El conocido periodista y showman argentino Jorge Lanata invitó a su programa de radio a Yusnaby Pérez (1), un supuesto “bloguero independiente” cubano que reconocía abiertamente quién paga sus crónicas contra el Gobierno de su país (2). “¿Trabajas? –le pregunta Lanata-. Sí, trabajo para un medio en Miami que se llama Cubanet –responde Pérez-, escribo en él como periodista. ¿Y vivís con ese dinero? Sí” Curiosamente, ni el presentador ni los otros tres entrevistadores del programa preguntaron al invitado qué es Cubanet, un dato que habría sido importante para la audiencia. Porque Cubanet es un proyecto creado por el Gobierno de EEUU y financiado, desde 1994, con asignaciones anuales de las agencias norteamericanas USAID y NED (3). Yusnaby Pérez, por tanto, no es un “bloguero independiente”, sino un asalariado altamente “dependiente” de la Casa Blanca. No en vano su nombre, Yusnaby, es un homenaje de su familia a la Marina de EEUU. “¿Yusnaby es por US Navy? –le pregunta Lanata-. Exactamente –responde orgulloso Pérez-. Claro, por Marina Americana, US Navy, a él le pusieron Yusnaby –aclara el presentador-“.
Durante el programa, algunas de las acusaciones que lanzó Yusnaby Pérez contra el Gobierno cubano fueron casi infantiles: “Hay una resolución del Ministerio de Trabajo que dice que está prohibido acceder a redes sociales como Facebook y Twitter, y solo por eso no pueden acceder (a ellas), porque les expulsan del trabajo” –sentencia Yusnaby Pérez-. ¿Por qué ninguno de los cuatro entrevistadores aclaró al invitado que en los centros de trabajo de Argentina tampoco se permite perder el tiempo mirando Facebook? Un ejemplo: en Estados Unidos, en el 8 % de las empresas de más de 1.000 empleados se ha despedido al menos a una persona por esa misma razón (4).
El joven dijo, además, mentiras clamorosas, como que “muy poca gente (en Cuba) sabe lo que es una página web o un correo electrónico”. Y afirmó que en Cuba no llega Internet a las viviendas por decisión del Gobierno, no por falta de recursos. “Existe un cable de fibra óptica que viene desde Venezuela que costó millones de dólares. (…) Ya Cuba tiene la infraestructura necesaria para tener Internet en casa y de alta velocidad”. Es decir, el Gobierno cubano habría gastado 70 millones de dólares en el citado cable ¿para no hacerlo operativo? Absurdo (5). Recordemos que en 2013, con su puesta en funcionamiento, la conexión a Internet mejoró parcialmente, lo que permitió abrir unas 120 salas de navegación: algo que contradice esa supuesta “política de restricción” de Internet (6). Pero aún es necesaria en Cuba una importante inversión en infraestructura interna para aumentar velocidad y puntos de conexión. La compañía telefónica Etecsa confirmaba recientemente que el objetivo final es llevar Internet a las viviendas (7). El propio Yusnaby Pérez se contradecía, sin quererlo, y reconocía que el Gobierno cubano sí apuesta por desarrollar Internet y las redes sociales. “Tú dices –tomaba la palabra otro contertulio- no me puedo desarrollar en Cuba porque, obviamente, lo que yo estudié tiene que ver con las redes sociales, algo que en Cuba no existe. ¿Cómo es una carrera pensada para formar gente en plataformas que no se pueden utilizar? Ellos (el Gobierno) –respondía Yusnaby- están pensando en que en un futuro se podrá”. Es decir, reconocía que la voluntad del Gobierno cubano no es restringir Internet y las redes sociales, sino desarrollarlas –en un futuro- a medida que las condiciones económicas lo permitan.
Uno de los momentos estelares del programa llegó cuando el invitado trató de echar por tierra los logros de la educación en Cuba. “Por ejemplo, ¿qué pasa con la educación? Que hay un gran déficit de maestros y han adoptado un método de clases por televisión. En cada aula hay un televisor y ponen una cinta y esa cinta es la que te enseña matemáticas, historia, física, química, etc. –afirmaba-. ¿Pero eso en qué cantidad de escuelas (se da) sobre el total? –preguntó entonces Lanata-. En todas –respondió Pérez-”. Los entrevistadores saltaban indignados: “Es increíble ¿Me estás diciendo que en ninguna escuela hay maestros vivos, sino un televisor en cada aula? –intervenía de nuevo, horrorizado, el presentador“. Las llamadas “teleclases”, implantadas en toda Cuba en 2002, jamás han suprimido al profesorado. Cierto es que hubo errores y abusos en su utilización, pero lo que el bloguero relata es su caricatura exagerada y generalizada (8). ¿Cómo, entonces, la UNESCO, en su último informe mundial 2013-2014, otorga a Cuba el mejor “Índice en el Desarrollo de la Educación” de América Latina y el Caribe? (9) ¿A quién debemos creer, a la UNESCO o a un bloguero pagado por el Gobierno de EEUU?
En otro momento, el entrevistado hablaba de los problemas para viajar fuera de Cuba. Y reconocía que el obstáculo no lo pone el Gobierno de la Isla, sino las visas de entrada de los países receptores (10). “¿Qué te pidieron, por ejemplo, para entrar (a Argentina)? –le preguntó Jorge Lanata- A mí me pidieron (en la Embajada de Argentina) 500 dólares de entrada más 60 dólares por cada día que yo esté (aquí). Eso lo tengo que tener en una cuenta en Cuba”. Pero el presentador, en el límite del cinismo, culpabilizaba también de esto… al Gobierno cubano: “No, pero eso debe ser un pedido del Gobierno cubano al argentino”.
Jorge Lanata hacía gala de una desactualización total sobre la realidad de Cuba. Preguntó al invitado por realidades que desaparecieron hace más de 20 años, como las tiendas para personal diplomático: “Existía una cosa que aquí quizá no conocen y que quería que nos cuentes, las `diplotiendas´, yo no sé si siguen existiendo las `diplotiendas´?”. Y, además, acerca del mercado paralelo de dólares en Cuba, algo que también desapareció hace décadas: “¿Y en el mercado negro cuál es la relación entre el peso y el dólar?” (11).
Este conocido periodista del Grupo Clarín (12) dejaba bien claro el objetivo de su programa: convencer de su “error” a la gente que en Argentina aún apoya a la Revolución cubana. “En Argentina hay mucho esnobismo ideológico. Hay mucha gente que defiende el régimen cubano pero que nunca viviría allí. Y me preguntaba qué diría un chico de la Campora, de las juventudes de la izquierda partidaria, frente argumentos como estos.”
Para ello, qué mejor que apoyarse en mensajes de la audiencia cuidadosamente seleccionados: “Hay un montón de mensajes. En Twitter, exactamente, Erika nos dice: por acá me cuesta creer que haya alguien que defienda esa manera de hacer vivir a la gente, que es un espanto”.
El fraude de este personaje, Yusnaby Pérez, lo podemos comprobar en otra entrevista que daba al diario español “El Mundo”, donde aseguraba que prefería “mantener su rostro oculto”, porque mostrarlo sería “muy peligroso” (13). Y lo decía apenas una semana antes de aparecer, a cara descubierta, en varios medios de Argentina, donde, por cierto, afirmaba todo lo contrario: “Creo que mientras en Cuba esté a salvo y mi vida no corra peligro, me quedaré allí. ¿En algún momento tuviste problemas políticos o policiales? –le preguntó el presentador-. Hasta el momento no he tenido ninguno, gracias a Dios –respondió el invitado-”.
Algo que nos sugiere una interesante pregunta: ¿cuántos de los 60 periodistas asesinados en América Latina en los últimos dos años fallecieron en Cuba (14)? Una lástima que a Jorge Lanata y a su séquito de aduladores, esta pregunta se les quedara también en la gaveta.
Notas
(1) https://www.youtube.com/watch?
(2) http://www.yadiraescobar.com/
(3) http://www.rebelion.org/
(4) http://blogs.lainformacion.
(5) http://www.ecured.cu/index.
(7) http://www.jornada.unam.mx/
(8) http://www.cubahora.cu/
(13) http://www.elmundo.es/cronica/