Oglis Ramos

 

Los acuerdos entre los miembros de la OPEP de no recortar los precios del petróleo para enfrentar la caída de los precios deja ver que la incidencia de Arabia Saudita como monarquía petrolera es vital para orientar las políticas dentro del cartel, la gestión de Venezuela y Rusia por generar alternativas ante les pretensiones  de las grandes corporaciones de inteligencia de fluctuar los precios  para el beneficio de grandes  clanes petroleros, el nuevo método de obtención de petróleo de fracking  como estrategia global imperialista  va dirigido a atacar directamente a la producción rusa  como país no OPEP. Rusia siendo uno de los grandes productores mundiales de petróleo ha visto con preocupación esa baja inducida a la cual Arabia Saudita fiel y leal a la casa blanca ordeno que no se bajara la producción dado que incomodaría a sus socios de occidente, esta caída actual no afectara a los países productores pero lo que si da es una alerta a los miembros que mantienen una línea anti- imperialista de que el próximo año arreciara los saboteos a las políticas soberanas de estos países.

La política de línea dura de los EEUU contra Rusia e Irán ambos ubicados en regiones geoestratégicas y con grandes influencias internacionales busca además con el atentado económico a la OPEP es crear escenarios que permita a los Estados Unidos reventar desde adentro las economías dependiente del petróleo y que su gasto público está en base al ingreso petrolero, este plan macabro de injerencia económica se colocó en marcha luego de apoderarse nuevamente pero con una violencia infernal de Irak con ejércitos terroristas en zonas estratégicas y altamente productoras de petróleo; esta producción en estas  zonas son entregadas a las grandes corporaciones de la guerra que financiaron y armaron a los fanáticos radicales títeres de los militaristas que dominan el congreso de los EEUU. Es por esto que tanto el fracking y el ejército islámico cumplen dos papeles similares; el primero es un golpe económico mundial y el segundo es la siembra del terror para quien se resista a las pretensiones de dominio global. Una vez que los deseos estadounidenses en siria fueron detenidas por la posición diplomática de Moscú el nuevo giro en el ámbito de la guerra impulsada por el imperio se basó en la guerra de micrófonos, la injerencia económica contra la OPEP y el terrorismo creado con el sello de fabricación de la CIA. El reacomodo del cartel y la decisión tomada bajo la imposición de arabia saudita hacia los demás miembros de la organización petrolera hace ver claramente que la visita del ministro de defensa saudí al pentágono fue en parte no solo para discutir temas militares si no para orientar los pasos a seguir en cuanto a la posición de la monarquía referente a los precios del petróleo.

La ópera de la guerra impuesta por los EEUU ya toco su primera tonada, es por esto que el año 2015 será el toque principal y para esto tendrá mucho que ver si los precios del petróleo continúan bajando y si el ejército islámico continua con sus avances cada vez más sanguinarios hacia los territorios de siria y con ello amenazar a Irán el cual es el objetivo a largo plazo dentro del plan de dominio terrorista de Washington.

Por otro lado el resultado se verá empañado para la casa blanca si Rusia con la diplomacia audaz y exitosa que ha aplicado detiene cada ataque por los cuatros costado que la OTAN en Europa le intenta propinar y ahora con el atentado a los precios de la OPEP tendrá que buscar una alternativa viable para desenmascarar y repeler la nueva estrategia de dominio imperial. Es probable que algunos miembros de la OPEP que se oponen al entreguismo de las monarquías petroleras del golfo a los Estados Unidos estén pensando en crear una alianza estratégica con los países no OPEP a los que Rusia ve como aliados fundamentales y  que son importantes productores mundiales ;esto permitiría una balanza entre los países del golfo que son productores y que están entregados a la política de dominio y expansionismo de las trasnacionales que gobiernan la casa blanca y el resurgimiento de una nueva organización que asuma las riendas de una política de producción para los pueblos.

Todo estas andanadas de ataques por parte del imperialismo es el desespero claro de buscar un reacomodo geopolítico que lo coloque nuevamente en la palestra mundial, de allí el desespero por usar todos los elementos tanto económicos como militares que le permitan ganar el terreno perdido del cual Rusia se ha hecho parte.