William Castillo Pérez
Libia era un país que detentaba el más alto nivel de vida del norte africano, sus ciudadanos eran felices podían estudiar tener atención médica y social de alto nivel, todo gratuitamente, apenas tenía una pobreza que no alcanzaba el 5% de la población, su riqueza y solvencia económica era tal, que ya estaba dando pasos para la creación de una moneda única para negociar sin la intervención del dólar, pero cometió el error de dejarse asesorar por Tony Blair ex primer ministro inglés, a ello debemos agregar, la increíble inocencia -de un líder experimentado- para dejarse convencer por los cantos de sirena del imperio gringo y las potencias europeas, llegando al extremo de desarmar su poderío militar, y abrirse a negocios con líderes traidores como el entonces Presidente de Francia Nicolás Sarkozy, a quien le financió la campaña electoral, incluso uno de sus hijos, quien hoy permanece preso de la coalición que derroco al presidente Gaddafi, fue recibido en la Casa Blanca hasta se retrató con Hilary Clinton quien luego afirmo públicamente y entre carcajadas, que fue a Libia, vio y murió Gaddafi, hechos estos que describen la hipocresía y falta de escrúpulos delos hegemónicos que se creen dueños del planeta. Al final del desastre, gran parte de las reservas de divisas en dólares de Libia, depositadas en Bancos del imperio y asociados, quedó en manos de sus destructores.
Pero el imperio gringo, sus socios europeos, con la ejecución de grupos armados financiados y organizados por sus organismos de inteligencia e injerencia, comenzaron una intervención para desestabilizar el gobierno libio con el uso masivo de campañas mediáticas y una profusión de artilugios tecnológicos al estilo de Hollywood, que lograron inclinar la opinión pública y, algunos gobiernos que creyeron en la falaz campaña contra el gobierno del Presidente Gadafi, para rematar esta faena las potencias europeas y el imperio con la ejecución militar de la OTAN y, mediante la aprobación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU y ante la pasividad del resto del planeta, salvo algunas excepciones, se estableció una zona de exclusión aérea sobre los cielos de Libia que solo podía ser surcado por aviones de la OTAN y aliados, de inmediato aviones de USA, Francia y el Reino Unido bombardearon y descargaron sobre una población inerme y desarmada, más de 40.000 bombas, que al final lograron asesinar al Presidente Mohamar El-Gadafi, y destruir ese hermoso país que había vivido 40 años de revolución exitosa.
Desgraciadamente, Libia es en los actuales momentos un país destruido y dividido en por lo menos 4 partes, estando las partes más ricas en manos del estado islámico, una entelequia creada por el imperio gringo y sus socios europeos para destruir países del medio oriente, grandes productores de petróleo y en condiciones geográficas favorables para el transporte de hidrocarburos, situación que le es muy favorable a las potencias occidentales y que motiva toda esta serie de movimientos crueles e insensatos estratégicos, para sus fines hegemónicos.
Ahora en los actuales momentos, Libia, luego de ser dividida y destrozada y robadas sus reservas internacionales en dólares, el Ejército islámico se ha apoderado de los más productivos pozos petroleros de esta ex patria, probablemente como botín de guerra y en pago de sus servicios, o, más creíble, obedeciendo a un plan imperial preconcebido, para justificar la constante intervención militar en el medio oriente. Extrañamente, hoy grupos antes supuestamente opuestos o enemigos de occidente, se han convertido en una estado forajido, que llena de terror y muerte a las poblaciones siempre sufridas de la región, aparte de obtener enormes ganancias económicas por la venta del petróleo usurpado. Nada tiene de extraño que esa movida engañosa haya también contribuido a derrumbar los precios internacionales del petróleo.
Pero, como el pueblo inocente es quien al final sufre todas las consecuencias nefastas de estos conflictos, hoy luego de haber sufrido o soportado inclementes “bombardeos humanitarios” para salvarlos, están expuestos a otro bombardeo de los aliados para salvarlos de la agresión del ejército islámico, a lo cual debemos agregar el prometido ataque de Egipto y El Líbano para vengar el asesinato de 21 egipcios católicos coptos que fueron mostrados en un video, mientras eran degollados, y un piloto libanes que fue quemado vivo, que fueron perpetrados por el ejército islámico.
Hoy, en este estado de cosas, se puede ver que la tal liberación y pacificación, promovida y ejecutada por el imperio y adláteres, contra el pueblo libio, solo fue una farsa para robarse el petróleo libio, esto debe llamar a la reflexión a los venezolanos, quienes aun observando toda clase de señales, todavía sigue a los opositores derechistas fascistas, en su afán de destruir la revolución bolivariana, lo que está a la vista no necesita anteojos, así de sencillo.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA Y SOBERANA!
¡CHÁVEZ VIVE!
¡LA PATRIA SIGUE!
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!