Fidel Farias
En este articulo, el análisis se concentra en una abstracción de factores concretos que forman parte de la realidad económica mundial. Por este motivo, no se tocaran elementos considerados como concretos desde el punto de vista analítico, dado que se busca indagar en las leyes de movimiento del capital. Esta crítica se concentrará meramente en el impacto del capitalismo financiero sobre la economía real.
La reciente caída de los precios del petróleo, así como de otras materias primas, lejos de ser una conspiración dirigida a atacar la economía de los países productores petroleros, es una consecuencia de como la economía mundial, la cual se basa fundamentalmente en el capitalismo financiero, esta entrando de nuevo en un ciclo depresivo, el cual a su vez es una consecuencia directa de inestabilidad financiera generada por la desregulación de los mercados financieros en el año 1999 y el aumento de liquidez en el sistema financiero mundial. De este descalabro de los precios del crudo emerge un gran beneficiario; los bancos de inversión que suplen los flujos de capital que mantienen en funcionamiento el sistema financiero global. Estos forman parte del llamado “casino” financiero, los cuales apuestan a los movimientos de los precios de activos financieros así como de materias primas, y al acertar las apuestas, obtienen millardos de dólares en ganancia. Los bancos de inversión han sido uno de los grandes ganadores de la reciente caída de las principales materias primas, incluyendo de la caída de los precios del crudo, que han cedido 35% en los últimos meses. Los bancos de inversión, en otras palabras, generan las tendencias de los precios (ya que estos manipulan la información de contratos financieros sobre materias primas que ellos mismos crean) que influencian el comportamiento de los inversionistas que no constan de la información necesaria para tomar posiciones en los mercados de futuro.
En este orden de ideas, los mercados de derivados presentan un volumen abismal en comparación con la economía real, lo cual se puede apreciar en la siguiente infografía, la cual muestra que el volumen de transacciones que se realizan en los mercados de derivados alcanzan los 600 billones (millones de millones) de dólares en el año 2010, mientras que el volumen de las transacciones en la economía real (precio de los bienes y servicios transados en lo que se denomina la economía real, ya que esta genera bienes y servicio con valor de uso no monetario) tan solo alcanza los 63 billones de dólares. Esta diferencia tan significativa implica que la magnitud de los mercados de derivados tienen la capacidad de distorsionar el valor real de los bienes y servicios que son ofertados en la llamada economía real.
Por otro lado, tenemos la política monetaria no convencional de los principales bancos centrales del mundo, cuya función principal es de inyectar la liquidez necesaria para que los activos financieros tranzados en las bolsas de valores y mercados de futuros y opciones continúen siendo ofertadas y demandas, con el fin de que los precios de las mismas no caigan y se genere un ciclo deflacionario, como fue el caso de la colapso financiero de 2008. En tales escenarios de saturación de oferta de activos financieros aunado con una falta de liquidez, el capital, que no es mas que la ganancia, se destruye, colapsando el sistema crediticio en forma de contagio.
En este caso de la caída de los precios de crudo, el anuncio del fin de la expansión monetaria (inyección de liquidez) de la Reserva Federal de EE.UU. ha dado como resultado la venta de derivados financieros basados sobre los índices de materias primas, los cuales son tranzados en los mercados financieros. Esta tendencia de cerrar posiciones en los mercados fue influenciada en principio por la contracción de la demanda de los países desarrollados, así como por la ligera mejoría de la economía de EE.UU. que conllevará a la subida de las tasas de interés, lo cual refleja una oportunidad de obtener beneficios al comprar bonos del tesoro de EE.UU. Todo este escenario fue maximizado por los bancos de inversión al generar expectativas exageradas para obtener grandes ganancias de la caída de los precios en los mercados de opciones y de futuros.
Los análisis difundidos por diferentes agencias y medios de comunicación tienden a obviar el factor financiero, así como los efectos del capital financiero sobre comportamiento de los estados nacionales, desde de un punto de vista del materialismo histórico, el comportamiento de los estados esta condicionado por las leyes que mantienen en funcionamiento el capital. Y a su vez, los estados actúan como emisarios de la lógica del capital.
Una evidencia de que la caída de los precios no solo ha afectado los precios del crudo se observa en que otras materias primas han caído de forma significativa desde el mes de agosto de 2014, lo cual indica que las perspectivas de crecimiento económico han influenciado la toma de decisiones por parte de los inversionistas. Históricamente, las intervenciones de los bancos centrales para evitar ciclos deflacionarios han sido la principal causa de sobrevaloración de activos, los cuales causan serios daños a la economía real cuando estos sufren correcciones a la baja. Desde la crisis financiera del año 2008 hasta hoy, los mercados financieros, y por ende, la economía se ha mantenido gracias a la inyección de liquidez en forma masiva por parte de los principales bancos centrales del mundo. Sin embargo, las trabas del ciclo de capital actual no pueden ser resueltas con inyecciones de dinero, dado que el principal problema se encuentra en el mecanismo de circulación del mismo. Por ende, las turbulencias financieras mundiales en la actualidad son una consecuencia directa de no haber atacado los principales focos de inestabilidad financiera. El siguiente gráfico muestra que no solo el petróleo ha sufrido grandes pérdidas en sus precios, sino también otras materias primas.
Las materias primas que son demandadas por empresas para un uso dado son transadas a través de instrumentos financieros, los cuales son usados como un instrumento para generar ganancia o capital. Sin embargo, el mercado de derivados de mayor volumen de las tasa de interés, el cual representa un 77% del total de los activos financieros transados en los mercados de derivados, mientras que las materias primas solo representan 1% del total. Sin embargo, los derivados sobre las tasas de interés impactan indirectamente otros activos financieros a través de vías monetarias. De esta manera, los derivados sobre las tasas de interés pueden conllevar a un aumento del apetito del riesgo por parte de los inversionistas. Estos flujos de dinero son dirigidos a tomar posiciones en contratos basados en materias primas.
Eurozona: Foco de Inestabilidad Financiera
La inestabilidad financiera reflejada en el aumento de volatilidad en los mercados financieros conlleva a una inestabilidad del presupuesto de la UE, siendo esta última reflejada en la incertidumbre en torno a la capacidad de los países con debilidades económicas en cumplir las obligaciones de deuda. Europa se presenta de esta manera como el punto focal de futuras turbulencias en los mercados financieros, debido principalmente a los desbalances comerciales y financieros entre los estados miembros de la Eurozona. Una revisión de los principales marcadores de los bancos europeos indica que éstos se encuentran con serias debilidades, producto de los desbalances económicos dentro de la Eurozona. Estos desbalances se pueden considerar como una contradicción entre la existencia de una moneda única (lo cual implica una tasa de interés unificada) y la estructura económica de los países con debilidades económicas y por ende de su dinámica económica. Este último factor es el principal problema que confronta la Eurozona, ya que la circulación de capital sufre de fricciones en los mercados de capital, alterando la cuenta de balance de los principales bancos europeos. Una caída abrupta en la liquidez en el mercado interbancario europeo pudiese desencadenar una quiebra de bancos considerados como “relevantes para el sistema”, dados a su alto grado de interconexión. En este sentido, la moneda única Euro presenta el mayor factor de distorsión en el funcionamiento de la economía en la Eurozona.
Las teorías conspirativas esgrimidas por algunos analistas obvian la naturaleza del capital de destruirse a si mismo cuando este mismo se satura para regenerarse de nuevo. La caída del precio del petróleo es solo una consecuencia de la turbulencia de los mercados de capital, la cual ha sido desencadenada por diferentes eventos económicos negativos en algunas partes del globo. Sin duda que esta caída de los precios puede ser aprovechada por los mayores productores del mundo, como lo es Arabia Saudita, para mantener y expandir su cuota de mercado para sacar del mercado a la producción de crudo esquisto en EE.UU.
La coyuntura actual es un resultado siendo el principal problema en las economías industrializadas el riesgo de deflación, el cual se origina de la sobreproducción de bienes, así como la disminución de los costos de producción y de los salarios real. Se puede interpretar que el trabajo asalariado es un factor indispensable para la transformación del capital y su adaptación a nuevas condiciones materiales que cambian a lo largo de la historia. De este modo que el principal riesgo de que la economía mundial entre en una doble recesión proviene del continente europeo, específicamente del sector bancario, el cual es totalmente dependiente de los bajos niveles (cercanos a 0) dictados por el Banco Central Europeo. En la grafica siguiente se aprecian los bajos niveles de las tasas de interés de los bancos centrales más significativos del mundo. Tales niveles indican la profundidad de la crisis financiera del 2008. Sin embargo, esta medida monetaria expansiva no ha tenido el impacto deseado sobre el nivel de inversiones, lo cual conlleva al aumento de flujo de capital hacia los índices bursátiles así como otros activos financieros. De esta manera, la economía real no se ve beneficiada significativamente por esta medida extraordinaria de los Bancos Centrales.
El incremento de los principales índices bursátiles es una consecuencia de la expansión de dinero a bajo costo, lo cual puede conllevar a la formación de burbujas financieras, poniendo en peligro el proceso de recuperación del sistema financiero mundial. La historia de las recientes turbulencias financieras y económicas indica que la distorsión de las tasas de interés para aumentar la demanda agregada de bienes y servicios conlleva a formación de burbujas financieras. En el sistema capitalista, las crisis son parte endógena del mismo, dado que las crisis fungen como renovadores de los ciclos de capital cuando éste en su lógica natural genera excedentes de bienes y servicios que ponen en peligro la existencia del capital o en otras palabras de la ganancia, sin la cual, el capitalismo colapsaría de forma definitiva.
Cuando se observa y analiza el comportamiento del capital, se trata de abstraer del mismo con el fin de indagar y develar las leyes fundamentales que rigen su mecánica de movimiento. Con el instrumento de la abstracción de lo concreto podemos llegar a la conclusión que el capital se comporta de la misma manera en todos sus ciclos, que consiste en la maximización de beneficios a través del incremento exponencial de bienes creados, así como la disminución de la liquidez causada por la caída general de los precios de los bienes, lo cual impide la circulación natural del capital en sus ciclos de regeneración del mismo.
Es estrictamente necesario manejar los instrumentos críticos de la economía política.
La estabilidad de la rentabilidad de los bonos de los países periféricos de la Eurozona sigue siendo dependiente de las inyecciones de liquidez que realizan por los bancos centrales de los países industrializados después del impacto de la crisis financiera de 2008, las cuales ya suman más de 8 billones de dólares. Esta dependencia de esta política monetaria expansiva permite inferir que los mercados financieros (de capital y bursátiles) no han podido restablecer el orden establecido después de la etapa de gran moderación de la década de los 90s. La conjunción de estos dos factores: tasas de interés excesivamente bajas y bajo nivel de inversión indica la pérdida de eficacia de los mecanismos monetarios. El principal riesgo que afronta la economía de la Eurozona es una caída de liquidez en el sistema interbancario, lo cual pudiese conllevar a un contagio y una crisis financiera. En caso que una nueva crisis se suscitara, los mecanismos habituales para impedir el ciclo de depresión no tendrían impacto en el corto ni en el mediano plazo debido a los niveles mínimos de las tasas de interés.
De tal forma, todos estos factores dan a entender que tenido un impacto negativo sobre los índices de desigualdad en las economías avanzadas. De esta manera, diversos economistas y sociólogos alertan sobre esta tendencia, la cual impacta negativamente el comportamiento de demanda agregada a largo plazo.
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