La tarcoteca contrainfo

 

En este fragmento del artículo del Cáncer Capitalista el autor expone cómo los procesos de subcontratación, externalización y flexibilizacón se integran en la cadena productiva de las corporaciones como componentes necesarios del proceso expoliativo y de reconcentración de capitales. La técnica empresarial se llama Outsourcing y se considera una verdadera fuente de esclavitud moderna por la degradación social que produce cuando se instaura. Como tal estrategia es organizada y dirigida desde los distintos Gobiernos.

Vemos grandes similitudes con situaciones ya normalizadas en europa. Territorios en los que no existe diferencias entre empresas (control económico), partidos y sindicatos (poder político) y mafia (poder social y poder coercitivo), todos parte de un mismo «Sistema». Una tríada indisoluble. Una realidad que se vive ya en zonas portuarias y polígonos industriales protegidos por ejércitos de guardias de seguridad.

Por último queremos hacer énfasis en el ejemplo de la ciudad de Nápoles: situada en una región de paro endémico y secular (más de un 25% en los últimos 30 años), cuya geografía está minada de talleres y almacenes clandestinos donde fatigan de unxs 600 mil a 1 millón de napolitanxs a diario. Se trabaja la máxima calidad para las primeras firmas a parte de todo tipo de imitaciones. Jornadas de 12 h y 1 día libre con suerte a la semana, sin vacaciones. 500€ al mes sin ningún tipo de garantía, seguridad, seguro, asistencia o pensión. El paternalista capataz y dueño del negocio es siempre del barrio, se accede al puesto por amistades y hay que darle las gracias por no perder el puesto, lo que supondría tener que hacer otro tipo de trabajos un tanto más desagradables (tráfico ilegal o prostitución).

Como siempre, ante al abuso solo existe una solución: organización, autodefensa y acción directa. Tctk
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Fuente- CÁNCER CAPITALISTA: Arbitraje laboral y globalización monopolista

Globalización monopolista y sector informal

“Los micro emprendedores poseen el talento, el entusiasmo, y la sorprendente habilidad de conseguir un beneficio a partir de prácticamente nada, …, no son el problema sino la solución”. Hernando de Soto (consejero de gobiernos neoliberales)

“Es posible implementar políticas públicas para fomentar la innovación en los sectores informales, que conlleven al aumento de la productividad y generen «spillovers» en la economía formal”. Nicolás de Ligny 

La globalización monopolista permite la externalización de la mayoría de las etapas de la cadena de valor. La desregulación, la subcontratación y la sub-subcontratación conllevan el trasvase desde el trabajo formal al trabajo informal.
 
El sector informal, según la OIT, incluye todas aquellas actividades que no están reconocidas, que no quedan registradas, que no quedan protegidas y que no son reguladas por las autoridades públicas.
 
Flexibilidad e informalidad son cualidades neoliberales estrechamente relacionadas. Los capitalistas no están interesados en formalidad o informalidad per se, sino en minimizar costes. 
 
Maximizar la flexibilidad “ad libitum” les permite doblegar la resistencia obrera, bajar salarios y trasladar los riesgos y los costes del ajuste a cualquier cambio en la demanda, sobre sus empleados. La flexibilidad se ha convertido en el elixir de los negocios, una adicción que precisa aumentos crecientes de las dosis hasta convertirla en una informalidad más o menos “regulada”.
 
Pero además, con la progresiva subcontratación y externalización monopolista, existe un verdadero “continuum” entre trabajo formal e informal en las cadenas de producción globales. 
 
Las grandes multinacionales operan con un pequeño núcleo de empleados formales y una creciente “periferia” subcontratada, que opera en sintonía con el sector informal.
 
El crecimiento de la economía informal, a golpe de planes de ajuste del FMI, no ha sido un “efecto transitorio” o “secundario” de la globalización, sino que es una característica intrínseca del capitalismo monopolista neoliberal. El sistema es cada vez más excluyente y genera por doquier tasas ingentes de desempleo (legal) que fuerzan la alternativa ilegal, en un proceso acelerado de flexibilización/informalización del mercado laboral.
 
Desde hace 30 años, coincidiendo con la globalización monopolista, el sector informal no ha hecho más que crecer. Si buscamos en GOOGLE «crece el sector informal»: 104.000 entradas. Si buscamos “disminuye el sector informal”: 175 resultados. En 1950, el 69,2% de los empleados urbanos de Latinoamérica trabajaban en el sector formal (70,2 en 1970). En 1998 la cifra había caído al 42,1%. En la actualidad el 44% de los barones argentinos, el 49% en Venezuela, el 62% en México, el 56% en Perú, … trabajan en el sector informal. En la India, el 83% de la población empleada trabaja en el sector informal con el 69% trabajando en empresas no registradas.
 
En 2002, un informe de la OIT constataba que “contrariamente a las predicciones (la hipótesis neoliberal de la convergencia global), la economía informal ha venido creciendo rápidamente en cada uno de los rincones del planeta, incluidos los países industrializados”…, “la mayoría de los segmentos de la economía informal tienen vínculos de producción, comercio o servicios, con la economía formal. Mujeres subcontratadas, forzadas a trabajar desde casa para grandes firmas multinacionales, trabajadores en talleres clandestinos produciendo zapatos y vestidos para marcas líderes al otro lado del planeta, los vendedores callejeros vendiendo a comisión para las grandes firmas, o incluso conserjes que limpian las oficinas de empresas formales bajo acuerdos informales de subcontrato.”
 
Gobiernos y sector informal
Trabajadores Baratos/carne fresca

 “Por diversas razones – buenas, malas e indiferentes – la socialdemocracia, en este sentido genérico, ha caído en desgracia. Lo que tenemos en cambio es el Consenso de Washington; la ampliamente difundida creencia de que la libertad de empresa, la reducción de impuestos, la desregulación, las disparidades más extremas de riqueza y el aumento de la inseguridad y la exclusión social, de alguna manera van a producir resultados económicos positivos. Los países que adoptan estas políticas, se nos asegura, se harán más competitivos, atraerán más inversión, y generará más puestos de trabajo, al menos mientras sigan a pie juntilla el evangelio según San Mercado.” Hairy Arthurs (1998)

A pesar de la definición, la expansión de la economía informal no significa “ausencia” del estado. Es el estado mismo, sometido al servicio de los monopolios, el que fomenta y facilita el crecimiento y la reproducción de la informalización. 
 
El crecimiento de la economía informal no coincide “accidentalmente” con la globalización neoliberal, sino que es promovido sistemáticamente por ésta a través de los planes de estabilización y ajuste estructural instrumentados por las agencias internacionales y los estados sometidos a la ley de los monopolios. 
 
Bajo la presión de la deslocalización y la crisis, los estados flexibilizan más y más el mercado laboral “formal”, de forma que la línea de separación con el mercado laboral “informal” se va haciendo más y más tenue y difusa. El temor a la explotación “informal” es un eficaz flexi-estimulante para bajar los salarios del menguante sector formal. 
 
“Formal” e “informal” se mezclan y diluyen cada vez más en la práctica. El mismo vicepresidente de la patronal española, paga parte del salario a sus empleados “en sobres”. 

Las zonas francas de exportación (EPZs, ZEE, maquiladoras, … ), son zonas “formales” que intentan reproducir las condiciones ilegales del sector informal, para que las grandes multinacionales acuden en tropel.