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En marzo de 2011, dos semanas antes de la intervención militar en Libia, un mensaje secreto entregado a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés). Una unidad de inteligencia ayudó a los militares de EU necesaria para introducirse en las redes de telefonía móvil de Libia y monitorear los mensajes de texto.
Para la NSA, la tarea fue fácil. La agencia ya había obtenido la información técnica sobre los sistemas internos de las compañías de teléfonos celulares “para espiar los documentos enviados entre los empleados de la empresa, y estos detalles proporcionaría el modelo perfecto para ayudar a la ruptura militar en las redes”.
La NSA asistió en la operación, sin embargo, esto era parte de un programa global de vigilancia mucho más grande en alcance y ramificaciones que no sólo incluye a los países hostiles.
Mira el reporte completo en The Intercept.