Miguel Oliveira

 

Quienes hemos tenido la posibilidad de viajar a otros países y comprar productos en supermercados de Argentina o Brasil, observamos que la metodología empleada en establecimientos como Carrefour, Wall Mart, Coto (Argentina), EPA (Brasil) es similar.

Una vez que se ingresa al predio, se toma un carrito o changuito donde se colocan los productos seleccionados que se transportan durante el recorrido por los anaqueles (en estos dos países no hay desabastecimiento por parte de las empresas productoras) hasta el punto que , concluida la selección, los usuarios o consumidores se dirigen a las «líneas de caja» en las que una trabajadora del lugar o cajera registra el producto mediante el sistema de código de barras y de este modo se realiza la suma de los valores de cada uno de los bienes adquiridos.

Finalizada esta etapa, se procede al pago de la compra mediante medios de pago electrónicos, billetes o cheques. Este momento de la compra varía de acuerdo a la cantidad de productos seleccionados, pero no se prolonga más allá de los 3 a 5 minutos en promedio.
Dependiendo del número de cajas que posea un establecimiento podemos estimar la cantidad de personas que pueden pasar por una caja durante una jornada normal de compra-venta en un supermercado.

Si se producen colas más allá del tiempo de espera razonable, ingresamos en una zona crítica donde el tiempo añadido es el resultado de un saboteo por parte del establecimiento, el trabajador que registra la compra (inducido o no por la empresa) o por problemas tecnológicos atribuible a la empresa si se verifica un retraso en la operación de cobro de la compra realizada.

Por estos motivos es que se debe realizar un estudio de las causas reales de las colas en los supermercados y de haber demoras, tomar las medidas correctivas necesarias y suficientes para evitar motivos de irritación de la población.

En los paises mencionados, de buen abastecimiento de productos, también se generan colas, especialmente en horas pico de asistencia al establecimiento o en fechas de cobro de salarios, pero esto es normal en cualquier parte del mundo.

Lo que no parece normal en Venezuela es que por causa de la escasez inducida por las empresas o autoinducida por el Estado, se genere la excusa para crear situaciones de desestabilización como las que ocurren actualmente en los abastos y supermercados privados o públicos, que no tiene solución a pesar de los anuncios realizados por el gobierno nacional y las promesas de los empresarios privados -quienes esperan la lluvia de dólares a precio preferencial- para importar lo que no se produce en el país y quedarse con una buena parte de los dólares para cambiarlos en el mercado negro.

La base chavista se disgrega en las colas de los supermercados

 

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