Las sanciones del gobierno de los EEUU contra Rusia contrastan con los tiempos de la guerra fría cuando se enfrentaban dos sistemas antagónicos. Con el derrumbe de la Unión Soviética el sistema de explotación capitalista se impuso de manera hegemónica en el mundo.

Muchos pensaron con ilusión que había llegado el fin de la guerra fría y que la paz entre los hombres reinaría. El tan cacareado libre mercado donde todos los “empresarios” competirían en justa lid para colocar sus mercancías resulto ser un completa falsa. Muy pronto llegó el desencanto porque esta quimera se descubriría.

Los EEUU no perdieron tiempo ante esa oportunidad para imponer su supremacía, casi inmediatamente propiciaron guerras divisionistas en naciones que habían sido satélites de la unión soviética y expandieron su poderío militar, sembrando el globo terráqueo con bases militares por doquier, cercando a Rusia y a China para neutralizar el desarrollo de sus fuerzas productivas y militares, para tener ventajas cuando decidieran quitarse la mascara e invadir países de interés estratégico, tal como lo han hecho con Afganistán, Irak y Libia. En este contexto una invasión contra Rusia, Irán y Venezuela no es descartable.

Ahora, en estos tiempos, las contradicciones que mueven a la sociedad capitalista se gestan en la lucha entre los dueños del capital, en su incontrolable afán por acceder a los mercados.

En este proceso se han desarrollado economías capitalistas poderosas que para preservar sus mercados se han visto en la necesidad de agruparse en polos regionales como el BRICS.

El surgimiento de estas poderosas economías ha resquebrajado no solo la preponderancia económica de los EEUU y sus aliados europeos sino también ha agudizado la crisis estructural que padecen.

Uno de los peligros que acechan la propia integridad de los EEUU es la inminente posibilidad de que el dólar deje de ser la moneda universal de intercambio comercial.

La deuda que tienen los EEUU esta creciendo hacia un nivel donde podría llegar a ser impagable. Cuando el dólar sea destronado como moneda universal el desplome de los EEUU será inevitable. Ante este cuadro nada alentador para los gringos la única salida que han encontrado es la guerra, para subordinar al mundo. Esto explica por qué imponen sanciones a los países que no se les subordinan.

La naturaleza de las sanciones que imponen unilateralmente mediante burdas manipulaciones, con el concurso de los lacayos que les sirven, como compinches de fechorías, son penalizaciones contra los pueblos, similares por sus efectos, a aquellos asedios previos que aplicaban los ejércitos a las ciudades antes de atacarlas.

Así pues, las actuales sanciones que han tomado contra Rusia pretenden ablandar su resistencia contra la subordinación hacia el imperio norteamericano, quien concibe como enemigo a todo aquel que se oponga a sus designios.

Parecidos castigos también los estamos viviendo los venezolanos por lo que hemos identificado como guerra económica, donde se nos corta el suministro de alimentos, medicinas, bienes y servicios para acabar con la estabilidad y doblegar nuestra voluntad.

La sanciones que nos acaban de imponer el gobierno de Obama conjuntamente con sus lacayos europeos pretenden que el gobierno libere a unos delincuentes juzgados y condenados por la soberana justicia venezolana. Delincuentes que el gobierno de los EEUU utiliza como agentes a su servicio para acabar con el gobierno bolivariano.

Estas sanciones son la manifestación más concreta de una guerra que nos han impuesto, tal como lo fueron las fracasadas guarimbas que buscaban desestabilizar a nuestro país para escalar un conflicto que desembocara en una intervención directa del ejercito norteamericano.

Sanciones que ponen al descubierto la verdadera naturaleza colonialista e imperialista de los gobiernos que la propician.

Ante esta coyuntura no hay otro camino que el de cerrar filas en torno al gobierno bolivariano. No hay que temerle a la lucha porque esta fortalece el carácter y la independencia de los pueblos. Pero es necesario tener siempre presente que solo la unidad del pueblo nos garantizará la victoria.

ricardovargas.rv.rv@gmail.com