Esteban Montes

 

La muerte del fiscal Alberto Nisman ha desatado un tsunami cuya ola gigante amenaza arrasar el escenario político del país que se encuentra bajo ataque psicológico masivo mediante los cañones mediáticos de los medios de comunicación privados que han tomado el luctuoso hecho de la muerte del fiscal Nisman como el apoyo para apalancar la desestabilización institucional, la zozobra social y el golpismo judicial.

Con el vicepresidente procesado y con varias causas judiciales en marcha contra la presidenta, se suma la acusación realizada por el fallecido fiscal días antes de su muerte.

Esta causa muy probablemete tenga curso legal dada la presión que están ejerciendo los poderes reales del país: empresarios, políticos, jueces, fiscales, sindicalistas, ONGs, canales de TV y radio, estudios de abogados, etc. lo cual avisora meses de gran tensión política y social en un año electoral con cambio de gobierno el 10 de diciembre de 2015.

Al ataque frontal en aumento desde el territorio argentino se suma la arremetida del gobierno de los Estados Unidos, funcionarios y parlamentarios junto a los medios de comunicación extranjeros que han replicado la noticia de la muerte del fiscal que acusaba a la presidenta Cristina Fernández.

 

Esta confabulación es de sumo riesgo para el actual gobierno y pone en peligro el futuro de millones de argentinos que han confiado en el gobierno kirchnerista desde el año 2003 y que le garantizado una realtiva estabilidad económica como no había sucedido en los últimos 40 años.

A su vez, las fuerzas propias del gobierno y sus aliados políticos se encuentran perdidos en un laberinto del que por ahora no parecen encontrar la salida por falta de conducción y ejecutantes políticos, frente a una espectacular guerra psicológica desatada en las últimas semanas, que no es respondida a la altura de las dramáticas circunstancias por las que atraviesa la población en vilo.

¿Donde está el Gobierno?