Matías Lemos

 

El proceso político argenitno hegemonizado por el espacio político denominado peronismo y su expresión electoral, el Frente para la Victoria, tiene en el ex-vicepresidente de Néstor Kirchner y actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, como el continuador del kirchnerismo, pero no del cristinismo.

Scioli, ha desarrollado su campaña política dentro de la estructura del Partido Justicialista, sin ser un político de raza, aunque si adaptándose a los diferentes momentos por los que transcurrió el peronismo desde la época de Carlos Menem, pasando por Duhalde, Néstor y Cristina, sin embargo ha tenido las mayores diferencias con la actual presidenta argentina, quien ahora necesita de Scioli para intentar continuar el proyecto politico inicado por su marido en la figura del candidato Scioli.

La presidenta ha venido cometiendo demasiados errores políticos que tuvieron su correlato en inmensos desvarios económicos que han caído como una plaga sobre la población argentina que ve en Daniel Scioli el líder de un proceso de continuidad del proyecto mejorando lo regular, descartando lo malo y realizando lo que no se hizo.

Néstor Kirchner sabía elegir a quienes le servían para acumular poder y votos, y dejó a Cristina como presidenta y a Scioli como gobernador pensando en un posible reemplazo de él mismo si alguna vez no puediera ser electo tras finalizar el mandato de Cristina. Lamentablemente nadie esperaba la desaparición física de Néstor y finalizado los dos mandatos constitucionales de Cristina Fernández, es Scioli el candidato natural del proyecto nacional y popular, pero más alejado del cristinismo, pero más cercano al kirchnerismo de Néstor.