COLUMNA LA MUCUY.

 

Para los caminos del niño Carlos Daniel

           

Dos caminos encontrados en cruz deshacen conjuras de suertes pasmadas, las cuales son idóneas de sentirse medio imposible. Sus pasos van transitados entre el medio de una carreta que da avisos de noticias. Mientras sus ramas son visitadas de cuando en vez por livianos caminos de hormigas, que van espantando las oportunidades de los visitados días oscuros. Aún muchos son hábiles de llevar horas despiertas, mientras los lémures encantados van implorándole a Dios que sus recuerdos de caminos arrinconados no puedan ser levantados.

            En algunas de estas abandonadas carreteras, ya no visitados como antes, iban levantándose enjambres de estas trabajadoras en feroces pasos capaces de destruir todo a su paso, dejando calles abiertas, amplias de pura tierra. En las montañas de la Sierra Nevada quedaron muchos accesos; fueron utilizadas por cientos de caminantes que transitaron sus rumbos, mientras otros quedaron cubiertos de nuevo por las malezas, hojas y enredaderas.

            Sobre crepúsculos se ven cientos de caminos, descubriéndose en franjas de vida, sobre todo cuando se dejan las encomiendas llevadas en sacos de fique. Por eso las calzadas se hacen fangosas y sus equivalentes se llevan bajo despliegues de acercamientos un poco previos.

            Muchas de estas veredas de encuentros eran arregladas para recibir fechas patronales y los días de sus santos. Todo debía hacerse en esos caminos, procesiones, ofrendas y rituales pues allí quedarían protegidas las entradas a los caseríos. Así nadie podría percibir las escapadas malas intenciones que sobre ellos pensaban personas alejadas.

            Eran carreteras arregladas y sobre las intenciones de quienes pasaban se quemaban sahumerios y ramas bendecidas, pues nada podría pasar y hacer daño a sus habitantes.  Por eso los permisos de los primeros hombres se dieron en los encantos de las entradas de las carreteras. Justo donde podía detenerse la conjura de los malos alientos. Eran las tierras purificadas de encuentros aguardados sobre recuerdos más bien olvidados.

           

 

Miguel A. Jaimes N.

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Premio Mejor Columnista Diario Frontera Mérida 2011

Premio primer lugar estadal Gabinete cultura Mérida Gran Explosión Bicentenaria 2012

Premio segundo lugar nacional mención periodismo del Ministerio del pp de Cultura 2013

Para: Diario Frontera

Noviembre 26 del 2014

Hasta más pronto.

Miguel A. Jaimes N.

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