Mateus Fernández
El dominó de los fracasos y las derrotas de Israel en Medio Oriente en los últimos años, tales como la derrota ante Hezbolá en la guerra de 33 días, la contundente derrota ante Hamás después de 51 ataques de Israel a Franja de Gaza, la permanencia de Bashar al Asad en el poder en Siria a pesar de todos los esfuerzos de Israel para derrocarlo, y el reconocimiento y el apoyo internacional para la creación del estado palestino incluso por parte de los países europeos, causaron serias discrepancias entre Israel y su principal aliado, es decir, los Estados Unidos de América.
El aislamiento internacional de Israel durante el gobierno de Netanyahu animó a este régimen a acercarse a América Latina con el fin de salir del aislamiento y recompensar las derrotas impuestas en Medio Oriente.
Echando un vistazo a la diplomacia israelí en América Latina en los últimos dos años y el esfuerzo que está haciendo para la profundización de las relaciones con los países de esta región, aprueba la teoría arriba mencionada.
Israel ha contado más que todo con los países de la derecha en América Latina entre ellos Colombia, Panamá, Paraguay y Chile. Pero a la vez se pueden ver las actividades comerciales, militares y políticas de Israel en todos los países de la región.
La adquisición de grandes extensiones de terreno y el crecimiento de la cooperación militar con Argentina, la venta de tecnología moderna a Brasil, la firma de un convenio con la República Dominicana en materia de turismo, la aprobación de un presupuesto especial para el desarrollo de su comercio con América Latina y la planificación de visita de Netanyahu a algunos países de la región, son algunas de tantas actividades de Israel en América Latina.
Pero… ¿hasta qué punto los países de esta región quieren jugar con la carta de Israel?
Teniendo en cuenta el comportamiento violento e ilógico de los israelíes contra los palestinos e incluso contra la población cristiana en Israel, el acercamiento de los países latinoamericanos a este régimen tendría consecuencias negativas en la escena internacional.
Mejor dicho; la amistad con Israel quizás beneficie a gobiernos de la región, pero les impondría más problemas y al respecto, estos países deberían de ser más inteligentes para poder mantener su independencia.