Esteban Montes
Tras los acontecimientos sucedidos por la muerte en extrañas circunstancias del fiscal Nisman, se reveló que el Servicio de Inteligencia (ex SIDE) ya no le respondía a la presidenta Cristina Kirchner y por tal motivo se procedía a disolver el organismo y crear uno nuevo.
El estado de putrefacción y anarquía que experimentaba el servicio secreto fue el detonante de uno de los episodios más difíciles de la historia contemporánea argentina como es la muerte violenta (suicidio u homicidio) de un fiscal de la Nación.
Debió suceder una catástrofe política que aún tiene en vilo a la sociedad argentina y que desató un vendabal político en el seno de las «instituciones» del Estado para iniciar la depuración de esa cloaca de traficantes, bandidos y ladrones de la ex SIDE, para iniciar la transformación de ese organismo.
¿Pero cuantos organismos inservibles y que no responden al interés del pueblo existen en el Estado Argentino? ¿Cuanto dinero del presupuesto nacional se destina al financiamiento de instituciones que trabajan para intereses extranjeros (como la CIA y el MOSSAD en el caso de la exSIDE), ligados a organismos internacionales y funcionan como un Estado dentro del Estado gestionados por representantes de intereses estadounidenses e israelíes como en el caso de esta institución delincuencial del servicio secreto que acaba de volar por los aires para convertirse en Agencia Federal de Inteligencia AFI?
Las empresas y el gobierno de los EE UU trabajan desde su Embajada en Buenos Aires y desde sus organizaciones empresariales para controlar e infiltrar a aquellos organismos del Estado que respondan a sus intereses como el poder judicial, los ministerios, las fuerzas de seguridad, la tecnología, la prensa, los entes de regulación, la electricidad, redes de comunicación, las fuerzas armadas, los puertos, aeropuertos, bancos y aduanas, industria y comercio.
Estas organizaciones controladas por agentes de los EE UU e Israel ponen es serio riesgo el orden constitucional y el gobierno de la actual presidenta Cristina Kirchner, quien está siendo sometida a un golpe suave de múltiples factores donde esos oscuros intereses van detonando eventos reales y mediáticos de forma coordinada para generar una implosión del gobierno y la entrega anticipada del poder para hacerse con el botín del petróleo estatal, los yacimientos de minerales, los bancos estatales, las empresas de servicios básicos nacionalizadas y los fondos de pensión de los jubilados y así instalar un nuevo gobierno neoliberal que ya tiene en su estructura a los nuevos cuadros gerenciales colocados por EE UU e Israel que se mantienen en sus puestos desde hace más de 30 años como en la exSIDE de Stiuso.