Eduardo Piñate R.
El pasado viernes fuimos ponentes en un foro en la sede de TVs Pueblo, en la Pastora, que fue titulado por los compañeros y compañeras de esa televisora comunitaria “Tras el Oro Negro”, significando que la agresión y la amenaza que representa contra nuestra Patria el decreto ejecutivo del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, está orientada a controlar nuestro petróleo.
Esta es una verdad del tamaño de un templo, es decir, el imperialismo quiere destruir la Revolución Bolivariana, quiere derrocar el gobierno del camarada presidente Nicolás Maduro, porque se propone ponerle la mano a nuestras riquezas naturales, y principalmente a las reservas petroleras más grandes del mundo que están en nuestro país. Esto es verdad, pero no es toda la verdad. Veamos: El presidente de la Comisión Permanente de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional, diputado Fernando Soto Rojas, declaró recientemente que:
“…En el caso venezolano actual, esa intervención, esa injerencia (refiriéndose al decreto ejecutivo de Obama) tiene que ver con dos cosas fundamentales. La primera: la presencia de la revolución bolivariana y el liderazgo del Comandante Chávez, que ha despertado la conciencia política del pueblo venezolano, incluso más allá de nuestras fronteras, y ha producido, sin duda, una revolución nacionalista, antiimperialista, anticapitalista y socialista, y es un ejemplo de la decisión popular para los pueblos del mundo. Y la segunda tiene que ver con la enorme riqueza minero-petrolera que existe en la Faja Petrolífera del Orinoco, donde hay reservas por más de 600 mil millones de barriles. Allí hay una reserva, como mínimo para 400 o 500 años, a una producción de 3,2 millones de barriles diarios.”
Y agrega más adelante Soto Rojas:
“El imperialismo norteamericano está en un proceso terminal, está agobiado porque sabe que está escaseando la reserva de hidrocarburos en el mundo; existe una relación de 15 a 1, en la que por cada barril que se descubre se utilizan 15. Hoy, en el mundo se consumen 93 millones de barriles diarios y Estados Unidos, aun con todo el esfuerzo que está haciendo para producir petróleo a través de la técnica del fracking no llega sino a 10 millones. Las inmensas reservas petroleras están en Venezuela y en el Medio Oriente. Por eso…todas las guerras que ellos han fomentado tienen olor y sabor a petróleo y a gas, ese es el problema central.” (Alejandra Milano. “La agresión imperialista tiene olor y sabor a petróleo”. Entrevista a Fernando Soto Rojas. El Semanario, Caracas, del 27 de marzo al 3 de abril, Nro. 54. Pp. 8-9)
Hemos citado in extenso esa parte de las declaraciones del camarada Soto Rojas, porque creemos que recogen en esencia los objetivos del imperialismo, la burguesía en todo el mundo y sus lacayos en Venezuela. De una vez hay que descartar por demagógica y manipuladora toda la retórica acerca de la democracia y los derechos humanos proveniente de los EEUU y los aparatos de inteligencia, propaganda y guerra psicológica del imperialismo. ¿De qué se trata entonces?
Por una parte, en el marco de la profunda, global y estructural crisis del sistema capitalista que objetivamente ha debilitado la hegemonía que el imperialismo estadounidense consolidó como resultado de la Segunda Guerra Mundial, se han fortalecido nuevos bloques que disputan, que ponen en cuestión, la hegemonía estadounidense en la economía mundial (vale decir, en el capitalismo mundial). Fundamentalmente los países agrupados en el BRICS (Brasil, Rusia India, China y Surafrica), vanguardizados por las economías de China y Rusia, están jugando ese papel.
El imperialismo estadounidense, apoyado por los países imperialistas de la vieja Europa, intentan controlar las principales fuentes de materias primas energéticas del planeta, de allí el afianzamiento de su carácter guerrerista desde comienzos de este siglo XXI, sobre todo en el Medio Oriente con las invasiones a Irak, Afganistan y Libia, la agresión a Siria para tener más facilidades de atacar Irán y por esa vía a Rusia, que es su objetivo estratégico en esa zona del planeta.
El otro objetivo estratégico, es recuperar la iniciativa política perdida y restaurar la correlación de fuerzas que existía en Latinoamérica y el Caribe a finales del siglo XX, antes de que el Comandante Hugo Chávez asumiera el poder político en Venezuela y la Revolución Bolivariana se hiciera gobierno.
Para la élite dominante en los EEUU, absolutamente fanatizada y fascista, y sus aliados en el mundo, es vital reconfigurar un bloque latinoamericano bajo su control que fortalezca su posición en la disputa intercapitalista mundial. Cuestión de la que está muy lejos en este momento. La verdad es que desde que la Revolución Bolivariana llegó al gobierno se desató un movimiento popular, de masas y antiimperialista, que, por la vía electoral y democrática, conformó gobiernos populares y revolucionarios, con distintos grados de radicalidad en sus fines estratégicos, pero objetivamente contradictorios con el imperialismo, que cambió la correlación de fuerzas entre el imperialismo y nuestros pueblos, a favor de nuestros pueblos.
Resulta que a la vanguardia de esta fuerza continental, al frente de la lucha por la independencia en el continente está el pueblo venezolano en Revolución Bolivariana, Socialista, Antiimperialista y Chavista. Por eso el enemigo imperialista nos declaró su enemigo principal y hace y hará todo lo posible para destruirnos.
De verdad, Venezuela no es una amenaza militar para EEUU ni para ningún país, pero si somos una amenaza moral para el imperialismo estadounidense y los países imperialistas de Europa. Esa amenaza emana del ejemplo que damos todos los días edificando una sociedad nueva, de justicia social, de equidad, democrática, trabajando a diario para la felicidad de todo el pueblo, una sociedad de hombres y mujeres nuevas dotados de una elevada conciencia de su deber social, de la conciencia que su trabajo es para construir esa felicidad del pueblo y no para engordar las cuentas bancarias y los bienes de los y las capitalistas.
Somos una amenaza para Estados Unidos porque estamos demostrando con hechos concretos, visibles y palpables, que otro mundo es posible y ese otro mundo posible es Socialista.
Caracas, 28 de marzo de 2015