¿Qué le parece, camarita?, ahora una lumbrera que hace vida en la ONU le quiere dar órdenes al gobierno venezolano”, me dijo un sonriente Anacleto… “Parece que no ha entendido que los pueblos del mundo se han dado cuenta de que la ONU se ha convertido en un brazo interventor de las potencias occidentales para dominar al mundo”. Acomodó su silla y continuó: “Los gobiernos estadounidenses, israelitas, ingleses y franceses han violado incesantemente las resoluciones de su Consejo de Seguridad y ellos como si nada”. Encendió un cigarrillo y agregó: “¿O es que creen que se nos ha olvidado que el ejército israelí acaba de bombardear escuelas y refugios ‘y que protegidos por ellos’ en la franja de Gaza, asesinando indiscriminadamente mujeres y sobretodo niños? ¿Qué ha hecho el Consejo de Seguridad para sancionar esos hechos criminales de lesa humanidad? En verdad os digo… ¡la ONU da asco!”.

Desde que la Organización de Estados Americanos, OEA, dejó de servirles como una oficina de patio trasero, el imperio y el grupito de lacayos apátridas venezolanos han buscado otro escenario desde el cual tratar de dañar a Venezuela y convertirla en “Estado forajido”, lo que les facilitaría su intervención. Ahora, con toda desfachatez, Roland Adjovi, una “lumbrera” de un Grupo de Trabajo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) “recomienda” al Gobierno de Venezuela la liberación inmediata de Leopoldo López y Daniel Ceballos y afirma que “es una obligación para el gobierno venezolano acatar el dictamen de este grupo”. Lo que dan es asco. Se asesina a mujeres y niños y no hacen nada, pero “instan” a que se libere a acusados de violencia y muerte. ¿Qué hay detrás de todo esto y quienes lo protagonizan?

Como respuesta, la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, señaló que las «injerencias y recomendaciones» en el caso de Leopoldo López, emitidas por el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), no tienen ningún efecto en Venezuela, ya que ningún organismo internacional puede darle órdenes a Venezuela en ninguna materia, puesto que «somos un país soberano, libre e independiente».

 

Luego de finalizada la primera guerra mundial se creó la Sociedad de Naciones, con prácticamente los mismos objetivos que ahora tiene la ONU y que no pudieron cumplir. ¿Qué hizo ante la invasión fascista a Etiopía, la intervención de Alemania e Italia, la España en el 36, y cuando sacrificaron a Checoslovaquia? A la Sociedad de Naciones la sucedió la Organización de Naciones Unidas – ONU – que al igual que su antecesora, ha hecho NADA por hacer valer las resoluciones de su Consejo de Seguridad y en la que el veto de UN país, de los cinco que se creen con el derecho a hacerlo, vale más que el voto de más de CIENTO CINCUENTA NACIONES.

 

Supuestamente la ONU tiene cuatro propósitos fundamentales:

  • Mantener la paz y la seguridad internacionales;
  • Fomentar relaciones de amistad entre las naciones;
  • Cooperar en la solución de problemas internacionales;
  • Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones.

Además, todos los Miembros de las Naciones Unidas se comprometen a aceptar y aplicar las decisiones del Consejo de Seguridad, único órgano que tiene el poder de adoptar decisiones que los Estados Miembros están obligados a aplicar en virtud de la Carta. Cuando recibe una denuncia relativa a una amenaza a la paz, la primera medida que adopta el Consejo generalmente es recomendar que las partes intenten llegar a un acuerdo por medios pacíficos.

La ONU ha sido y es dominada por las potencias occidentales que vetan cualquier “resolución” contra sus aliados a tal grado, que vemos como desde 1967 el Estado de Israel ha venido violando consetudinariamente todas las “resoluciones”, acordadas en su contra, bajo el amparo de su socio mayor: los Estados Unidos de Norteamérica. Y son esas “desobediencias reiteradas” del estado infractor, sin consecuencia alguna, las que hacen que gran parte de la población mundial dude de la capacidad de la ONU para hacer que se cumpla el “leit motiv” de su Carta fundacional, sobre todo en lo que concierne a la paz mundial y a los derechos políticos de los pueblos. El doble rasero de la ONU queda en evidencia con los casos, entre otros, de Iraq, Afganistán, Libia, Siria, Ucrania, en los que los Estados Unidos y sus aliados, luego de armar, financiar y entrenar grupos terroristas para tumbar gobiernos, los persiguen, asesinando a su paso, niños y mujeres, que ellos llaman “daños colaterales”. ¿Ha habido alguna sanción al respecto? Hoy Libia es un país devastado gracias a ellos.

¿Son las revoluciones de colores movimientos auténticos? o ¿son más bien injerencia de Occidente en las decisiones internas de los pueblos para decidir sus destinos? ¿Qué tienen los Estados Unidos que buscar en Ucrania? ¿Qué ha hecho el Comité de Derechos Humanos de la ONU en el caso de Oscar López, de 70 años de edad y casi 32 años de encarcelamiento en Estados Unidos acusado de sedición contra el gobierno colonial de EEUU en Puerto Rico? ¿Qué han hecho en el caso de los presos de Guantánamo, donde según el Relator Especial sobre tortura, Juan Méndez, existe “la detención indefinida de individuos, muchos de los cuales no se les ha presentado cargos,…una forma de tratamiento cruel, inhumano y degradante”? Pero se atreven a meterse en un caso judicial contra la violencia, en Venezuela tildando la detención de dos terroristas, como Leopoldo López y Daniel Ceballos, como arbitraria. O sea!

El clamor de los pueblos del mundo es a renovar, reestructurar y podría decirse “reinventar” el papel que debe jugar la ONU, pero con el poder de las voces de todos y no de “cinco intocables”. Decía la comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos en Gaza, Navy Pillay, que seis colegios de la ONU fueron atacados por los israelíes, causando muerte y amputación de mujeres, niños, hombres e incluso personal de las Naciones Unidas, que buscaban refugio huyendo del conflicto. El secretario general Ban Ki-Moon declaró que los ataques de Israel contra las escuelas de la ONU son «inmorales y criminales». ¿Crimen de lesa humanidad o no? ¿Ha habido alguna sanción para el victimario? Con sus dólares, USA le ha tapado la boca al organismo que debe defender los derechos de TODAS las naciones.

Hoy lo cierto es que CIENTO OCHENTA países del mundo han demostrado su cariño, afecto, pero sobre todo, su respeto y reconocimiento a Venezuela y su democracia, y le han confiado una voz, dentro del Consejo de Seguridad de ese obsoleto organismo, para ver si se puede iniciar la transformación que haga que las voces de los pueblos del mundo tengan igual valor. El discurso del eterno comandante Chávez y ahora el de Nicolás, han despertado esperanzas de que un mundo mejor es posible. Los únicos que están tristes son los apátridas opositores y sus amos, que no terminan de aprender la lección, aquella lección en la que el pueblo les dice ¡no volverán!

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