La actual coyuntura geopolítica obedece a ciertos procesos que este artículo tratara de desentrañar encontrando algunas pautas en común en cuestión al abordaje de los mismos, a sus implicaciones y a algunas posibles soluciones.
La realidad argentina no está ausente de este debate sino que es un punto de inflexión ante lo anteriormente aludido.
Antecedentes Económicos
El proceso de pérdida de producción real a favor de la financiarizacion sin base monetaria, efecto esto ultimo del proceso de fuga hacia delante -a partir de Septiembre 2001- donde se considera a las reservas petroleras de Medio Oriente uno de los mayores sustentos del sistema económico estadounidense bajo la “naturalización de razones geopolíticas de seguridad interna de su política exterior, ha dado como resultado la actual coyuntura recesiva mundial.
Se descapitalizan activos –tanto en países centrales como periféricos– vía extracción de excedentes y fuga de capitales en la constitución de los llamados fondos soberanos integrados por países de la talla de Arabia Saudí y Noruega entre otros, que se hayan por fuera del actual sistema financiero internacional.
El país símbolo del Capitalismo triunfante pos Guerra Fría es escenario de descapitalización.
No en vano seria decir que el capital no tiene fronteras ni nacionalidad.
Se genera un proceso de transferencia de crisis interna estadounidense bajo la emisión desenfrenada de dólares –que permite su devaluación– y vía este mecanismo la exportación de su proceso inflacionario interno.
Los países periféricos y ahora la Unión Macroeconómica Europea absorberán dichas perdidas vía:
* La devaluación del euro
* El consecuente proceso recesivo de la Unión Europea
* La competencia del capital por su fijación en geografías de laxa regulación laboral y ambiental (China, Sudeste Asiático, Centro América, México entre otros)
Antecedentes Políticos
La confabulación entre los gobiernos conservadores europeos y las instituciones por ellos creadas -en pos de generar una hegemonía regional- se haya recientemente en pugna, debido a la creciente liberalización financiera mundial.
Esta ha permitido la colocación de fuertes excedentes económicos, fruto del aumento de la productividad laboral, de la llamada revolución tecnológica y de la re localización productiva en terruños de laxa regulación y baja remuneración.
El idilio de un continente sin producción y enfatizado sobre su sector cuaternario demuestra sus falencias en el movimiento «Indignados», compuesto mayoritariamente por jóvenes de inexistente o precaria condición laboral; a pesar de cumplimentar con los requisitos de la formación especifica.
En dicho sentido -y en revés a la óptica pre establecida- estamos en presencia de una crisis del trabajo, principal motor del proceso económico capitalista pero aun así la multiplicación de los rendimientos en la tasa de ganancia financiera obvian el conflicto social generado y que ya se encuentra entre nosotros.
Actualidades
La crisis económica y de consecuencias políticas de comienzos del año 2008 puso en evidencia que el poder del sector financiero ha desplazado al sector productivo en pos de ganancias rentísticas extraordinarias que afectan países y compañías.
Hoy día la posibilidad de afectar el único caso mundial de reestructuración de deuda positiva esta en las huestes de la Corte Suprema Norteamericana en pos de beneficiar a estos sectores en demérito de la estructura financiera de un país.
La voluntad política de la Argentina de reconocer viejas deudas estatales con el objetivo de soberanizar en el largo plazo al país debe ser la clave para entender el porqué de dicho reconocimiento en pos de lograr autonomía en las políticas internas del país y posteriormente lograr una masa de recursos capaz de ser redistribuida a la población.
Conjeturar un retorno a políticas keynesianas o neokeynesianas en un mundo des producido o re localizado en su frente oriental es un desafío pertinente dado los fracasos político-económicos de un Neoliberalismo impuesto a sangre y fuego en nuestros terruños.
Pero es quizás necesario considerar la importancia de interrogar a una población que aun añora tiempos pasados o es afecta a las interacciones de los medios de des–comunicación vigentes y su cola de acólitos que replican fehacientemente el mensaje que intenta deslegitimar la acción estatal.
En particular a un breve tiempo de celebrarse elecciones gubernamentales en el país y verdaderos intereses que no están a la vista juegan sus fichas en el más discreto pero concreto nivel.
La nueva regionalización llamada BRICS pueda ser el entorno geopolítico necesario para establecer relaciones externas afines al proceso de integración arraigado en la UNASUR y el MERCOSUR pues la autonomía plena –aquella añorada por el viejo peronismo– en estos tiempos globalizantes se diría que no es plenamente posible.
Asimismo una serie de políticas deberían llevarse a cabo tales como:
* Desdolarización del intercambio Argentina-Brasil
* Diversificación de la matriz productiva nacional
* Diversificación de los destinos geográficos de la producción local
* Ampliación del mercado interno vía políticas activas de Estado de largo plazo
Permite la monetización y posterior velocidad del circulante capaz de aumentar en términos reales el Producto Bruto Nacional y la generación de excedentes cuya expresión más cabal es la puja capital/salario donde el Estado debe continuar su intervención por mejorar dicha relación en compás con el control del proceso inflacionario interno.
Se deben reformar los mecanismos de política macroeconómica a fin de atenuar la importación inflacionaria generada por fuera de las fronteras locales y que sin duda repercute en el proceso económico vigente.
Para ello –y en zigzag se debe profundizar el proceso de desdesendeudamiento y la capitalización del proceso productivo interno vía su monetización en pesos argentinos y su respaldo en metal o divisa de respaldo genuino.
Son los tiempos de la política, dejando atrás economicismos abstractos que en realidad recubren ideologías adversas a las necesidades de la población.
Hoy
Se establecen 2 ejes mundiales uno relacionado con la financiarizacion y la des producción –situado en el Hemisferio Occidental– y otro situado en el eje Sur/Sur relativo a la producción y a la extracción de recursos naturales.
Sin producción no hay Economía decía el viejo Lenin y lo que estamos presenciando es el aumento paulatino de la tasa de desempleo en los países occidentales fruto del proceso anteriormente señalado.
Des-colgarnos de la finanzas mundiales ha sido un valor considerable pues las necesidades financieras de desarrollo interno no pueden ser aplacadas por dicho sector sino que se deben buscar en el ahorro propio –»Vivir con lo Nuestro» dirá Aldo Ferrer– o en el nuevo entramado regional.
Augurar superávits fiscales, comerciales y de cuenta corriente es también soberanizarnos aun mas contando con nuestros propios recursos para afinar un proceso de desarrollo endógeno y poder contar con ciclos económicos positivos a largo plazo lo que prevé un horizonte de estabilidad no solo económica sino política y social.
Es indefectible considerar que pensar esta situación local no es ajena a los acontecimientos posteriores al año 2003 en la Argentina que ha posibilitado un desarrollo inédito en décadas anteriores y que habilita un horizonte aun mayor.
Toda esta por hacer si este proceso sigue en marcha con los actores que en su mayor caso expresen su intencionalidad y autenticidad sino de lo contrario otros co aligados a intereses foráneos tomaran lugar y una nueva oportunidad será perdida por décadas.
Futuro
El eje centrípeto debe ser la región y los llamados mercados tradicionales lo que invita a reconfigurar el sistema de transporte en función de los flujos comerciales.
Conectividad por destino final y por revitalización del movimiento turístico local a partir del establecimiento de distintos centros de atracción a lo largo del territorio nacional.
El funcionamiento de un Estado no escapa al fluir de un sistema tributario y aduanero capaz de captar el excedente económico y su distribución vía subsidios, transferencias y priorización de la inversión tanto a nivel provincial como municipal.
Consideramos al motor de este proceso la estratégica necesidad de contar con el autoabastecimiento energético que permita –por una parte– tener un precio interno del producto y –en segundo lugar– ser insumo del proceso sustitutivo industrial que motoriza el mercado de trabajo y de productos, permitiendo el ahorro de divisas para su posterior atesoramiento.
No obstante, es necesario reconsiderar una política de inversión estatal en función de proyectos estratégicos como el Transporte, la Vivienda o la Energía por lo que fuentes financieras alternativas –como pueden ser los BRICs o el Banco del Sur– puedan ser materia para dicho fin; rompiendo así con el circulo vicioso y ya conocido de los tiempos pasados.
Nuestra historia política y económica demostró que un proyecto permitió dar lugar a la mayor transformación del siglo veinte y que anticipo tiempos difíciles tal cual la actualidad demuestra.
Recobremos nuestra esencia como identidad para fortalecer el presente avizorando un futuro provechoso para todos los argentinos.
La disyuntiva entre Neoliberalismo y Keynesianismo deber ser superada por un proyecto latinoamericano común.
Ezequiel Beer. Geógrafo – INAP