Reinaldo Romero (*)

 

Considerarse «pagadores seriales» según lo declamado por la presidenta argentina Cristina Fernández, no es gratis para el pueblo, aunque tal vez tampoco lo sea para el gobierno, quien luego de transferir desde las arcas del Banco Central de la Nación sumas espeluznantes de dólares, debió, tarde y mal, tomar medidas contra la economía de los pequeños ahorristas de la moneda extranjera, empresas que importan materias primas y bienes de capitales o personas que realizaban compras en el exterior.

 

La fuga de capitales adicionales y las maniobras de sobreprecios permitidas por el propio gobierno, llevaron a la presidenta a realizar una devaluación de la moneda nacional que impactó en la economía real, en la mayor parte de los indicadores que se toman para medir la salud de la economía. El resultado de estas políticas han colocado al gobierno en una situación de extrema debilidad aprovechada por los fondos de inversión extranjeros que pretendieron cobrar el total de su deuda con el Estado argentino.

 

A  pesar de los pagos realizados, el mercado le dió la espalda al gobierno, quien se victimizó y comenzó una campaña asemejando la amenaza de los fondos buitres a una cuestión de «soberanía nacional», cuando fue en realidad el gobierno de Cristina Kirchner el mayor pagador de todo la historia argentina en un período de tiempo tan corto.

 

La verdadera historia

 

Con la crisis de 2001, el país entró en suspensión de pagos (default) de su deuda externa, la cual ascendía a 144 000 millones de dólares.

Durante 2003, el gobierno de Néstor Kirchner logró negociar una reprogramación de las obligaciones con los organismos financieros multilaterales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y otros menores). Para octubre de 2012 ya se habían pagado más de 270 000 millones de dólares, reduciéndose el peso de la deuda externa del 153.6 % al 34.7 % del PBI.

En 2003 el total de la deuda bruta del sector público nacional representaba el 139 % del PBI; a fines de 2009 había caído hasta el 49.1 %.1 En 2003 la deuda era un 722 % mayor que las reservas; en 2010 fue apenas el 120 %. En el primer trimestre de 2013 la deuda cayó 2159 millones de dólares, bajando hasta 139 137 millones de dólares.

La deuda externa bruta total a fines de marzo de 2014 se estimó en 137 810 millones de dólares, lo que implica una reducción de 562 millones respecto del trimestre anterior. En mayo de 2014 se logró cerrar el acuerdo para salir del default con el Club de París por 9500 millones de dólares.

El 22 de septiembre de 2003, el presidente Néstor Kirchner propuso una quita promedio del 75 % del valor de la deuda con los tenedores de bonos argentinos, que ascendía a 94 302 millones de dólares. Según la propuesta presentada por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, los acreedores privados podrían escoger entre tres bonos: un Discount (con una reducción del valor nominal), bonos Par (con mayores plazos de vencimiento y sin reducción o con una pequeña reducción de su valor de capital), y bonos C (que requerirían un aporte de fondos). Los nuevos títulos se podrían consolidar en dólares, euros, yenes o pesos indexados.

El plan de reestructuración no incluía a la deuda emitida después del default, entre ella los distintos tipos de BODEN. Estos bonos habían sido entregados a jubilados, trabajadores estatales y a ahorristas que habían aceptado esos bonos a cambio de los depósitos que estaban retenidos por el «corralito» bancario. Sin embargo, esta propuesta inicial fue rechazada por los bonistas locales.

El 1 de junio de 2004 el gobierno anuncia la «propuesta de Buenos Aires» para reestructurar los pagos de la deuda. El 14 de enero de 2005 se lanzó oficialmente la operación de canje de la deuda en default.  A cambio de los títulos en mora, el gobierno argentino ofrecía tres nuevos bonos:

    El bono Par (que no implicaba quita del capital original adeudado) pagaría un interés inicial del 1.33 % que subiría progresivamente hasta alcanzar el 5.25 % a los 25 años de su emisión, y tendría un plazo de 33 años (vencimiento año 2038).
    El bono Cuasi Par (que incluía una reducción del 30.1 % del capital) pagaría un interés del 3.31 % más un coeficiente ligado al índice de precios al consumidor y tendría un plazo de 30 años.
    El bono Descuento (que implicaría una quita del 66.3 %) pagaría el mayor interés, 8.28 %, y tendría un plazo de 28 años (con vencimiento en el año 2033).

Los bonos ofrecían además una compensación adicional, ligada al crecimiento del producto interno bruto. El plazo para la recepción de las expresiones de interés finalizó el 25 de febrero de 2005; el nivel de aceptación alcanzado permitió renegociar aproximadamente el 76.15 % del monto adeudado. Se reestructuraron deudas por un valor equivalente a 62 500 millones de dólares de valor nominal, canjeadas por nuevos títulos por un valor nominal equivalente a 35 300 millones de dólares; además, como consecuencia de la reestructuración, el componente en pesos de la deuda pasó del 3 al 37 %.

Los principales acreedores de los títulos en mora eran argentinos, con 38.4 % del total. Después se ubicaban los italianos con el 15.6 %, los suizos con el 10.3 % y los estadounidenses, con el 9.1 %. Por el monto y la cantidad de títulos involucrados (152 bonos distintos emitidos originalmente en dólares, euros, yenes, francos suizos, libras esterlinas y pesos argentinos), se consideraba que esta era la operación más importante de la historia financiera mundial.

El 9 de febrero de 2005 el Congreso sancionó la ley 26.017 o «Ley Cerrojo», prohibiendo al Poder Ejecutivo reabrir el proceso de canje, lo que implicaba que la oferta no podía ser modificada o mejorada y de efectuar cualquier transacción judicial, extrajudicial o privada respecto de los bonos sujetos al canje.

Cancelación de deuda con el FMI y con España

El 3 de enero de 2006, la Argentina dejó de tener deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) concretando un pago anticipado de 9530 millones de dólares, un pasivo contraído entre enero y septiembre de 2001, con vencimientos programados hasta el 2009. Después del traumático año 2002, todos los índices eran favorables al Gobierno: estabilidad cambiaria ($ 3 a U$S 1), crecimiento continuo en las reservas internacionales, baja en los indicadores de desempleo y pobreza, etc. Las reservas del BCRA finalizaron ese año con un aumento de 4000 millones de dólares. Es decir, de 28 078 millones de dólares, las reservas del Banco Central descendieron a 18 580 millones y finalizaron el año con 32 037 millones.

El 31 de enero de 2007 los gobiernos de Argentina y España firmaron un acuerdo de reestructuración de la deuda, asociada al préstamo que España realizó en marzo de 2001, durante la XVI Cumbre Iberoamericana. La deuda ascendía a 982.5 millones de dólares y serían pagados en un plazo de 6 años y una tasa LIBOR de +140 puntos básicos.

Reapertura del Canje en 2010

Cristina Fernández de Kirchner recibe a banqueros que no ingresaron al canje de la deuda.

En septiembre de 2008 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció un encuentro en Nueva York con el Council of Foreign Relations, tras lo cual informó que en conjunto con tres bancos se estudiaba la posibilidad de resolver la deuda con los acreedores que no habían ingresado en el canje de 2005.

El 3 de agosto de 2009 el gobierno pagó el Boden 2012 por 2251 millones de dólares

El entonces ministro de economía, Amado Boudou expresó: «Con nuevas medidas que se irán tomando en los próximos meses, la Argentina estaría en condiciones de volver a los mercados internacionales de crédito hacia fin de año».
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto a Amado Boudou, el entonces titular de la Ansés (Administración Nacional de Seguridad Social), luego ministro de Economía y actualmente vicepresidente de la Nación.

En octubre de 2009 el ministro de economía Amado Boudou anunció la reapertura del canje de 20 000 millones de dólares de deuda para los holdouts, que son aquellos que no aceptaron la propuesta de reestructuración en 2005. El 15 de abril de 2010 el ministro Amado Boudou lanzó el nuevo canje de la deuda. Con una quita del 66.3 % a los inversores institucionales y para los restantes la quita rondaba el 50 %. La oferta final indicaba que Argentina terminaría pagando 10 500 millones de dólares en lugar de los 20 000 millones de dólares que se adeudaban. La oferta se distribuyó del siguiente modo: Para ambos tipos de inversores habría un cupón PBI, atado al crecimiento de la economía. El nivel de adhesión al canje se ubico por encima del 97% de los acreedores.

    Inversores institucionales: recibieron un bono discount con una rebaja del 66.3 % en la deuda original y además, un bono Global, por los intereses a la fecha con una tasa de interés del 8.75 %. La totalidad de la suma sería pagada en 2017.
    Inversores individuales: recibieron un bono par sin ninguna quita.

A mediados de junio del 2010 la presidenta anunciaba un plan de desendeudamiento para las provincias de Tucumán, Buenos Aires y Chaco.101 102 El año finalizó con una reducción del peso de la deuda externa del 153.6 % al 34.7 % del PBI.

Pagos Boden 2012

El 3 de agosto de 2012 el Gobierno nacional pagó los 2197 millones de dólares correspondientes la última cuota de intereses del BODEN 2012 que había sido emitido en el año 2002 para compensar a los ahorristas por los depósitos confiscados durante el corralito financiero. Con este pago, la deuda en moneda extranjera quedaba reducida al 8.4 % de las obligaciones. Durante un acto realizado el día anterior en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la presidenta Cristina Fernández celebró el hecho como el punto final del «corralito». Con este pago, el peso de la deuda pública sobre la economía se reducía al 41,8% del PBI, cuando en 2002 había llegado al 166%

Acuerdo con Club de París en 2014

En enero del año 2011 el monto adeudado con el Club de París rondaba los 9000 millones de dólares. Hernán Lorenzino, el secretario de Finanzas, junto con Amado Boudou encabezaban la comitiva, pero no se logró cerrar las negociaciones.

El 29 de mayo de 2014, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por intermedio de la comitiva enviada a París encabezada por el ministro de economía Axel Kicillof consiguen un histórico acuerdo para saldar la deuda con el Club de París en un plazo de cinco años.

Argentina y el Club de París alcanzaron un acuerdo para regularizar la deuda en default arrastrada con esos países. En una prolongada reunión en la capital de Francia que se extendió durante más de 17 horas, los miembros del foro de acreedores y el equipo económico se pusieron de acuerdo en el mecanismo de pago. La deuda se cancelará a lo largo de los próximos cinco años y contempla un desembolso inicial en efectivo por 1150 millones de dólares: un pago inicial en concepto de capital de 650 millones de dólares se realizará en julio de 2014 y los restantes 500 millones de dólares se entregarán en mayo de 2015. Como solicitó Argentina, el FMI no participará de la operatoria. El acuerdo estableció un pago mínimo de 3 % que deberá afrontar Argentina por año y fijó un criterio de pagos adicionales en caso de incremento de las inversiones provenientes de los países miembros del Club. Si durante el plazo de cinco años, las inversiones adicionales fueran insuficientes para cubrir la deuda total, el país puede posponer los vencimientos hasta dos años.

 

El Próximo Acuerdo será con los Fondos Buitre: un nuevo escenario de «crash» se advierte en el horizonte de la economía argentina que impactará irremediablemente en el capitalismo globalizado del que Argentina ha sido un fiel pagador de la «deuda soberana», a costa de hacer crujir a la propia economía local e impactar en los países vecinos, además de repercutir en los mercados internacionales.

 

(*) Reinaldo Romero es Economista

 

Varias fuentes