane1208@gmail.com
31/03/2015